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Red Internacional
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11 de septiembre: a los maestros en su día

Paula Akerfeld

Paula Akerfeld Miembro de la Directiva de SUTEBA Tigre

Jueves 11 de septiembre de 2014

Este día del maestro llega casi al mismo tiempo en que se pronuncia el dictamen de sobreseimiento total y definitivo de los imputados en el caso Fuentealba.

El asesinato del maestro neuquino, ocurrido el 4 de abril de 2007, fue un hecho que conmocionó al país y puso en vilo a la docencia, cuyos guardapolvos, escuelas y pancartas se poblaron con la inscripción "las tizas no se manchan con sangre".

La granada lacrimógena que impactó contra el maestro terminando con su vida, fue disparada por el Cabo de la Policía, José Poblete, en el marco de una jornada de protesta que intentaban llevar adelante los docentes nucleados en ATEN, dentro de un plan de lucha en reclamo de mejoras salariales y edilicias.

Este 11 de septiembre, la imagen de Carlos Fuentealba se abre paso entre las telarañas de la impunidad que tejen la justicia junto con los poderes nacionales y provinciales, como el de Sobisch que gracias al mencionado fallo no se volverá a sentar en el banquillo de los acusados.

Sin embargo, la docencia en su día, no dejará de recordar al maestro, no dejará de exigir juicio y castigo para los responsables políticos de su asesinato, no dejará de ponerse de pie para continuar la pelea en defensa de la escuela pública.

A pesar de que algunos quisieran que los docentes vuelvan a ser los sacerdotes evangelizadores que propugnaba el ideal sarmientino de comienzo de siglo, los maestros y las familias saben hoy más que nunca que "docente luchando también está enseñando"

"Las verdaderas maestras eran las de antes", osarán decir algunos, como la Presidenta, sin duda, a quien oímos decir en la apertura de las Sesiones Ordinarias del Congreso de la Nación durante estos últimos años, que las verdaderas maestras eran las que se enfermaban "en serio" y no como ahora que "los docentes trabajan cuatro horas y tienen tres meses de vacaciones". Sucede, que la mandataria pretende ocultar detrás del mencionado ideal sacerdotal, una década entera de desinversión educativa, que encuentra a las escuelas en ruinas y maestros que cobran salarios de hambre. Sucede, que anhela encontrarse con maestros que acepten apacibles este estado de cosas y ofrezcan la otra mejilla.

Por el contrario, este año miles de docentes junto a la comunidad educativa salieron a las calles dando una enorme pelea por la escuela pública, laica , científica y de calidad para los hijos de los trabajadores y el pueblo pobre.

A ellos y Carlos Fuentealba, les debemos este día del maestro