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2001: Veinte años después, aunque nos cueste el corazón

Andrea D’Atri

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2001: Veinte años después, aunque nos cueste el corazón

Andrea D’Atri

Ideas de Izquierda

¿Por qué comentar un libro que no es una novedad editorial, cuando tampoco su temática remite a la efeméride del día? Porque a veces, causas y azares se conjugan de manera sorprendente. Uno de los autores de 2001. No me arrepiento de este amor y esta lectora cruzaron y cortaron el Puente Pueyrredón de acceso a la Ciudad de Buenos Aires probablemente juntos, sin saberlo, en muchas ocasiones. Pero terminaron encontrándose en una asamblea autoconvocada de vecinas y vecinos, en otro barrio, más de veinte años después, intentando poner en pie un espacio democrático de resistencia a la crueldad inusitada del gobierno de Milei y sus secuaces. Y este encuentro, también con este libro, habla de la Argentina donde se dice que si te vas por veinte días, a tu regreso encontrarás todo cambiado; pero si te vas veinte años, cuando vuelvas encontrarás que todo sigue igual.

2001. No me arrepiento de este amor. Historias y devenires de la rebelión popular, es un libro de autoría colectiva coeditado por Chirimbote y El Colectivo en 2021, cuando el vigésimo aniversario de aquel diciembre de nuestra historia invitó a los homenajes, las conmemoraciones, los balances y reinterpretaciones. Pero en este libro, Nadia Fink, Florencia Vespignani, Pablo Solana y Martín Azcurra, protagonistas de aquellos acontecimientos que dejaron huella en nuestra memoria, eligieron –apenas o nada menos que– rescatar los testimonios de otras y otros y escribir las semblanzas de quienes ya no están,"para que la experiencia colectiva no se pierda". En el prólogo explicitan que se traen, al presente, "los relatos y los devenires de la revuelta para recuperar una polifonía de voces inabarcables".

El libro tiene el mérito indiscutible de poner en primer plano aquello que se pretendió borrar de la memoria colectiva para dejar al 2001 exclusivamente como la referencia de la catástrofe, la desesperación y la represión. Y eso que este libro recupera es que el 2001 fue también y centralmente, la irrupción de los de abajo en la escena política nacional a través de masivas manifestaciones de lucha, en las calles. El pavor que las clases dominantes sintieron frente a esta rebelión es inversamente proporcional a las diatribas y amenazas de su casta política, desde Duhalde hasta Alfonsín, contra las asambleas vecinales, esa incipiente autoorganización que prefiguraba, en sus contornos, cómo podría haber sido un contrapoder instituyente.

Su otro gran acierto, desde nuestro punto de vista, es mostrar que aquellas jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001 no fueron un acontecimiento que irrumpió súbitamente, sino el resultado de "procesos graduales y a la vez explosivos que prepararon el terreno para la rebelión". Contra las teorías conspirativas que adjudican los hechos de aquel diciembre a una oposición institucional que pergeñaba la caída del gobierno de De La Rúa y también contra la idealización romántica de la espontaneidad de las masas, 2001. No me arrepiento de este amor busca mostrar la combinación entre los malestares incontenibles que vivían millones de familias y la militancia gris y cotidiana que moldeó, durante los años previos, los contornos que luego adquirió la lucha abierta. Una década que vivió puebladas, rebeliones provinciales, piquetes, incluso con sus propios mártires populares en la resistencia a la implementación de los planes criminales del neoliberalismo que nos reservaba el FMI. Porque ayer, como hoy, el ajuste no pasa sin represión.

Y contra otros relatos sesgados o unilaterales que se han hecho de aquellos días, también vale la pena reconocer que las autoras y autores de este libro le dan cabida a las narraciones de los que, consideramos, fueron los tres actores políticos colectivos centrales de aquella demostración de fuerza de las masas: los movimientos de trabajadores desocupados, las asambleas vecinales autoconvocadas y las fábricas tomadas por sus trabajadoras y trabajadores y puestas a producir bajo control obrero. De este último sector, aparece la voz de nuestro compañero Raúl Godoy, obrero ceramista, dirigente del PTS y exdiputado provincial neuquino, referente de una de las experiencias emblemáticas de aquel período como fue la toma y puesta en producción de Zanon, la empresa de revestimientos más grande de Sudamérica en aquel momento.

Finalmente, las autoras y autores se proponen "contar lo que vino, con sus caminos diversos y debates aún abiertos". Y aunque es lícito encontrar algunos hilos de continuidad en las experiencias posteriores del movimiento de mujeres y los feminismos populares, en las luchas ambientalistas y contra el extractivismo en defensa de los bienes comunes y en la sindicalización de algunos sectores de la economía popular, esta resulta –en nuestra opinión– la parte más controversial del libro.

Las autoras y autores concluyen que "ya sabemos todo el poder de nuestro fuego" y ese es, quizás, el saber colectivo que la clase dominante más se esforzó en borrar, tergiversar, reinterpretar y expropiar de múltiples maneras. No solo mediante aquella represión por la cual los rebeldes pagaron con su vida y pende permanentemente como una amenaza explícita o velada para las insurrecciones futuras. También hubo otros mecanismos para disipar las rebeldías, sobre los que no se profundiza la reflexión en 2001. No me arrepiento de este amor.

El cierre del ciclo de la rebelión con "la llegada del kirchnerismo al gobierno en 2003, [que] con toda su complejidad y ambigüedad, inauguró otra etapa", no ha dejado de ser terreno de debate político. Hay quienes encontraron en el presidente Néstor Kirchner un intérprete de las demandas del 2001, y quienes consideramos que su gobierno cumplió el papel de sacar la política de las calles para reconducirla a la gestión del Palacio, recomponiendo el poder estatal, mediante la cooptación de destacadas y destacados referentes populares.

Con el viento internacional a favor del precio en alza de las commodities, el kirchnerismo no hizo nada por revertir la decadencia estructural del país dependiente, sometido a crisis recurrentes que pauperizan eternamente a los mismos y aumentan las arcas de quienes salen siempre más ricos e impunes de cada catástrofe anunciada. Por el contrario, apostó a la contención de futuros estallidos mediante la distribución de millones de planes asistenciales, a través de una nueva burocracia de los movimientos sociales que fue incorporada como funcionariado de gobierno y, por otro lado, al aislamiento y hostigamiento a aquellos sectores que resistieron la asimilación e integración al régimen político. La división entre trabajadores ocupados y trabajadores desocupados se relató como un devenir insalvable y sobre esta premisa, se abandonaron las banderas de "trabajo genuino" que centenares de miles habían hecho ondear en rutas y puentes hace, ahora, más de veinte años.

"La rebelión que se gestó a fuego sostenido y estalló hacia el fin de 2001, puso en jaque al sistema", dicen en el prólogo. Y la pregunta que surge, inevitablemente, es ¿por qué y cómo el sistema volvió recomponerse? ¿Cómo hicieron aquellos actores institucionales que se pretendía que se fueran, para "volver todos" a recomponer el orden que había volado por los aires? Pero 2001. No me arrepiento de este amor, no busca responder esas preguntas. Se adivina en esta decisión la intención de no hacer un balance de los acontecimientos, a riesgo de confrontar necesariamente con los devenires diversos y hasta contrapuestos de organizaciones y corrientes políticas que, en aquel 2001, se consideraron parte de un mismo "campo popular". Sin embargo, este balance sigue siendo más necesario que nunca, justamente por la misma razón que esgrimen en sus páginas de que "cada rebelión no deba empezar de nuevo separada de las luchas anteriores, para que la experiencia colectiva no se pierda y las lecciones no se olviden".

Si algún viajero desprevenido regresa a la Argentina hoy, veinte años después, quizás encuentre más similitudes con aquellos años que las que querríamos. Un gobierno neoliberal a ultranza, algunos personajes incluso portando los mismos apellidos de una casta que se perpetúa en el poder político, a pesar de todo. El país sometido a los dictados del FMI, mediante una deuda ilegítima y fraudulenta, no importa cuándo leas esto. Y millones de familias trabajadoras y del pueblo pobre pagándola con sus salarios licuados, su pérdida de empleo, el empeoramiento de sus condiciones de vida, su hambre y sus enfermedades que no encuentran siquiera paliativos. Pero también hay diferencias notables, aunque ya esto merece otros debates.

Ojalá, la memoria de aquellas jornadas de 2001 no solo sirvan para ejercitar esa nostalgia tan característica con la que nos identifican a los argentinos en el resto del mundo. Sino también para que quienes aquella vez arañaron el cielo, esta vez no sean desarmados por las promesas de atajos políticos malmenoristas (que siempre nos dejan atorados en caminos sin salida) ni tampoco barridos por amargas y violentas derrotas. Porque las resistencias, más tarde o más temprano, surgirán inexorablemente. Pero las victorias, hay que prepararlas.

Más allá de algunas de nuestras diferencias aquí esbozadas, 2001. No me arrepiento de este amor es sin duda una herramienta más con la que contamos quienes seguimos estando de "este lado" de la barricada.


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Andrea D’Atri

@andreadatri
Nació en Buenos Aires. Se especializó en Estudios de la Mujer, dedicándose a la docencia, la investigación y la comunicación. Es dirigente del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Con una reconocida militancia en el movimiento de mujeres, en 2003 fundó la agrupación Pan y Rosas de Argentina, que también tiene presencia en Chile, Brasil, México, Bolivia, Uruguay, Perú, Costa Rica, Venezuela, EE.UU., Estado Español, Francia, Alemania e Italia. Ha dictado conferencias y seminarios en América Latina y Europa. Es autora de Pan y Rosas. Pertenencia de género y antagonismo de clase en el capitalismo (2004), que ya lleva catorce ediciones en siete idiomas y es compiladora de Luchadoras. Historias de mujeres que hicieron historia(2006).