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Red Internacional
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Partido. 1ero de Mayo: hacia una alternativa política para los trabajadores

La agitada quincena de abril no es más que la expresión de mayores tensiones en la escena internacional y nacional. Mayores movilizaciones y un ciclo electoral ponen al centro la necesidad de una alternativa política para los trabajadores.

Daniel Vargas

Daniel Vargas Antofagasta, Chile

Viernes 21 de abril de 2017

Donald Trump mantiene su línea ofensiva en la política internacional, con los recientes bombardeos que, a pesar de la controversia diplomática internacional, logra reintroducirse en las negociaciones sobre el futuro de Siria y Bashar Al Assad, como una medida para bloquear el asenso a los competidores norteamericanos.

Con su política más ofensiva no se puede descartar una mayor intervención en América Latina, en donde ya se viene sufriendo el giro a derecha de la situación continental, producto del asenso de diversos gobiernos ligados a las derechas, como consecuencia de la crisis de los proyectos a lo “Socialismo del Siglo XXI”, que Chávez, Morales y Correa, cultivaron durante una década, sin tocar considerablemente los intereses de los empresarios en sus propios países.

Esta situación internacional sitúa a Chile en medio del ciclo electoral, en el cual se enfrentarán las fuerzas políticas tradicionales del empresariado, pero surcada de una crisis de legitimidad. La derecha ligada a casos de corrupción, impunidad y con diversos dirigentes políticos golpeados por escándalos o llanamente en prisión.

La Nueva Mayoría tampoco está ajena a la crisis política; golpeada por casos de corrupción y financiamiento ilegal de la política, tiene una crisis de conducción del consenso progresista con el cual los empresarios dirigieron el país tras el fin de la dictadura. Una crisis que se acrecienta con el eventual fin de la Nueva Mayoría, empujado, principalmente, por el interés de la Democracia Cristiana en llevar un candidato propio, la actual presidenta DC, Carolina Goic. Y de esta manera, no seguir con la “izquierdización” de la Nueva Mayoría, y que al parecer estaría en las manos del candidato radical, Alejandro Guillier.

Al escenario electoral hay que sumar un descontento que no logra amainar. Desde el 2011 los gobernantes deben lidiar con la presencia de millones en las calles, con una sociedad que se polariza y politiza aún más y que enfrenta tres importantes debates que cruzan a la población.

No más AFP

La demanda por el fin de las AFP (Administradoras de Fondos de Pensiones) no se cerró con la conservadora propuesta de gobierno y sigue inflando el debate. Dada la insuficiencia de la reciente propuesta de gobierno, los trabajadores a nivel nacional lo han expresado en las calles, pero esto no puede acabar en marchas de domingo, hay que pasar a la ofensiva convocando a la movilización y un paro nacional productivo que de un duro golpe a este importante nicho de inversión de los empresarios.

Ni una menos

El descontento de millones de mujeres contra la violencia machista en todo el mundo no es ajeno en el país, cada semana conocemos nuevos ataques, nuevos casos de violencia institucional tanto en tribunales y consultorios, los cuales son obra de la policía, de jueces, fiscales u otros funcionarios. Pero ante cada nuevo lamentable hito, grupos de mujeres se movilizan, se reúnen y organizan mitines de apoyo para gritar Ni Una Menos, como se oyó ante al caso de Nabila Riffo, Lorena Carrasco y el reciente caso de Blanca Paredes.

Educación

La educación también sigue siendo un tema clave, sobre todo de cara a las elecciones. Es la reforma estrella del gobierno, y este año continúa la reforma a la educación superior, debate que es clave durante la semana, pues establecerá los márgenes para definir el contenido en el parlamento. El movimiento estudiantil tiene la dura pelea de enfrentar esta reforma neoliberal. Para superarla, tendrá que mediar en su seno a las organizaciones de gobierno (como las JJCC) y del Frente Amplio, ambos, de uno u otro modo, desacuerdan con “matices” de la reforma.

Estos tres movimientos, junto a las elecciones, son motores para la politización de mayores capas de trabajadores, mujeres y jóvenes, lo que se expresa en la emergencia de nuevos fenómenos políticos como el Frente Amplio, el cual ya con poco tiempo de existencia ha elevado como referente presidencial a la periodista Beatriz Sanchez.

Pero el Frente Amplio tiene una importante debilidad a la hora de llevar a resolución las demandas que han tomado las calles, ya que en su interior conviven fuerzas que pretenden modificar los aspectos más odiosos del sistema y dentro de los margenes de la democracia empresarial, pero radical (contestarán desde el propio Frente Amplio). En estos términos los trabajadores no pueden confiarse de este referente, el cual lentamente se ubica como una nueva fuerza con el objetivo de contener la garra y bronca que más y más trabajadores acumulan contra el sistema, y así encauzarla por la vía parlamentaria.

Los trabajadores, las mujeres y la juventud, necesitan dotarse de su propia herramienta para hacer política, su propio partido, el cual ponga a la orden del día las más sentidas demandas de los trabajadores y el pueblo, poniéndole fin a las AFP, luchando con medidas efectivas contra la violencia que sufren las mujeres e instaurando la educación gratuita, en la perspectiva de poner en pie un gobierno donde la política la dicten los trabajadores, de ruptura con el capitalismo.

Este partido revolucionario de trabajadores, mujeres y estudiantes aún no existe en Chile, pero hay que levantarlo, para que sea una alternativa a los millones de trabajadores que abren sus ojos con cada fenómeno de la escena internacional y nacional, con cada huelga y con cada movilización. En esta tarea, quienes militamos en el Partido de Trabajadores Revolucionarios queremos ser una fuerza decisiva en el desarrollo de ese partido.

Con motivo de lo anterior de cara a este 1ro de Mayo, en el cual se conmemora el día internacional de los trabajadores, creemos que ellos han de poner estas tareas al frente levantando las banderas por No+AFP y contra la violencia machista, por el derecho a la educación gratuita, y demás demandas populares, en perspectiva de conformar un gobierno de los trabajadores que acabe con los privilegios de los políticos profesionales del empresariado, con una clara perspectiva anti-capitalista.

Para llevar adelante estas tareas se requiere un partido revolucionario cuyos fines no se agote en los márgenes del país, sino que también piense en los desafíos de los trabajadores a nivel internacional y en clara oposición al imperialismo de la era de Trump.