×
×
Red Internacional
lid bot

Movimiento Estudiantil. 21 de abril: dar impulso a la unidad y coordinación estudiantil

El engaño de gratuidad. La movilización nacional del 21 de abril. ¿Qué estrategia para conquistar nuestras demandas?

Pablo Torres

Pablo Torres Comité de redacción La Izquierda Diario Chile

Viernes 8 de abril de 2016

Bachelet llegó al gobierno con un programa que, entre otros puntos, planteaba “educación gratuita universal”, buscando sintonizar con el movimiento estudiantil. Ampliando la Concertación, integró a su proyecto a varias/os dirigentes estudiantiles, buscando cooptar nuestras demandas.

El engaño de la gratuidad

Pero fue un engaño. Pasó como promesa, del 100% al 80% de los estudiantes, luego al 60% y finalmente al “60% más vulnerable”. Sin embargo, a través de una glosa de ley de presupuesto se entregó el beneficio: “beca” con condiciones de acreditación y académica, y disminución de beneficiados. Llegarían a ser 120.000, un 10% del total de estudiantes de educación superior.

De los alumnos antiguos, serán 80.000 beneficiados, de ellos miles en la incertidumbre pues sólo fueron “pre-seleccionados”. De los nuevos 40.000, con otra mitad fuera. Más aún, se anunció el “ajuste” presupuestario con $50 mil millones de recortes de los programas de gratuidad en educación superior.

Sin reforma aún de educación superior, la “beca” de gratuidad no cumple las expectativas de los estudiantes, y deja a miles en la incertidumbre.

¿Por qué insistir en el diálogo?

Desde la CONFECH han denunciado el beneficio como “beca de gratuidad” manteniendo el negocio educativo y continuando el desfinanciamiento de las universidades públicas. Tienen razón.

Sin embargo, mantienen el diálogo con el gobierno. Esta semana se reunieron con el jefe de división de educación superior del ministerio de educación. Esperaban información sobre la reforma; no les dijeron nada y les respondieron solicitando ayuda frente a los casos “pre-seleccionados”. Aceptaron, aunque afirmaron la movilización del 21 de abril.

¿Por qué siguen dialogando con un gobierno que engaña al movimiento estudiantil y pacta las leyes con los conservadores? ¿Para qué colaborar con una beca que no es nuestra demanda? ¿Por qué seguir confiando en sus palabras si en los hechos no hay cambios radicales y sí continuidad del modelo?

¿Será por algo que señaló Camila Rojas, presidenta de la FECH: “Nosotros queremos esa reforma, y sabemos que si la reforma fracasa, también es un fracaso nuestro, porque hemos venido instalando esta necesidad"?

Pero esa “necesidad” que ha instalado el movimiento estudiantil, en las calles, paros y ocupaciones, de educación gratuita universal, no es la reforma del gobierno, sino la liquidación de la demanda estudiantil vía concesiones parciales para pasivizarlo y dividirlo, para lo cual precisa el diálogo y colaboración de las direcciones estudiantiles.

Terminar con la estrategia de diálogo y presión, para recobrar el protagonismo en las calles

La movilización nacional del 21 de abril debe plantear un impulso para avanzar en la unidad y coordinación, recuperando el protagonismo de los estudiantes en las calles con sus demandas. Hay que enfrentar el intento del gobierno de mantenerlo como un actor de presión expectante a lo que resuelvan los partidos del régimen y sus negociaciones, que lo va debilitando y fortaleciendo las salidas conservadoras.

Las direcciones de la Confech tienen la contradicción del discurso y la práctica. Denuncian la gratuidad como “beca”, pero mantienen su confianza en la reforma. Dicen que el gobierno no les escucha, pero continúan el diálogo. Llaman a la “ofensiva estudiantil”, pero su estrategia es defensiva, de presión a las instituciones.

Han sido más de diez años de procesos de organización estudiantil, con sus flujos y reflujos, pero esa estrategia de confianza en mesas de diálogos, en proyectos de ley, en mesas con el parlamento, se ha mostrado impotente, y diluye la fuerza social de movilización, la desgasta y divide en luchas locales.

Para recobrar el vigor de un movimiento estudiantil fuerte, masivo y auto-organizado, recuperando el amplio apoyo social por sus demandas, hay que terminar con esa estrategia. Los sectores de izquierda de la Confech, que se muestran más radicales, se han mostrado incapaces de oponer una alternativa que prepare la coordinación, masividad y unidad del movimiento estudiantil desde su base.

21 de abril: superar la división uniendo y coordinando al movimiento estudiantil

Hay una oportunidad abierta producto del descrédito del sistema político y del gobierno.

Sin un plan de lucha que busque coordinar al movimiento estudiantil desde la base, uniendo las demandas locales con las nacionales, los conflictos y procesos de organización de secundarios y universitarios, y unificando su lucha con la del movimiento sindical y social, no se podrá quebrar la voluntad de un régimen incapaz de satisfacer nuestras demandas.

Impulsar la coordinación con Asambleas Generales, Asambleas Inter-facultades y en unidad con funcionarios y académicos, con el movimiento secundario y de trabajadores, es clave para proyectar esta batalla.

Democratizar la Confech de su estructura burocrática actual, con zonales abiertos a todos los estudiantes para que sea un organismo vivo y masivo, que desarrolle las asambleas y organismos democráticos, es una tarea planteado para superar la división. La burocratización, lejos de desarrollar la auto-organización independiente, permite la división en luchas y reivindicaciones locales, difíciles de triunfar aisladamente ante la resistencia del régimen universitario y del sistema político.

Los estudiantes de la Universidad de Chile, de Filosofía contra el acoso sexual, de Derecho contra las expulsiones, y de Artes contra la precariedad de infraestructura, que están dando una pelea en sus lugares de estudio, deben unir sus asambleas y fortalecer sus organismos masificando sus demandas y organización, transformando esas luchas locales en un engranaje para promover la auto-organización democrática, mostrando un ejemplo vivo para la unidad y coordinación. Hay que poner en pie un movimiento nacional estudiantil, que uniendo sus demandas con la clase trabajadora, las mujeres, pobladores, pueblo-mapuche, imponga una salida por izquierda a la situación política del país.

Hay que recobrar el vigor y el protagonismo del movimiento estudiantil para que no lo terminen desgastando y dividiendo como pretende el régimen, y así pasar efectivamente a una “ofensiva estudiantil”, de las palabras a los hechos.


Pablo Torres

Dirigente nacional del Partido de Trabajadores Revolucionarios (PTR). Autor y editor del libro Rebelión en el Oasis, ensayos sobre la revuelta de octubre de 2019 en Chile, Edición Ideas Socialistas, 2021.

X