A un año del primer pañuelazo, los pañuelos verdes volvieron a las calles de la capital provincial.
Miércoles 20 de febrero de 2019 18:18
En el Día de la Acción Verde por el Derecho al Aborto, las calles de la capital puntana fueron copadas por cientos de mujeres, en sintonía con las miles que hicieron lo mismo en las principales ciudades del resto del país.
La concentración comenzó por la tarde, en la Plaza Pringles, frente a la Catedral del obispado local. A medida que se acercaban y se sumaban más trabajadoras, estudiantes y jóvenes, los colores verdes, naranjas y violetas fueron tiñendo el centro de la ciudad en lo que fue una importante jornada de lucha.
Pasadas las horas, las mujeres allí presentes decidieron cortar las calles y movilizarse, exigiendo educación sexual integral para decidir, anticonceptivos gratuitos para no abortar y aborto legal, seguro y gratuito para no morir, como así también, un Plan Nacional de Emergencia contra la violencia de género y la separación de la Iglesia Católica del Estado.
Una vez finalizada la marcha, las protagonistas del #8F puntano realizaron una nutrida asamblea, donde tomaron la palabra varias trabajadoras, estudiantes y referentes de diversas agrupaciones de mujeres, como la Colectiva Feminista, Mumalá, sectores kirchneristas y afines al PJ local, entre otras.
Johana Gómez, referente provincial del PTS/FIT, y la agrupación de mujeres Pan y Rosas, estuvieron presentes en la convocatoria y en la posterior asamblea.
Allí, plantearon la necesidad de exigirles a las centrales sindicales y centros de estudiantes verdaderas y efectivas acciones de lucha (paros nacionales y movilizaciones) no solamente por los derechos de las mujeres sino también para frenar el ajuste de los gobiernos, y por el no pago de la deuda externa y al FMI, haciendo que todo ese dinero vaya para políticas de género, educación, salud, vivienda y trabajo. En ese sentido, también plantearon la necesidad de que el movimiento de mujeres sea independiente del Estado, de los distintos gobiernos, de los partidos políticos capitalistas, de las fuerzas represivas y de las iglesias.
Luego de un nuevo, contundente y masivo pañuelazo nacional, quedó demostrado que cientos y miles de mujeres en todo el país no han perdido sus fuerzas y energías para seguir organizándose y movilizándose por sus demandas, reivindicaciones y derechos.