Se cumplen 382 años de la vez en que las autoridades eclesiásticas acusaron de herejía al astrónomo y filósofo Galileo Galilei y lo obligaron a negar el modelo heliocéntrico. .
Lunes 22 de junio de 2015
EL INDIVIDUO. —Se espera que el señor Galilei se retractará a las cinco, en una sesión de la Inquisición. Se escuchará la gran campana de San Marco y se leerá públicamente el texto de la retractación. [...]
ANDREA. — ¡La Luna es una tierra y no tiene luz propia, y tampoco Venus tiene luz propia y es como la Tierra y gira alrededor del Sol! ¡Y cuatro satélites giran en torno a Júpiter que se encuentra a la altura de las estrellas fijas y no está unido a ningún anillo! ¡El Sol es el centro del universo y está inmóvil en su sitio, y la Tierra no es centro ni es inmóvil! ¡Y él es quien nos ha demostrado todo eso! [...]
FEDERZONI (ronco). —Nada. Las cinco y tres minutos.
ANDREA. —¡Se resiste! ¡Oh, dichosos de nosotros! [...] (En ese momento, la campana de San Marcos comienza a resonar. Todo queda paralizado.) [...]
UNA VOZ. —"Yo, Galileo Galilei, maestro de matemáticas y de física en Florencia, abjuro solemnemente lo que he enseñado, que el Sol es el centro del mundo y está inmóvil en su lugar, y que la Tierra no es centro y no está inmóvil. Yo abjuro, maldigo y abomino con honrado corazón y con fe no fingida todos esos errores y herejías así como también todo otro error u opinión que se opongan a la Santa Iglesia."
Fragmento de La Vida de Galileo, de Bertolt Brecht, capítulo 13
Por defender y difundir posturas científicas contrarias a la ideología impuesta, Galileo prefirió retractarse y vivir “exiliado” en prisión domiciliaria por el resto de su vida. Algo parecido le pasó a Bertolt Brecht, dramaturgo alemán, que utilizaba sus obras para propagar ideas socialistas y al ascenso de Hitler tuvo que huir de su país. Fue en su exilio donde escribió en 1942 sobre la vida de Galileo. Buscaba cuestionar el papel del científico como “héroe” y el rol de la ciencia en la sociedad -en el contexto del auge de la ciencia nuclear con fines bélicos.
El caso de Galileo se ha utilizado para abrir debates. El más recurrido es sobre cómo históricamente la iglesia católica ha jugado un rol central en el desarrollo y limitación de la ciencia, cuestionando desde un punto de vista reaccionario los avances científicos. Pero antes veamos quién fue Galileo.
La genialidad de Galileo
Galileo, (1564-1642) es reconocido por haber defendido el modelo heliocéntrico pero también como el padre de la ciencia moderna, padre de la astronomía y padre de la mecánica; popularizó y mejoró el telescopio y se le adjudica por implementar el método científico (praxis-teoría). Estableció un principio de relatividad que fue la base para la mecánica de Isaac Newton y el posterior desarrollo de la física clásica.
Su principio dice que las leyes fundamentales de la física son las mismas para todos los sistemas de referencia inerciales, y sobre él fue desarrollada la mecánica newtoniana y la física clásica. Fue necesario el transcurso de casi 300 años para que Albert Einstein le hiciera modificaciones a su principio para corregirlo en el principio de relatividad especial.
La Inquisición y Galileo
Algunas de las conclusiones de Galileo eran contraproducentes para que la Iglesia mantuviera un dominio ideológico (y por lo tanto político). Por ello fue llamado por las autoridades eclesiásticas para cuestionarlo y amenazarlo de tortura -relatan historiadores- a pesar de que años antes del suceso tenían buena relación.
Hace 382, un 22 de junio en una sala de Roma, el tribunal de la Inquisición romana sentenció a Galileo de sospecha de herejía por defender en su Dialogo sopra i due massimi sistemi del mondo el modelo copernicano (establece que la Tierra, junto con los planetas, gira alrededor del Sol) y por ridiculizar el modelo geocéntrico (la Tierra es el centro fijo del Universo) defendido por la Iglesia por ser lo que “estaba escrito en la Biblia”.
En esos tiempos, la Inquisición romana, creada por el Papa Paulo II, se encargó de controlar las corrientes de pensamiento y posturas religiosas contrarias a la fe católica. Prohibieron libros y condenaron a personas, como a Giordano Bruno quien fue quemado en la hoguera por el mismo inquisidor que años después enjuició a Galileo.
Debates actuales
Siglos después, la Iglesia católica ha declarado reconocer su error como institución. Incluso, en 2009, año de la astronomía, el papa Benedicto XVI y el Vaticano realizaron conferencias de astronomía, abrieron un nuevo observatorio y una estatua de Galileo con el objetivo de borrar la relación de la iglesia y el oscurantismo científico. Sin embargo, él mismo en 1990, antes de ser electo Papa, hizo una criticada declaración: “en la época de Galileo la Iglesia fue mucho más fiel a la razón que Galileo, el juicio que le hizo a Galileo fue razonable y justo”.
Las polémicas sobre la posición de la Iglesia católica respecto a los avances científicos siguen al día, sobre todo con la reciente publicación de la encíclica de la crisis ambiental del Papa Francisco. El caso de Galileo muestra el rol de la Iglesia respecto al avance científico, particulamente en los casos que dichos avances permitian cuestionar el dogma católico.
La Iglesia católica adquiere discursos distintos de acuerdo con el contexto histórico y éstos influyen en las áreas de investigación. No por nada recientemente el Vaticano aceptó y comenzó a financiar las investigaciones en células madre.
Es importante tomar parte de las discusiones porque no sólo se debate si la ciencia y la religión son compatibles, sino que se está debatiendo la postura de una institución económica y políticamente muy poderosa, el Vaticano, cuya opinión y declaraciones son acogidas por millones de creyentes y por gobiernos imperialistas y posneoliberales que rigen y justifican sus políticas en alianza al Vaticano.
“Nunca he conocido a una persona tan ignorante que no se pueda aprender algo de ella” Galileo Galilei