"A priori confiamos en nuestra gente", dijo este domingo Marcos Peña. “Nuestra gente” es, en este caso, Valentín Díaz Gilligan, subsecretario de la Presidencia de la Nación.
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El funcionario nacional de Cambiemos tenía a su nombre una cuenta por U$S 1.2 millones en Andorra. La información fue revelada por el diario español El País hace pocos días y generó un cimbronazo político en el oficialismo. De hecho, se trató de uno de los temas abordados en el llamado “retiro espiritual” de Chapadmalal.
En la entrevista que brindó este domingo Peña, afirmó que Díaz Gilligan podría sufrir un "apartamiento temporal" de su cargo hasta que se aclare su situación en la Oficina Anticorrupción.
Sin embargo, no tuvo reparos en buscar justificarlo. "Acá estamos dando una discusión sobre el patrimonio antes de entrar al gobierno, es un caso previo a la función pública", señaló Peña.
El jefe de Gabinete agregó además que "hoy hay una Oficina Anticorrupción que investiga a los funcionarios, que no ocurría en los gobiernos anteriores, estamos hablando de dos o tres casos sobre miles de funcionarios”.
La realidad es que la Oficina Anticorrupción ha sido un apéndice completo del gabinete nacional. Los llamados “conflictos de intereses” han sido una constante por parte de los integrantes del oficialismo y el organismo que preside Laura Alonso, a lo sumo, ha aconsejado como actuar.
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Peña, para que no quedaran dudas de su respaldo a Díaz Gilligan, agregó que el funcionario “es una buena persona, un buen funcionario”. Vuelve a quedar en evidencia que para la gestión de Cambiemos la "transparencia" tiene poco y nada de importancia. | 
