La obra había sido presentada por el intendente Juan Pablo de Jesús, peronista aliado de Martín Insaurralde, como todo un ejemplo del Partido de la Costa: “Una nueva postal de Santa Teresita”. Fue adjudicada al Grupo Perfil y la construcción comenzó en mayo del año pasado.
Una trampa de 50 metros de ancho
Doce eran los operarios que estaban trabajando en ese momento en la obra, cuando se derrumbó la losa que tenían que rellenar con hormigón. Estaba sostenida por cuatro columnas que los obreros tuvieron que apuntalar. La mitad de ellos logró salvar su vida y el resto quedó atrapado bajo los escombros.
Con el correr de las horas se identificó a los seis fallecidos: Daniel Calhuara, Estanislao Sosa, Eduardo Barreto, Huber Quispe, Grover Edson y Luis Ruiz Camacho.
En horas de la tarde (el derrumbe sucedió apenas pasado el mediodía), ya sumaban unos 100 rescatistas entre defensa civil y brigadas con perros entrenados para buscar entre escombros. Ese operativo pudo dar con los cuerpos. Los otros seis obreros tuvieron que ser hospitalizados, pero a última hora fueron dados de alta.
La intendencia en toda la tarde mantuvo un silencio de radio, salvo por un comunicado donde trascendió que acudirá como damnificada al poder Judicial. Es como mínimo cínico lanzar ese comunicado, cuando es la misma intendencia la que tiene que cuidar que las constructoras (que siempre buscan abaratar costos en los materiales que requieren las obras y ni hablar del miserable salario de los obreros de la construcción) cumplan con todas las reglas de seguridad.
Evidentemente, acá eso no sucedió y los trabajadores nuevamente pagan con su vida esa indiferencia empresarial por la vida obrera.
Es moneda corriente, también, los negociados de las constructoras con el poder político.
El fiscal que actúa de oficio abrió una investigación cuyo expediente fue caratulado como homicidio culposo.
Nuestras vidas valen más que sus ganancias
El lema no es un simple slogan, sino que resume la necesidad vital que tiene la clase trabajadora de luchar contra la explotación empresaria.
Y en la construcción esto, lógicamente, no es una excepción. Es más, en lo cotidiano los cuerpos destruidos de estos trabajadores, en su mayoría inmigrantes -como los obreros fallecidos-, arriesgan todos los días sus vidas con bajísimos salarios .
Esto se lo deben a la avaricia capitalista y la desidia de los políticos de turno.
Y también hay que preguntarse por la Uocra, conducida por el eterno oficialista Gerardo Martínez, que sabe tanto acomodarse a los gobiernos de turno como no hacer nunca nada frente a este estado de situación que se repite constantemente y no para de acumular víctimas bajo los escombros. |