La Cuenca, como se llama al grupo de pueblos alrededor de la mina posee mucha memoria y espíritu de resistencia. El pueblo minero ha tenido que lidiar con precarización, accidentes y tragedias, desde su fundación; y también las feroces embestidas del neoliberlismo en los tiempos en que Carlos Menem era presidente y Nestor Kirchner gobernador.
Hoy día, el gobierno de Macri busca desmantelar las conquistas logradas no sólo con lucha, sino con el alto precio de las muertes mineras en el 2004 donde 14 mineros sucumbieron en las penumbras de las húmedas galerías por desidia de las autoridades. El gobierno provincial de Alicia Kirchner guarda un cómplice silencio.
Los mineros no sólo luchan por su fuente de trabajo, sino que proponen una solución estratégica al problema energético nacional, y también un alivio al bolsillo del trabajador de todo el país, ya que con la activación de la megausina eléctrica se podría paliar la crisis energética, detener la sangría de la importación, y reducir las altas tarifas que aquejan a los trabajadores de punta a punta del país.
Ante una mirada clasista bajo el haz de luz de sus cascos, dando los primeros pasos para coordinar con otros trabajadores que resisten los planes de ajuste y despidos del gobierno, las y los trabajadores de Río Turbio luchan por su derecho a existir, en defensa de su corazón de carbón, la mina. | 
