Diego Neria Lejárraga tiene 48 años, ocho años atrás decidió asumir su identidad autopercibida. Se define como un católico practicante y el sábado 24 de enero tuvo un encuentro con Bergoglio para "pedirle apoyo ante el rechazo y la incomprensión que sufre a causa de su cambio de sexo".
"Mi cárcel era mi propio cuerpo". Diego cuenta que de pequeño escribía cartas a los Reyes Magos en las que les pedía que lo convirtieran en varón. Si bien su familia no fue hostil con él, su madre le pidió que no se operara mientras ella viviera. A los 40 años, ella muere, decide someterse a una intervención quirúrgica y comenzar el tratamiento hormonal por lo que tuvo que viajar a Madrid.
A su vuelta a Plasencia en Italia, su entornó lo rechazó. "¿Cómo te atreves a entrar aquí con tu condición? No eres digno", le dijeron algunos católicos cuando Diego quiso volver a su iglesia. "Eres la hija del diablo", dice que escuchó un día en plena calle de boca de un sacerdote. Así fue que decidió escribirle al Papa.
Inesperadamente, Francisco accedió a un encuentro. Diego le preguntó: "Entonces, tal como soy hoy, después de mi reasignación de género, ¿hay algún rincón en la casa de Dios para mí?". El Papa lo abrazó, en presencia de su compañera, con la que muy pronto formará una familia.
El abrazo de Judas
Sin duda el valor de Diego es indiscutible, decidió seguir su deseo y hacer respetar su identidad autopercibida frente a este sistema que impone que la identidad es algo "natural" definida por los genitales. Ahora, la aceptación del Papa ¿no tendrá que ver con que Diego elige vivir su sexualidad heterosexual y formar una familia con su compañera?
Cuando fue la sanción del matrimonio igualitario, fue Bergoglio el que declaró la "Guerra de Dios" ya que se estaba poniendo en juego la institución familiar. En una de sus últimas entrevistas pos balance del sínodo dijo que: "No se tocó ningún punto de la doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio" y que no se piensa cambiar el pensamiento del Vaticano respecto a los homosexuales.
Sin ir más lejos la semana pasada denunció a la "teoría del género" comparándola con doctrinas impuestas por el nazismo y el fascismo italiano.
Mientras no se ponga en jaque el statu quo clerical Bergoglio abraza y pide "aceptación", pero cuando se trata de cuestionar el oscurantismo clerical o implementar la Ley de Eduación Sexual Integral o el aborto libre y legal, la Iglesia va a ser la primer piedra del camino. | 
