El pasado 23 de febrero, en las inmediaciones de la Facultad de Contaduría y Administración, de la Universidad Nacional Autónoma de México, al rededor de las 15:30 horas, se detonaron varios disparos, lo cual dejó como saldo dos personas muertas.
Ante los hechos la Rectoría encabezada por Enrique Graue se adelantó a deslindar que las víctimas fueran estudiantes, y condenó la presencia de toda persona ajena a la estricta comunidad universitaria.
Más tarde, el pasado lunes en otro comunicado la Rectoría se refirió a los sucesos y por tanto a la perdida de vidas como "efecto colateral de las medidas adoptadas" par su mandato frente al narcomenudeo y la inseguridad.
Una serie de mensajes en las redes sociales se abalanzaron para culpar a los estudiantes y la juventud en general de ser los responsables de la violencia, criminalizando el consumo de sustancias psicoactivas y a ellos mismos.
Ante los hechos, la agrupación Desde las Bases STUNAM nos pronunciamos contra la campaña de criminalización de la juventud que buscan respaldar las medidas securitaristas que la Rectoría ha impuesto, enrejando y privatizando el acceso a lugares de campus universitario, instalando cámaras y aumentando la vigilancia por parte de trabajadores de confianza, medidas que lejos de erradicar la violencia han sido únicamente ocupadas para amedrentar a estudiantes y trabajadores que nos organizamos.
Las autoridades de la UNAM lejos de haber ocupado las cámaras en la protección de la comunidad y usuarios ha ocultado la información obtenida a través de ellas como en el caso de Adriana Morlett, estudiante desaparecida, o de Carlos Sinuhé Cuevas, estudiante y activista de la FFyL, y tan solo el año pasado los padres de Lesvy Osorio asesinada en las instalaciones de CU, denunciaron las trabas impuestas por las autoridades universitarias para ofrecer evidencia e información que esclareciera el asesinato, varios casos más pueden incluirse.
¡No queremos una guerra contra el narco en la UNAM!
Los problemas en los campus universitarios no pueden pensarse ajenos a los problemas que enfrenta el país y cada vez de manera más aguda la Ciudad de México. Desde la llamada guerra contra las drogas, la violencia y la represión se agudizaron, más de 400 mil muertos se cuentan como víctimas de la estrategia de seguridad militarizada y los jóvenes son los principales afectados.
Estas víctimas fueron llamados por Felipe Calderón "efectos colaterales" misma expresión que hoy ocupa burdamente Graue.
Advertimos sobre cualquier intención policíaca, que las Fuerzas Armadas han demostrado mil veces no estar para cuidarnos sino para reprimir, extorsionar y violar Derechos Humanos, como lo demuestra la desaparición de 43 normalistas en 2014 a manos de policías y militares.
En Desde las Bases estamos por la legalización de todas las drogas, con fines recreativos y medicinales, porque el consumo de drogas debe ser tratado como un problema de salud y no un pretexto para la criminalización y la represión. La UNAM, como cuna de pensamientos, no debería ser la cola de la fallida estrategia de seguridad militarizada y sus efectos.
Nosotros queremos una universidad abierta, que lejos de cerrarse al paso de personas externas, como lo menciona Rectoría, pueda abrirse al disfrute y servicio de todo el pueblo pobre y trabajador.
Por tal razón, llamamos a asambleas tripartitas, conformadas por trabajadores, estudiantes y académicos para discutir las medidas a tomar frente a la violencia ¡basta de imposiciones de la Rectoría! |