“Llegó para quedarse” se refirió al respecto de la reforma de educación gratuita el recién asumido ministro Gerardo Varela, en una de las carteras más polémicas, desde 2006 con los pingüinos y luego 2011 con los grandes movimientos por la demanda de educación gratuita, el Ministerio de Educación.
Una de las apuestas más estratégicas del gobierno de Chile Vamos, para enfrentar uno de los movimientos sociales más fuertes, es Varela que durante la jornada de cambio de mando realizó un giro en su discurso sobre la gratuidad universitaria, afirmando que es una reforma establecida, pero para no desentonar con su política de educación de mercado afirmó que esto no puede vulnerar la autonomía de las instituciones y tampoco afectar su financiamiento.
Es por eso que en este aire de conciliación sugiere que el modus operandi del gobierno de Piñera en materias de educación será sacar a los bancos privados de la entrega del Crédito con Aval del Estado (CAE), responsabilizando al Estado, en la medida de lo económicamente posible. Ligando así el financiamiento directamente a las instituciones de educación superior y al mismo Estado.
Señaló, además, la premura con que se tratará el tema dentro del gobierno entrante, afirmando que será uno de los primeros temas en ser discutidos en el Congreso.
Finalmente, y para explicar en breve la propuesta de financiamiento dijo “El ideal es que toda persona que vaya a la universidad tenga acceso a crédito, que esté relacionado con su capacidad de generar ingresos una vez que esté trabajando y que tengan un límite de tiempo claro dentro del cual debiera pagarse. Por supuesto que se requiere que toda esa plata que el estudiante paga sirva para educar a los que vienen, de manera que sea un compromiso de los estudiantes pagar su crédito. Ojalá que sea un crédito directo de las universidades y del Estado”.
Pero ¿qué revela este nuevo planteamiento?, no es más que una nueva táctica para distraer al movimiento estudiantil, sedando sus ánimos de combatir las reformas insuficientes en las calles, para así lograr llevar adelante las propuestas de una cartera que enriquezca a los empresarios de la educación (por ejemplo, con el paso de financiamiento a privados con al gratuidad a CFT e IP) y que por lo demás, vale destacar, sigue manteniendo una lógica de mercado en la educación. Es decir, la educación seguirá siendo un bien de consumo y no un derecho. |