En medio de la pelea contra la Federación por llevar al exgobernador priista César Duarte a los tribunales, el gobernador Corral asegura que las investigaciones han encontrado prácticas de levantones o secuestros para presionar la venta de terrenos.

Ayer por la noche el gobernador panista de Chihuahua, Javier Corral, realizó fuertes declaraciones en relación a las pesquisas que siguen en torno a las actividades ilícitas del exgobernador priísta César Duarte Jáquez.

En conferencia de prensa detalló que para hacerse de algunos predios Duarte mandó secuestrar a algunos de los dueños en días previos a la venta de sus terrenos para presionarlos y orillarlos a vender, en muchos casos, “por encima del valor de los terrenos o las fincas”, con tal de hacerse de esos predios y hacer negocio con ellos.

Disputa en las alturas

Aunque los resultados de la investigación no pueden profundizarse dado que aún no se ha recibido una denuncia de las víctimas de esta práctica, Javier Corral aseguró que esta línea de investigación surgió de los cateos realizados a diversos inmuebles propiedad de Duarte Jáquez y que “Fue un método utilizado durante el gobierno de César Duarte, presionar mediante distintos mecanismos, incluido el secuestro, a los propietarios de estos predios”.

Una de las propiedades aseguradas al exgobernador es un predio en el municipio de Camargo, que tiene una extensión de 30 mil hectáreas, similar a la superficie de la capital del Estado, y que fue comprada en 60 millones de pesos, al parecer, con dinero del erario público aportado por el director de Administración de la Secretaría de Hacienda del estado.

El precio pagado fue de 20 centavos por metro cuadrado (2 mil pesos por hectárea) y dicho predio está dividido en cuatro partes: “Rancho El Cuervo”, “Rancho Santa Rita”, “Racho San Juan” y “Rancho Los Galemes”, y que sirven para criar de 900 a 1500 cabezas de ganado de razas muy productivas y exportables.

César Duarte (izq), operador de Manlio Fabio Beltrones (der.) en el desvío de dinero del erario para campañas del PRI

Como una bola de nieve, se va dando a conocer una extensa masa de negocios y propiedades de César Duarte, cada vez más grande y, alrededor de éstos, una larga lista de conductas ilícitas que las investigaciones de la Fiscalía estatal van acumulando para justificar la extradición y procesamiento del exgobernador corrupto ante la persistente pasividad de las instancias federales.

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Y es que la Procuraduría General de la República y la Secretaría de Relaciones Exteriores, a pesar de los “acuerdos” logrados en gobernación por la Caravana de la Dignidad, hacen caso omiso. Quizás debido a que Duarte Jáquez tiene que ver también con el desvío de fondos federales para financiar al PRI mediante empresas fantasma en las elecciones del 2012. El horno electoral priista no está para bollos, así que conviene mantenerlo del otro lado del Río Bravo.

Corral (izq.) ratificó su apoyo a Anaya (der.)

Así, el panista Javier Corral continúa con la cruzada contra Duarte que, más allá de que es parte del golpeteo y denuncias de tiempos electorales entre funcionarios de los partidos del régimen, le sirve para maquillar y desviar la atención de sus actos de gobierno, como el financiamiento de la Caravana de la dignidad que atravesó medio país hasta la Ciudad de México, por poner un ejemplo. Tampoco debemos olvidar que, como panista institucional, Corral respalda a su candidato de Por México al frente, Ricardo Anaya, recientemente evidenciado por presumibles fraudes inmobiliarios que implican lavado de dinero.

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