“Contra la precarización de la vida”, la principal consigna levantada por la coordinadora 8M, tiene una especial relevancia en el GAM, uno de los centros culturales más importantes del país, ya que su sindicato y la comisión de mujeres del mismo vienen luchando por el cumplimiento pleno de los derechos de las mujeres trabajadoras, inmigrantes y madres.
Esta lucha tiene tal relevancia para el sindicato y las mujeres por que la ley y la administración de la corporación del GAM no garantiza el derecho íntegro a la maternidad. Es sabido que los derechos de la mujer tanto en el trabajo como en el hogar no están garantizados, pero en GAM, gracias a la negociación de su sindicato, se ha logrado paliar el problema.
Unidad de la mujer trabajadora
Aun cuando las trabajadoras de planta tienen mejores condiciones, las trabajadoras subcontratadas, en su mayoría inmigrantes, no tienen ninguno de estos derechos garantizados. Incluso la empresa subcontratista solo entrega $70.000 por bono de sala cuna, dejando de manifiesto que el discurso inclusivo y por los derechos de la mujer que tiene GAM, está lejos de la realidad.
La comisión de mujeres levantó una instancia para compartir con las compañeras del aseo, reivindicando la importancia de la unidad entre trabajadoras de planta y subcontratadas por conseguir todos sus derechos.
Cortamos la calle para que todos lo sepan
Para esto, las trabajadoras realizaron una potente intervención frente a la marcha, desplegando un enorme lienzo con la consigna “GAM: Ni con flores ni chocolates se paga la sala cuna” para transformar su lucha en algo que se sepa en todas partes.
No se rinde
Este es solo un aspecto de su lucha, ya que esto se da en el marco de la negación al derecho a la negociación colectiva, el fin al subcontrato (y el paso a planta de las trabajadoras y trabajadores) y que se respeten sus acuerdos, como no hicieron con el derecho a colación, que se asignaron los directores sin respetar la negociación y aun cuando sostienen que para cualquier beneficio “no hay plata”.
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