El 16 de diciembre el alumnado de las universidades catalanas está llamado a la huelga convocada por la CAI contra la Ley Orgánica del Sistema Universitario promovida por el ministro Manuel Castells. Desde Contracorriente nos sumamos a la jornada y hacemos un llamamiento a impulsar comités abiertos para prepararla.
Viernes 19 de noviembre de 2021
La Coordinadora de Asambleas Interuniversitaria (CAI) de Cataluña ha anunciado huelga contra la LOSU para el 16 de diciembre. Desde Contracorrent nos adherimos a la convocatoria para enfrentar la Ley Castells, la cual supone una profundización del modelo neoliberal actual de universidad.
Tal y como venimos denunciando, la reforma del ministro de Unidas Podemos aumenta el poder del capital privado dentro la universidad a través de varios mecanismos financieros e institucionales. Así, atribuye más competencias al Consejo Social – donde están los representantes de las grandes empresas – e introduce las fórmulas de "patrocinio" y "mecenazgo".
A su vez, la LOSU profundiza la precariedad dentro de la universidad incorporando la “Mención Dual” que permitirá hacer gran parte del grado trabajando para una entidad privada como mano de obra barata, cosa que ya pasa con las prácticas que también se mantienen. Además, la reducción de la temporalidad del profesorado al 20% sin garantizar mecanismos para hacerlo abre la puerta al despido de trabajadores como el profesorado asociado, el cual constituye uno de los sectores más precarios de la plantilla universitaria. Esta medida puede tener un especial impacto en Cataluña, donde el porcentaje de asociados es el más elevado de todo el Estado.
La Ley Castells mantiene lo esencial de un modelo antidemocrático donde las estudiantes estamos infrarrepresentades y no tenemos ningún poder de decisión real a pesar de ser la mayoría de la comunidad universitaria. Si el Claustro ya era un órgano prácticamente simbólico o consultivo, ahora el número de participantes se podrá reducir. Se asegura que la casta universitaria de catedráticos y rectores, junto con las grandes empresas, continuarán gobernando las facultades.
A pesar del revestimiento “progresista”, la LOSU no da respuesta al problema de la elitización de la enseñanza superior, sino que lo perpetua. Las universidades seguirán infrafinanciadas y la gratuidad ni está ni se la espera. Todo ello sin tener en cuenta otras problemáticas que cierran las puertas de la universidad a los hijos e hijas de la clase trabajadora como la brecha digital, las enormes dificultades para estudiar y trabajar al mismo tiempo, los precios de los alquileres y el transporte o el propio sistema educativo que desde el inicio perjudica a aquellos y aquellas con menos recursos.
Por último, denunciamos también la Ley de Convivencia Universitaria que, a pesar de venderse como una vía de consenso, supone un marco moderno para continuar sancionando acciones de protesta estudiantil. Esta norma disciplinaria es el complemento perfecto para reprimir el movimiento estudiantil ante cualquier posible respuesta contra la reforma.
Desde Contracorriente nos oponemos a la LOSU y la LCU. Hacemos un llamamiento al resto de organizaciones y sindicatos estudiantiles como el SEPC, AEP y el Front d’Estudiantes para impulsar conjuntamente y desde ya comités abiertos de huelga con estudiantes, personal docente y no docente para preparar la jornada del 16 de diciembre. Apostamos por desarrollar la autoorganización como única vía para conseguir un movimiento estudiantil masivo que tumbe la Ley Castells.
Esta batalla no la ganaremos solo desde Cataluña y es por eso que animamos a las estudiantes de todo el Estado a sumarse a la jornada de lucha desde sus universidades. Que esta huelga sea el inicio para empezar a preparar una respuesta unitaria a nivel estatal, construyendo un movimiento estudiantil masivo desde la base.
Luchamos por una universidad pública totalmente gratuita financiada con impuestos a las grandes fortunas y los beneficios empresariales; libre de injerencia del capital privado, gobernada por estudiantes, personal docente y no docente para poner el conocimiento al servicio de dar respuesta a los problemas de la clase trabajadora y los sectores populares.