Fotografía: ClaseContraClase
Un poder que ha tenido su última materialización en forma de desacato a una sentencia de la Audiencia Nacional que deja muy claro que el ERE (Expediente de Regulación de Empleo) llevado adelante por esta empresa con cientos de millones de euros de beneficio, es nulo y por tanto la obliga a readmitir a los trabajadores despedidos, al pago de los salarios y a reabrir la planta de Fuenlabrada.
No solo no se lleva a cabo tal sentencia ante la pasividad del Estado, sino que pretenden desmantelar la planta madrileña y cuando los trabajadores intentan impedirlo son represaliados por las fuerzas de seguridad, con el resultado de varios heridos y un detenido. La Policía Nacional defendiendo a la empresa mientras se salta a la torera las resoluciones judiciales que no son de su agrado.
En estos días venimos también siguiendo el caso de “los indomables de LEAR”. Trabajadores del otro lado del Atlántico, en Argentina, con los que también nos hemos solidarizado mutuamente, y que sufren igualmente a una patronal multinacional que se niega a acatar la sentencia que obliga a reincorporar a los despedidos.
A lo largo de este año de lucha los trabajadores de Panrico y CocaCola hemos creado un vínculo con la firme intención de unificar las luchas obreras, se han llevado a cabo actos conjuntos, tanto en Barcelona como en Madrid, y por supuesto será así hasta la finalización de ambos conflictos. Una pequeña muestra de que la coordinación de las luchas es posible y que el principal obstáculo para que se lleve a término son las direcciones burocráticas de los sindicatos mayoritarios, y en segundo lugar la actitud muchas veces sectaria de la llamada izquierda sindical con conflictos protagonizados por obreros afiliados a los grandes sindicatos.
Siguiendo esta misma senda de coordinación y solidaridad hoy varios trabajadores de Panrico hemos participado junto con otros compañeros de GANEMOS CCOO, (corriente crítica que intenta que el sindicato retome el camino de la lucha obrera combativa y antiburocrática),en una concentración en las puertas de la sede de Coca Cola en Barcelona, en el que han intervenido diversos colectivos que han podido expresar su indignación con el incumplimiento de la sentencia y la represión contra los compañeros de Fuenlabrada. El apoyo a Coca-Cola y conseguir que esta lucha triunfe es visto por aquellos que queremos recuperar las organizaciones sindicales para los trabajadores como un paso para poner en pie un sindicalismo de clase y combativo.
Así lo ha expresado Juanjo, delegado sindical de la empresa municipal Barcelona Servicios Municipales, explicando como “los que hemos estado contra la injusticia siempre hemos sido minoría, somos los trabajadores, no somos burócratas ni directivos “. Los compañeros de Panrico hemos planteado como “una vez más queda clara la complicidad entre gobierno, patronal y sindicatos, urge salir a la calle y parar este genocidio“. Junto a él también han participado delegados del Hospital San Juan de Deu y de empresas como la metalúrgica Mecalux del Baix Llobregat. Salva, militante de Clase contra Clase ha reivindicado que “las luchas de Panrico y Coca Cola son un claro ejemplo de que se puede luchar contra este sindicalismo de salón “. Un compañero del Sindicato de Estudiantes ha planteado la necesidad de la unidad obrero-estudiantil en las luchas contra los ataques patronales como en el apoyo en la tarea de luchar contra la burocracia sindical. También han estado presentes otros colectivos políticos como El Militante, Pan y Rosas, PCPE, Lucha Internacionalista, así como trabajadores de diversos sectores.
Como nos ocurrió a los trabajadores de Panrico, los compañeros de CocaCola tienen enfrente poderosos enemigos. Una patronal prepotente que se pasa por alto las sentencias judiciales. Un Estado cómplice que mira para otro lado cuando esto ocurre, como hizo con nosotros ante la vulneración sistemática del derecho de huelga. Unas direcciones sindicales que ponen palos en la rueda. La lucha de Panrico y Coca Cola muestra el camino que debemos tomar los trabajadores para enfrentar la crisis y los ataques. Pero estos enemigos se pueden vencer, con fuerza, determinación y solidaridad de clase. Este año de lucha de los compañeros de CocaCola es un buen ejemplo de ello, y debemos seguir apoyándolos hasta lograr la reinstalación de todos ellos, el pago de los salarios y que Fuenlabrada vuelva a abrir. |