Reproducimos esta nota del año 2019 en el marco de la octava movilización por el derecho al aborto en Chile, lucha histórica desde el movimiento de mujeres por el derecho a decidir y ad portas del pañuelazo que se realizará en el Hospital Barros Luco Trudeau. En pandemia se pone más al centro que el aborto es un derecho de salud pública.
Jueves 30 de julio de 2020
El nacimiento de un bebe, la crianza y el concepto de maternidad es una etapa de grandes cambios en la vida de una persona y del entorno familiar. Para las mujeres, la maternidad cuando no es deseada tiende a ser una responsabilidad agobiante y forzada, y así lo entendían funcionaria/os de la salud del Hospital Barro Luco.
Chile fue el primer país de Latinoamérica en que se distribuyó de manera gratuita y masiva la píldora anticonceptiva en el año 1962. Esta política pública de salud buscaba contrarrestar la cantidad de abortos clandestinos y las muertes asociadas a estos, hoy es sabido que los métodos anticonceptivos no tienen una eficacia del 100%, y que en algunas ocasiones son utilizados de manera incorrecta debido a la falta de educación sexual.
Un embarazo no planeado, en un momento inoportuno se puede volver un infierno en la vida de una mujer, quien tiene dos opciones; o buscar las maneras de interrumpir su embarazo a través de un aborto inducido en condiciones de clandestinidad e inseguridad, con todos los riesgos físico y legales que conlleva, además de tener los medios económicos para llevarlo a cabo; o bien continuar con un embarazo no deseado, que puede traer graves problemas de autoestima, frustración, duelo respecto a la vida anterior, muchas veces con dificultades económicas, educativas y sociales.
En contexto de pandemia y post pandemia habrá un aumento de embarazos no deseados, la OMS (Organización mundial de la salud) plantea la posibilidad de 15 millones de embarazos no deseados en el mundo. Por tanto debate de los derechos sexuales y reproductivos cobran nuevamente relevancia, no como un problema individual, sino como una cuestión de salud pública.
La maternidad será deseada o no será
Imponer la maternidad es algo perjudicial, y así también lo entendían las y los ginecólogos, médicos, tens y auxiliares del Hospital Barro Luco en los años 70, quienes veían como llegaban mujer con palillos, alambres, lavados con agua oxigenada, pastillas en el cuello uterino, todo para no tener los hijos, las cuales llegaban con hemorragias, infecciones, daños uterinos y en el peor de los casos muertas.
Es así como entre marzo y septiembre de 1973 en la maternidad del Hospital Barros Luco se realizaron entre 20 y 25 abortos diarios, quienes aunque siguiera siendo ilegal, lo realizado a todas las mujeres del sector sur de Santiago, todo esto parte del plan piloto llamado “Campaña preventiva de muertes maternas”. En ese tiempo había aborto legal en caso de peligro de salud y vida de la mujer, pero había que hacer una re interpretación.
En una entrevista al Dr. Faúndes, unos de los principales promotores de la despenalización del aborto en el mundo, que fue parte de “La Máquina” como se conocía el proceso de abortos en la maternidad del Hospital, menciona en El Desconcierto. "Lo discutimos, acuérdese que era la época de Allende y todo el mundo participaba en las discusiones, por lo que decidimos que si una mujer iba a provocarse un aborto, entraría en una comisión que discutía el caso y si se aprobaba se haría la interrupción del embarazo". En la comisión participaban personas tanto de derecha como de izquierda. Pero un día no dio para más. Una propia auxiliar de enfermería del hospital fue a pedir el permiso, a lo que se le respondió de forma negativa. Luego de esto se suicidó.
La noticia conmovió a tal punto a los funcionarios/as que decidieron hacer una asamblea, en la que dijeron que ya no habría más comisión, sino que pasaría solo por el área de Procesos Ambulatorios Pelvianos, que Faúndes dirigía en ese momento más una comunicación al Servicio Nacional de Salud.
Es así como en el Hospital Barros Luco se realizaron en la práctica entre 4.000 y 5.000 abortos. En un artículo del 2 de septiembre de 1973 en La Tercera se menciona: “Para ello se cuenta con una máquina especial, llamada Uterline Aspirator de marca “Sorensen”. Este aparato cuenta con una especie de cánatula conectada a una manguera que hace el vacío. Con esta fuerza se aspira el huevo. Es decir, es una especie de “vacum” que se utiliza además para sacar el huevo. No se hacen los raspados con cucharilla. Logrando así menos riesgos de infección, de hemorragia o de daño uterino".
En un artículo en Revista Paula, en febrero de 1972, Celinda Negrete, menciona "Después de trabajar seis meses como auxiliar en una maternidad, donde vi como llegaban muriéndose las mujeres que abortaban afuera, se metían toda la clase de cosas, que un tallo de perejil, que una sonda, era un gasto inutil de maternidad. Yo nunca he abortado y tampoco me habría un aborto ahora, pero no actúo en forma egoísta, hay otras mujeres lo que necesitan porque tienen demasiados problemas económico", en el mismo artículo Ximena Bórquez, alumna de la escuela de Medicina de la Universidad de Chile sobre la problemática del aborto mencionaba "La mayoría de los médicos están de acuerdo con la legalización. Me sobran los dedos de la mano para contar los que no están con el aborto. a veces uno tienen otras ideas pero llegando al hospital se da cuenta de la realidad".
Violeta Espíndola, auxiliar de esos años, menciona en un artículo en The Clinic.
“La intervención duraba tres o cuatro horas y las pacientes se iban a casa caminando. Yo les preguntaba si les dolía y todas me decían que no”.
Aníbal Faúndes, menciona en el mismo artículo “Aborto hubo antes del golpe y después del golpe y habrá siempre. Lo único que cambia es cuanto riesgo corre la mujer. Nosotros no hicimos mas abortos de los que había. Solo los hicimos menos peligrosos”.
En un relato escrito por María Guadalupe Becerra Quezada, quien fuera funcionaria y hoy usuaria del Hospital Barros Luco. En su libro "Historias de hospital" (2012) uno de sus cuentos "Sordera Social":
"Aquella tarde de invierno, estaba en la sala de espera del policlínico de ginecología del hospital BLT, era ya casi la hora de cierre, sólo quedábamos dos mujeres, cuando escuchamos un alarido de espanto, venía desde el baño público, corrieron personal de servicio y sus rostros eran clara expresión que estaban en presencia de un hecho terrible... Y por Dios que lo era.
Colgado estaba el cuerpo de una niña, muy niña, pobremente vestida, un pelo largo sin brillo, unos pies calzados con unos zapatos rotos, delgadísima.
Llega el doctor y comprueba que ya no tiene vida, está fría.
Al día siguiente en el matutino leo:
"Joven mujer se cuelga en un baño público" por amor? o des - amor?"
Fue la dictadura militar que hizo retroceder este derecho, poniendole fin a la promoción de los derechos sexuales y reproductivos arguyendo imperativos nacionalistas, como la necesidad de contar con una población numerosa para la defensa nacional. Se restringió también la disponibilidad de anticonceptivos y se censuró la información respecto de su uso. Conjuntamente se suspendieron las actividades de información y educación sobre anticoncepción en los consultorios.
El problema del aborto es sin duda un tema de salud pública, la atención a las complicaciones del aborto consume importantes recursos del sector de la salud y desde la perspectiva del aborto terapéutico, la salud mental de la madre es fundamental, su bienestar y decisión, además de su situación de clase, estas fueron las razones que llevaron a las y los funcionarios y trabajadores de la salud en los años 70 a practicar abortos, poniéndose en el lugar que esas mujeres que no querían ser madres, mas allá de causales como hoy se ha limitado la legislación y debate.
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Las mujeres tiene que tener el derecho a decidir, con sus plenos derechos sexuales y reproductivos, desde ahi la triada de la campaña "Anticonceptivos para no abortar, educación sexual para decidir, y aborto legal para no morir"
Desde el Comité de Salud y Seguridad impulsado por la FENATS del Hospital Barros Luco invitán este Jueves 30, en el marco de la octava moviización nacional por el derecho a decidir, a un pañuelazo en el frontis del CDT, del Hospital Barros Luco Truedau.