Hace un año, millones ganamos las calles al grito de "¡Fuera Piñera y fuera los milicos!". Tras una de las históricas jornadas de protesta de la rebelión popular, el gobierno se vio obligado a levantar el Estado de Emergencia, uno de los grandes ejemplos que dejan en claro la urgencia de retomar el camino de la revuelta y reponer la perspectiva de la huelga general.
Domingo 25 de octubre de 2020
El 25 de octubre de 2019 fue sólo una demostración de la potencialidad que estaba adquiriendo la rebelión popular. En Santiago, más de un millón de personas repletaron la Alameda, mientras que en regiones se vivieron también manifestaciones de carácter histórico por la masividad sin precedentes, que hizo eco del fuera Piñera, fuera los milicos y no son 30 pesos, son 30 años.
Desde ese día, comenzó el punto más álgido de la revuelta, extendido hasta la histórica huelga general del 12 de noviembre que puso en la mesa la posibilidad concreta de la caída del gobierno, posibilidad que fue vetada de inmediato por los partidos que firmaron el pacto de impunidad a Piñera y los represores que dio origen al plebiscito de hoy 25 de octubre de 2020.
El día de hoy, millones han salido a votar Apruebo por echar abajo la Constitución de Pinochet, en un plebiscito de carácter histórico, pero que abre un proceso lleno de trampas y limitaciones que dejan fuera la posibilidad de que el pueblo decida realmente, con un quorum que le regala el poder de veto a una minoría, un sistema electoral que beneficia a los partidos políticos tradicionales y una serie de restricciones que dejan fuera la posibilidad de que el organismo electo para redactar la nueva Carta Magna pueda legislar en materia de demandas urgentes como aumento del salario mínimo, reparto de horas de trabajo, fin a las AFP o renacionalización de los recursos naturales bajo control de sus trabajadores y comunidades.
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Es en este marco en el que diversas figuras políticas como Joaquín Lavín (UDI) llaman a un clima de unidad nacional, llamado al que se suma Giorgio Jackson (RD), Pepa Hoffman (UDI), entre otras personalidades del régimen, que esperan que este proceso constituyente tenga la última palabra en el proceso abierto en octubre del 2019.
Asimismo, este escenario ratifica la urgencia de retomar el camino de la rebelión, frente a las trampas que impone el régimen político, el único camino viable para la conquista de las demandas planteadas en la rebelión es el de la movilización de millones, con la perspectiva de una huelga general que pueda tirar este gobierno e imponer una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, pues ni la Convención Mixta ni la Convención Constitucional, siendo organismos pactados con los defensores de la herencia de Pinochet, van a resolver las problemáticas del pueblo trabajador, aparte de dejar intactos otros pilares de la dictadura como el Código del Trabajo.
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Desde el Partido de Trabajadores Revolucionarios, junto con otras organizaciones en el Comando por Asamblea Constituyente Libre y Soberana, planteamos dar esta pelea durante este proceso, como también desde todos los lugares de estudio y trabajo donde intervenimos activamente. Siendo la única organización legal a la izquierda del Partido Comunista y el Frente Amplio, proponemos llevar adelante en todas las demandas de octubre que este régimen quiere vetar, en la perspectiva de poner en pie un gran partido de las y los trabajadores que no tenga ningún compromiso con el Chile de los empresarios.

Javier Ilabaca
Estudiante de Periodismo, Universidad Central de Chile