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22 de marzo de 2018 Twitter Faceboock

145 AÑOS DE SU NACIMIENTO
Julieta Lanteri, una de las imprescindibles
Soledad Domenichetti | Delegada de Foetra | Agrupación Violeta | Historiadora | @soledome1

Nacida en 1873, fue médica, política y feminista. Organizó a las mujeres por sus derechos civiles y laborales. Peleó contra el régimen conservador y logró votar antes del voto femenino.

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Julieta Lanteri nació en Italia en 1873, bajo el nombre de Giulia. Cuando era aún una niña su familia migra y se instala en Argentina, en la ciudad de La Plata. La vida de Julieta fue, sin lugar a dudas, la de una mujer no convencional para su época. Si algo aprendió desde siempre fue que para las mujeres la vida no era sencilla, y menos para las que no se adaptaban a lo que la sociedad esperaba de ellas. “Nadie nos regalará nada” es una de sus frases más conocidas, y vaya si tenía razón. Hoy en pleno siglo XXI, seguimos peleando por nuestros derechos.

En una época en la que las mujeres se dedicaban al hogar y a la beneficencia, Julieta decidió que esa no sería su vida. Estudió en la Universidad y en 1907 se recibió. Siendo una de las primeras médicas del país, luchando contra todos los prejuicios, fue testigo de lo difícil que era para las mujeres, no solo terminar la secundaria, sino realizar una carrera universitaria y luego de eso, osar ejercer la profesión. Así fue que junto a otras mujeres profesionales fundaron la Asociación Universitarias Argentinas, para pelear por no ser discriminadas por su género. Pero sus objetivos iban más allá de solo ejercer su profesión. En 1906 participó en el Congreso Internacional de Librepensamiento y luego de eso funda junto con Alicia Moreau el Centro Feminista, la primera organización que luchó por los derechos de las mujeres.

Sufragistas argentinas: la pelea por el voto femenino

Eran momentos convulsionados en el país. Mientras se discutía la Ley Saenz Peña, del voto secreto, obligatorio y universal (convengamos que una universalidad un tanto particular que sólo incluía a algunos varones), la oligarquía Argentina se disponía para festejar el Centenario de la Revolución de Mayo, intentando mostrar al mundo "el país del orden y el progreso". Así, la ciudad de Buenos Aires se preparó para recibir a las comitivas de los principales países del mundo. El movimiento obrero aprovechó la ocasión para visibilizar la situación de los trabajadores y reclamar la derogación de la Ley de Residencia y la libertad a los presos políticos. Los festejos del Centenario se sucedieron entre detenciones masivas, estado de sitio y represión. Esta efervescencia también repercutió en el movimiento de mujeres. En 1910 Julieta, junto con otras mujeres organizan el primer Congreso Femenino Internacional, al tiempo que las mujeres de la oligarquía tendrán su propio Congreso Patriótico de Señoras.

Julieta vota en La Boca

En 1911 fue la primera mujer en ejercer su derecho al voto, luego de realizar presentaciones legales y lograr ser incluida en los padrones electorales. Posteriormente, el Concejo Deliberante sanciona una ordenanza donde prohíben el voto femenino explícitamente, planteando que era necesario el registro del servicio militar para empadronarse. Entonces, intentó enrolarse en el Ejército. Todo esto sin embargo, no la detuvo en su pelea por el voto femenino, al contrario, la reforzó. En 1919 será la primera mujer en presentarse como candidata, ya que la legislación hablaba de votantes, pero no prohibía ser electa. Así, de la mano del Partido Feminista Nacional con la consigna “En el Parlamento, una banca me espera, llevadme a ella” logró obtener 1730 votos. Lejos de plantear solo los derechos de las mujeres será la única plataforma que tendrá propuestas para mejorar la vida de las mujeres, de los trabajadores y de los sectores populares. Una de las demandas centrales era el derecho al voto, un reclamo que también era internacional y que recién se conquistará en nuestro país en 1947. Pero como ya dijimos, la preocupación de Julieta no eran solamente los derechos civiles, y es por eso que ya en 1912 había sido designada como asesora ante los patrones por las trabajadoras de la lavandería La Higiénica, donde no solo el trabajo era precario en ese rubro, sino que para las mujeres era peor aún. Julieta se había acercado a estas luchas a través de la socialista Carolina Muzzilli y las obreras gráficas, que luego de conquistar su convenio ayudaron a organizarse a otras trabajadoras. A la lucha por los derechos civiles, le sumaba la pelea contra las condiciones de trabajo de la época, la lucha contra los proxenetas y los funcionarios que se enriquecían con el negocio de la explotación sexual, la pelea por el divorcio y por terminar con la injerencia de la Iglesia en la vida privada.

La vida de Julieta Lanteri dejó huellas imborrables para el movimiento feminista en la Argentina. Las mujeres que el 8M hicimos temblar la tierra aprendimos como ella que nadie nos regaló ni nos regalará nada. Por eso seguimos organizándonos por todos nuestros derechos, junto con nuestros compañeros varones y por eso este 24M también volvemos a las calles, porque tenemos que organizar un gran movimiento de mujeres que tome como propia la tradición de lucha contra la impunidad de ayer y de hoy. Porque sabemos, como bien dijo Julieta, que los derechos no se mendigan, se conquistan. Por eso no abandonamos las calles. Por eso ganamos las calles.

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