El 17 de mayo se conmemora la lucha contra la homolesbitransfobia a nivel internacional ya que el 17 de mayo de 1990 la Organización Mundial de la Salud (OMS) despatologizó la homosexualidad al eliminarla de los manuales de enfermedades mentales.
Leah Muñoz @leahdanmunoz
Miércoles 17 de mayo de 2017
En México esta fecha se conmemoró por primera vez en el 2014 y en este día políticos e instituciones sólo hacen demagogia o falsas promesas sobre derechos que se nos han negado desde hace años a las personas LGBT+.
La lucha contra la homolesbitransfobia ha representado un camino largo en México para la diversidad sexual, y para el movimiento trans más ya que al interior del mismo movimiento LGBT la transfobia y la incomprensión de las distintas sexualidades ha presentado una traba para formar alianzas por nuestros derechos.
Sin embargo, el movimiento trans por décadas ha permanecido en la lucha por derechos que permitan la inclusión y una mejor calidad de vida en una sociedad que se niega a reconocer la existencia y las necesidades de las personas trans.
Si bien hoy hay derechos que se han conseguido de forma muy reciente- como el acceso al cambio legal de género y servicios médicos públicos y gratuitos para transicionar- luego de décadas de demandarlos, esos derechos sólo se restringen a la Ciudad de México, y tampoco han significado una inclusión real de las personas trans en los espacios de trabajo, escuela y servicios médicos. La transfobia sigue operando a pesar de tener algunos derechos en lo formal.
Al contrario, los gobiernos aceptan la presión de la Iglesia y grupos de ultraderecha como el PAN y el PES, y el Frente Nacional por la Familia para negar estos derechos que son claves en el ejercicio y la viabilidad social de las sexualidades no cisheterosexuales.
Hoy esa situación de exclusión en lo legal y en lo real de la amplia mayoría de las personas trans que permite el Estado y el gobierno genera dinámicas donde el no acceso al trabajo con un salario digno orilla a muchas mujeres trans al trabajo sexual, donde ocurren más crímenes por transfobia, y de forma general laboralmente y económicamente muchas personas trans están en una situación precaria.
La transfobia que existe en la negación de derechos de reconocimiento para las personas trans fortalece otras dinámicas de violencia transfóbica favoreciendo así la exclusión de las personas trans, y en el peor de los casos siendo un legitimador social de los crímenes de odio por transfobia.
En efecto, no existen leyes que abiertamente defienden la transfobia pero la transfobia es una realidad de un sistema normativo sobre la sexualidad y el cuerpo en donde la violencia niega las sexualidades no cisheterosexuales.
Día con día las personas trans luchamos por hacernos una vida digna frente a la transfobia cotidiana que nos niega. En el acceso al trabajo, en la permanencia en las escuelas, el tránsito por el espacio y transporte público, el acceso a servicios médicos, en el establecer relaciones afectivas y amistades combatiendo la transfobia para que nuestra existencia sea reconocida y entendida como parte del espectro de la sexualidad humana.
Hoy más que nunca, de forma independiente al discurso demagógico del gobierno y las instituciones que se acuerdan de nosotrxs en tiempos electorales, debemos organizarnos por demandar nuestros derechos a nivel nacional y por luchar en contra del reaccionario Frente Nacional por la Familia.
¡Las vidas trans importan!
¡Basta de transfobia!