Es de conocimiento público que el estudio del derecho en la UNAM contiene un sesgo claramente conservador, al tiempo que el PRI mantiene una importante presencia burocrática dentro de la carrera.
Sea en la Facultad de Derecho, en la Facultad de Estudiar Superiores (FES) Acatlán o en la FES Aragón, funcionarios y autoridades ligadas a este partido mantienen cotos de poder y hacen política para que dentro de las clases las posiciones más críticas no ganen terreno.
No obstante, esta realidad se contrapone al hecho de que la comunidad universitaria integrada por estudiantes, profesores y trabajadores, mantiene fuertes aspiraciones democráticas y se encuentra inconforme con el actual estado de las cosas. Esto incluye por supuesto a los jóvenes que se forman como abogados o a maestros y juristas universitarios destacados.
Esto es parte de lo que explica el enorme rechazo que generó el encuentro entre José Antonio Meade, aspirante del PRI a la presidencia de México y académicos de la Facultad de Derecho, realizado en el hotel Royal Pedregal y donde tuvo el descaro de asistir el propio director actual de la facultad, Raúl Contreras Bustamante.
Al día de hoy, ya se han emitido pronunciamientos de alumnos y profesores, mientras distintas organizaciones exigen la destitución del director, planteando que con esta acción se han violado los artículos 2 y 9 del Estatuto General de la UNAM que prohíben a funcionarios de la Universidad tomar parte en las actividades de grupos de política militante.
Más allá de estas denuncias, los universitarios y los jóvenes debemos cuestionarnos qué tipo de funcionarios tenemos como autoridades, un director como Bustamante es claro que lejos de buscar resolver los problemas de la comunidad de la facultad de la que es director, está buscando hacer carrera política y sacar provecho de su cargo para brindar un apoyo político al partido de Enrique Peña Nieto. ¿Qué clase de formación reciben estudiantes con personajes como este director al frente de su facultad?
El PRI es el mismo partido de los Duarte, de Salinas o de Peña Nieto, pero es también el partido represor de ayer y de hoy que masacró estudiantes de la UNAM y de otras escuelas en el 68, en el 71 y que hasta el día de hoy mantiene una política autoritaria, corrupta y neoliberal.
¿Cómo es posible que un director de una facultad reciba a un personaje neoliberal como Meade? Este hecho nos debería indignar a todos los universitarios.
Sólo la organización estudiantil será capaz de barrer con este tipo de funcionarios ligados a partidos tan repudiados como el PRI y recuperar el sentido crítico de la UNAM.
Hay una gran tarea de las nuevas generaciones para defender la educación pública universitaria, pero también para democratizar la universidad y ponerla al servicio del pueblo trabajador. |