En un contexto absolutamente desfavorable para las voces independientes, y marcado por un sistema electoral que beneficia a los partidos tradicionales de la derecha y la ex concertación, resulta necesario denunciar las trabas, como también las trampas del mismo proceso constituyente.
Miércoles 6 de enero de 2021
A casi tres semanas en que el SERVEL activara y anunciara la puesta en marcha de su plataforma virtual para que las y los precandidatos independientes que no tuviesen relación alguna con partidos políticos actualmente inscritos en el Servicio Electoral tuviesen tribuna, ya nos encontramos con una cifra de 170.448 patrocinantes para 2.020 precandidatos en todo el país que han firmado dentro de la página web del SERVEL. No está de más decir también que estas cifras están por debajo de lo real, ya que no se cuentan las firmas presenciales realizadas por el electorado en los distintos puntos del país y vistas bajo notario.
Llegar a la cantidad de firmas que solicita el Servicio Electoral (0,2% del total del padrón electoral del distrito) se hace una tarea titánica teniendo en consideración las distintas fases y periodos en que se encuentran las distintas comunas y regiones del país correspondiente al plan Paso a Paso del Ministerio de Salud y del Gobierno Central. Y es parte también de un sinfín de trampas y recovecos legales que nos trae los pasos posteriores al plebiscito suscrito en el famoso “Acuerdo por la Paz”, y que llega con bombos y platillos en las próximas elecciones.
No solo se han denunciado la discriminación del proceso de los pueblos originarios, a dirigentes sindicales y justamente a las candidaturas independientes, sino que también hemos dicho hasta el cansancio y puesto nuestras energías en denunciar la poca rigurosidad en la transparencia del proceso constituyente con respecto a la modificación de los tratados internacionales vigentes que deja sin poder modificar el sistema de pensiones; impidiendo la discusión y cambios respecto a los recursos naturales entre otros aspectos claves de la economía social de Chile y teniendo en cuenta también la casi nula tribuna que se le da a la juventud siendo ellos quienes iniciaron una de las revueltas históricas más candentes en los últimos 20 años.
Harboe y el maquillaje de los añejos partidos de la ex concertación
Tras el anuncio de Felipe Harboe (PPD, Senador por la 10ª circunscripción del Bio Bio periodo 2014-2022) de su renuncia a su cargo de Senador para poder hacer presencia como candidato “independiente” en el proceso constituyente y poder plantear desde su gran tribuna mediática, deja en claro que el maquillaje que hoy ocupan los viejos dinosaurios de la política chilena, es retomar una vez más las vestiduras de inocentes palomas con una clara intención de no soltar el poder. Incluso en su cargo como Subsecretario del Interior durante el primer gobierno de Michelle Bachelet, señalando que el comunero mapuche Matías Catrileo murió en un enfrentamiento de fuego cruzado.
Y también estando a favor de que el Departamento de Bienestar de Carabineros, se le permitiese hacer contrataciones a través de un seguro para la defensa jurídica de sus funcionarios, haciendo aun más extenso el manto de impunidad con que actúa la institución.
Esto sencillamente da cuenta la descomposición presente en los viejos estandartes de la política chilena, ante un proceso enmarañado que mantiene a casi 19 millones de personas con la ilusión de un verdadero cambio en las estructuras económicas y sociales, de un país que nos ha prometido el cielo y la tierra a cambio del arduo sudor de las y los trabajadores, siendo que los únicos bolsillos que engordan son los del empresariado y de una casta política rancia y retrógrada.