Jueves 2 de abril de 2015
El sindicalismo de izquierda impulsó asambleas donde los trabajadores votaron desde abajo y democráticamente paro activo con cortes en todo el país. Pero esta práctica no fue la regla: millones de trabajadores quedaron atados a las decisiones de la burocracia sindical, sin poder expresar su voz.
A continuación reproducimos una entrevista realizada a trabajador tercerizado de la planta de YPF ubicada en la ciudad de Ensenada.
¿Dónde trabajás?
M: trabajo en una empresa privada que hace una prestación dentro de petroquímica y dentro de refinería. Es decir trabajo para YPF pero soy tercerizado, dependo de otra empresa. Nos nuclea el gremio SUPE. Trabajamos 8 horas de lunes a viernes y algunos paros de planta (trabajo de mantenimiento o reparaciones que realizan los trabajadores durante largas jornadas cada determinado tiempo cada vez que YPF para su funcionamiento). Desde hace tres años venimos perdiendo algunas cosas, como por ejemplo, las horas extras que teníamos. Laburábamos 12 horas y cobrábamos las 12 horas. Hace tres años empezamos a cobrar 11 horas, porque una hora paramos para comer, cuando si te necesitan a la hora de la comida tenés que laburar igual. Así empezamos a perder algunas cosas que molesta. Empezamos a firmar una planilla en el lugar de trabajo cuando nosotros marcamos con tarjeta y sobre todo molesta que somos tercerizados y no se habla del tema. Yo por lo menos quiero empezar a hablar de cuándo va a ser el momento de pasar a planta.
¿Qué repercusión tuvo el paro?
M: No se charló de nada, solo algún chiste. Pero no se charló de nada que la gente de ahí no quiera que se charle, que son afines a este modelo. Tanto del gremio como de la empresa. Porque la empresa es privada, pero no se diferencian en nada. Así que mucho no se pudo charlar. Yo por mi parte charlé con unos amigos y se vio que en la calle no hubo movimiento. Nada que ver con un día común. Se notó que tuvo fuerza el paro.
¿Qué opinás de las razones del paro?
M: Tendrían que hacer más seguido estas medidas, porque se tiene que empezar a hablar de un montón de cosas. Porque no es como decían en los medios oficialistas que esto era nada más por el impuesto a las ganancias, es un espacio para charlar también de otras cosas, por ejemplo, de los que como nosotros, son tercerizados.
¿Para vos qué otras demandas tendrían que sumarle en tu lugar de trabajo?
M: Que a los seis meses seas trabajador de la empresa porque no funciona así, nunca funcionó así y no va a funcionar mientras las cosas no se discutan. Creo que eso es central. Se habla mucho de igualdad pero no tenemos los mismos beneficios que una persona de YPF. Y ese espacio que necesitamos no lo tenemos para nada, ni con los trabajadores de YPF, ni entre los mismos tercerizados, ni con el gremio, ni con la juventud sindical.
¿Cómo ves que tendría que ser la organización de los trabajadores?
M: De otra manera, juntándose afuera. Ahí adentro no se va a poder. Hay que buscarle la vuelta, ver otra alternativa para que empiece a moverse la rama, como dicen algunos, y hablar lo que realmente pasa. Hace poco el CEO de la empresa nos dijo que nos tenemos que cuidar, que es un año difícil, que los valores de los barriles van a bajar. No te tiran toda esa información durante tres años y ahora te saltan con una información que vos no manejas, porque no se habla ahí ni de importación ni de exportación, ni de los precios, no sabemos nada. No se maneja nada de información de lo que hace esa empresa en el mundo, mucho menos de quiénes son los socios. El 49% de la empresa que no es estatal, no se sabe de quién es, no se charla de nada. Así es difícil saber dónde se está parado.
¿Tienen delegados?
M: Tenemos un delegado que es afín a este gobierno, lo sabemos porque lo grita todos los días y porque no escucha. Yo tuve problemas ahí adentro, no me defiende, no me representa. Me lo ha dicho el "yo defiendo a las patronales", casi lo mato. Antes era de la UCR ahora es K.
¿Hubieses parado hoy si podías?
M: Me hubiera encantado ganar el espacio del estacionamiento y poder charlar bien con todos los compañeros. No obligarlos a parar pero sí sentarnos a charlar. Desde el primer momento del día por lo menos, hasta las 12 horas. Me hubiera gustado una buena asamblea de 3000 trabajadores, cortar la puerta con una asamblea y ahí decidir qué hacer.