El 14 de septiembre de 1913 Venustiano Carranza acude personalmente a conocer a Álvaro Obregón a Estación Hoyanco, aproximadamente a 7 kilómetros de El Fuerte, Sinaloa.
Martes 15 de septiembre de 2020
El 9 de febrero de 1913 comienza una serie de acontecimientos que tuvieron como objetivo el derrocamiento del gobierno del Presidente Francisco I. Madero. La sublevación inicia en la capital del país; los generales porfiristas Manuel Mondragón y Gregorio Ruíz se alzan en armas, al mando de algunos alumnos de la Escuela Militar de Aspirantes, así como de tropas del cuartel de Tacubaya, y ponen en libertad a los generales correligionarios Bernardo Reyes (quien, como antecedente, había proclamado el contrarrevolucionario Plan de la Soledad, el 16 de noviembre de 1911) y Félix Díaz (sobrino de Porfirio Díaz), los cuales se encontraban presos, el primero en la prisión militar de Santiago de Tlatelolco, mientras que el segundo en la penitenciaría de Lecumberri.
Ulteriormente, el 18 de febrero, es hecho prisionero Gustavo A. Madero, y más tarde Félix Díaz y Victoriano Huerta firman el “Pacto de la Embajada” (conocido oficialmente como Pacto de la Ciudadela), precisamente, en las instalaciones de la embajada estadounidense en México, en presencia del embajador Henry Lane Wilson.
En dicho pacto quedaba establecido el desconocimiento del gobierno de Madero y la propuesta de Victoriano Huerta como titular “provisional” del ejecutivo.
Durante la madrugada del día siguiente, Gustavo A. Madero es torturado despiadadamente hasta la muerte y momentos más tarde es fusilado Adolfo Bassó Bertoliat, ambos asesinatos en las inmediaciones de La Ciudadela, por órdenes de Mondragón. En esa misma fecha, Madero y el vicepresidente José María Pino Suárez son obligados a firmar su renuncia, pero, a pesar de lograr su objetivo, el movimiento contrarrevolucionario encabezado por Victoriano Huerta y Manuel Mondragón ordena que sean asesinados; la ejecución de ambos se da el día 22 de febrero a manos del mayor de las fuerzas rurales Francisco Cárdenas y el cabo Rafael Pimienta a las afueras de la penitenciaría de Lecumberri. El 24 de marzo Madero es sepultado en el Panteón Francés de La Piedad.
Victoriano Huerta había telegrafiado, desde el 20 de febrero, a cada Gobernador del país notificándoles que él asumiría la dirección del poder ejecutivo. Sin embargo, en algunas entidades del norte ya había noción de lo que estaba ocurriendo en la Ciudad de México, es así que el 19 de febrero el XXII Congreso Constitucional del Estado de Coahuila publica el decreto 1421, el cual constó de 2 artículos; el primero plantea lo siguiente: “se desconoce al General Victoriano Huerta en su carácter de Jefe del Poder Ejecutivo de la República, que dice él le fue conferido por el Senado, y se desconoce también todos los actos y disposiciones que dicte en su carácter…”, mientras que a través del artículo segundo, el Congreso facultó a su Gobernador, Venustiano Carranza, para que armara fuerzas para coadyuvar al sostenimiento del orden Constitucional en la República.
Poco más de un mes de la decena (o quincena) trágica, Venustiano Carranza llega a la Hacienda de Guadalupe, en el Municipio de Ramos Arizpe, Coahuila, donde se reúne con un gran número de jefes y oficiales revolucionarios que acuden al llamado realizado en base al decreto legislativo 1421; es el inicio de la segunda etapa de la revolución mexicana, la etapa del constitucionalismo.
Producto de esta reunión surge el Plan de Guadalupe, el cual es firmado el día 26 de marzo y promulgado el 31 del mismo mes en el pueblo de Eagle Pass, Texas, EE.UU. Dicho plan constó de 7 artículos, de los cuales -por mencionar algunos-, en el primero se desconoce al general Victoriano Huerta como presidente de la República; en el segundo se desconoce a los poderes Legislativo y Judicial de la Federación; en el cuarto se establece la necesidad de un ejército que haga cumplir los propósitos del plan y se le denomina “Ejército Constitucionalista”, y se reconoce como el Primer Jefe del mismo al ciudadano Venustiano Carranza, Gobernador de Coahuila; en el quinto, queda contemplado que, una vez ocupada la Ciudad de México por el Ejército Constitucionalista, quien se encargará del Poder Ejecutivo, de manera interina, será el primer jefe del Constitucionalismo o quien en su caso lo haya sustituido; y en el sexto se refiere que el Presidente Interino de la República convocará a elecciones generales tan pronto como se haya consolidado la paz, entregando el poder al ciudadano que de ese proceso resultara electo. Así comienza a surgir el Ejército Constitucionalista.
A principios de septiembre de 1913, Venustiano Carranza emprende el viaje rumbo a Sinaloa y Sonora, desde Parral, Chihuahua. De ahí, acompañado de una escolta de más de 100 hombres, inicia la travesía por la Sierra Madre Occidental yendo, primero, un poco más al sur, al pueblo de Guadalupe y Calvo, para después dirigirse a Chinobampo. Dicha comunidad se encuentra aproximadamente a 30 kilómetros de la hoy cabecera municipal de El Fuerte, Sinaloa. A nivel político había existido militancia anti-reeleccionista en ese lugar, referente de ello fue el club político Gabriel Leyva de Chinobampo, razón por la que se esperaba un gran recibimiento.
La llegada a Chinobampo de Carranza y el Jefe de su Estado Mayor, Jacinto B. Treviño (quien fue también parte del Estado Mayor de Madero), acontece el día 12 de septiembre de 1913. En las afueras del pueblo el guía de la comitiva, Amado de la Rocha, es recibido por Emiliano C. García, quien tenía historial como militante del Partido Liberal Mexicano desde 1906. De hecho, fue difusor del periódico Regeneración en el norte del Estado, además de haber fundado un periódico anti-reeleccionista llamado El Reporter, y comandado al grupo guerrillero Leales del Fuerte.
Para la tarde del día 13 de septiembre, la comitiva carrancista llega a El Fuerte. El jefe se dirige inmediatamente a la sala de cabildo del Palacio Municipal donde pronuncia un enérgico discurso en presencia del Gobernador Felipe Riveros, así como del prefecto de distrito, Alejandro R. Vega. Incontinenti Octavio Campero habló a una parte de los ciudadanos que se habían congregado afuera del palacio y más tarde Carranza se comunica vía telégrafo con el General Álvaro Obregón, quien se encontraba en su campamento de Estación Maytonera, Sonora. Mientras tanto, las fuerzas federales estaban al tanto de la situación y, para responder a ello, el General huertista Pedro Ojeda contempla la posibilidad de enviar tropas desde Guaymas a Topolobampo. El ajedrez político/militar se estaba moviendo; consciente de la posibilidad de estas maniobras, Obregón, acompañado de Benjamín G. Hill, desplaza por tren una columna de 600 hombres hacia San Blas, Sinaloa.
El día 14 de septiembre Venustiano Carranza acude personalmente a recibir a Álvaro Obregón en Estación Hoyanco -ahí se conocen- [1], aproximadamente a 7 kilómetros de El Fuerte. El investigador Saúl Alarcón habla sobre lo que este día aconteció: “Durante su estancia [en El Fuerte] Carranza ratificó a Iturbe el grado de general brigadier, otorgado por Francisco I. Madero en 1911. También otorgó otros nombramientos, de general brigadier a Riveros; de coroneles a Juan Carrasco, Macario Gaxiola, Claro G. Molina, y Manuel Mezta; de tenientes coroneles a Mateo Muñoz, José María R. Cabanillas, Antonio Norzagaray y Ángel Flores; de mayores a Herculano de la Rocha, José L. Osuna, Maximiano Gámez, Fidencio E. Schmidt, Esteban Angulo, Miguel Armienta, Elías Mascareño y Ramón Rangel Valenzuela.” [2]
Carranza lo que hace en este recorrido a través de Sinaloa y Sonora es dar los primeros pasos para cohesionar a la masa de revolucionarios con miras a crear una institución castrense: confiere y confirma grados militares, o sea, construye, complementa y afina la estructura de esa naciente masa artificial que será el Ejército Constitucionalista. Precisamente, una semana después de esta visita a Chinobampo y El Fuerte, el 24 de septiembre, luego de un histórico discurso en el Ayuntamiento de Hermosillo, el coahuilense nombra al General Álvaro Obregón Jefe del Cuerpo del Ejército de Operaciones del Noroeste, dotando del elemento céfalo a la estructura castrense del constitucionalismo en el noroeste de México.
Este suceso contiene el germen del Estado naciente, cuya dimensión que correspondió a las demandas de justicia social y agraria, paradójicamente, desaparece cuando el movimiento revolucionario triunfa y se institucionaliza.
[1] P. 82. Obregón, A. [1917] (1973). Ocho mil kilómetros en campaña. Fondo de Cultura Económica. México.
[2] López, Gilberto & Alarcón, Saúl. (2018). Diccionario de la Revolución Mexicana en Sinaloa. Ed. COBAES. México. Consultado el 15 de noviembre de 2019. Recuperado de: http://www.cobaes.edu.mx/wp-content/uploads/2019/03/Diccionario-de-la-Revoluci%C3%B3n-en-Sinaloa-Alanis.pdf