Garantías a la banca nacional y extranjera
El candidato por la coalición Juntos Haremos Historia afirmó estar "totalmente de acuerdo" con la inversión extranjera en el sistema financiero y sostuvo que no es de la idea de "confiscar bienes, llevar a cabo expropiaciones o nacionalizaciones".
Insistió en que el apoyo a la banca será total, que impulsará que ésta se expanda más, pues hay un millar de municipios en donde este servicio no existe. Por si a alguien le quedara alguna duda, reafirmó que está de acuerdo con el régimen de propiedad vigente y en la tenencia de activos por parte de la banca y que durante su gobierno se respetará la autonomía del Banco de México.
Ni reformas ni lucha contra el fraude
Deseoso de ganarse la confianza de todos los ahí presentes, recalcó que no habrá nuevas reformas por lo menos en la primera mitad de su mandato, es decir que los planes de precarización laboral y entrega de la riqueza natural establecidos por el Pacto por México mediante el voto PRI, PAN y PRD en las cámaras legislativas no se tocarán.
Otra de las grandes preocupaciones de los ricos banqueros es la posible movilización de las masas ante un intento del PRI de imponerse por la vía del fraude. Para darles la mayor certeza posible les hizo notar que no moverá un dedo en defensa de la voluntad popular asegurando que si es declarado ganador se va inmediatamente a Palacio Nacional, pero si hay fraude, también se va… hasta Palenque, Chiapas; bastante lejos de las protestas sociales.
"Después del 1 de julio yo me voy a Palacio Nacional o a Palenque, Chiapas. Si se atreven a un fraude me voy también a Palenque y a ver quién va a amarrar el tigre. Quien suelte el tigre que lo amarre. Yo no voy a estar deteniendo a la gente luego de un fraude electoral. Así de claro"
Una "amenaza" y a la vez una promesa: si el establishment financiero y empresarial no impide que haya fraude, el líder del Morena no alentará pero tampoco contendrá el descontento que puede emerger en caso de que el PRI apueste a conservar la presidencia aun con el masivo cuestionamiento que enfrenta. Un escenario que para los poderosos podría ser mucho más complicado que el descontento que hoy se expresa fundamentalmente vía redes sociales, pero que podría tomar las calles en caso de que los de arriba se pasen "de la raya" con el eventual atropello de la voluntad popular.
Así López Obrador no tiene empacho en sincerarse con quienes quiere que sean sus verdaderos interlocutores, “advirtiéndoles” que no estará al lado de su base si se quiere movilizar en defensa del voto. ¿A quién beneficiaría esta política? Evidentemente a quienes quieran imponer fraudulentamente su “triunfo” en las urnas.
Pero no se trata únicamente de dejar suelto al tigre y a su suerte, sino que esta vez dejaría de detener a la gente descontenta, como ha hecho a través del Morena recientemente en las elecciones del Edomex y las de Coahuila, donde contingentes de la base de dicho partido tuvieron que sumarse a las movilizaciones antifraude por su cuenta y sin banderas del Morena por "sugerencia" de sus dirigentes.
Habría que recordar que esta garantía de no alentar la protesta en las calles la había ofrecido, y cumplido ampliamente, hace seis años también.
Una vez más, López Obrador se presenta ante los de arriba como garante de la defensa de las instituciones de la democracia de los ricos y del status quo, en el que la banca usurera especula con los recursos de los cuentahabientes de menos recursos y empresarios de todas las nacionalidades se benefician con la superexplotación de la clase trabajadora. |