×
×
Red Internacional
lid bot

Catalunya represión. 350 guardia civiles más para reprimir las protestas contra la sentencia

El Ministerio de Interior destina 350 nuevos agentes antidisturbios de la Guardia Civil a Catalunya para reforzar el operativo policial ante la sentencia a los líderes soberanistas presos y las movilizaciones que se llevaran a cabo como respuesta.

Martes 8 de octubre de 2019

Foto: EFE/Anna Basa

350 antidisturbios de la Guardia Civil se suman a partir de hoy al dispositivo del Ministerio del Interior elaborado para controlar las movilizaciones que se celebraran en Catalunya una vez se haya hecho pública la sentencia del Tribunal Supremo hacia los dirigentes soberanistas presos por el 1-O.

Así, diferentes grupos de seguridad ciudadana de USECIC y de los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS) de la Guardia Civil se suman a los de la Unidad de Intervención Policial (UIP) que ya fueron enviados a Catalunya antes de que se cumpliera el segundo aniversario del referéndum del 1-O.

El objetivo, según avanzaban algunos medios de comunicación como “El Confidencial”, es reforzar con 700 guardias civiles y 800 policías nacionales un operativo de seguridad desplegado en Barcelona y las principales ciudades de Catalunya, y coordinado con los Mossos d’Esquadra.

De hecho, desde la dirección de los Mossos han activado también desde hace semanas a todas sus unidades de antidisturbios de la Brigada Mòbil (Brimo) y el Área Regional de Recursos Operativos, con el mismo fin de reprimir las movilizaciones que se celebren en respuesta a la sentencia.

En este sentido, este martes el conceller d’Interior de la Generalitat de Catalunya, Miquel Buch, manifestaba que “los Mossos d’Esquadra tienen que estar preparados para resolver cualquier escenario que se pueda plantear cumpliendo el marco jurídico, es decir, la ley de cuerpos y fuerzas de seguridad”, en alusión a las protestas que se están convocando.

Una política represiva muy parecida, la de la Generalitat, a la de hace un año cuando el president Torra llamó a los CDR a "seguir presionando" contra la ofensiva reaccionaria contra el pueblo de Catalunya, mientras, el propio Buch reprimía a los manifestantes que se concentraban ante el Parlament de Catalunya.

El operativo policial y coordinado entre los tres cuerpos de seguridad (Mossos d’Esquadra, Policía Nacional y Guardia Civil) es similar al que ya se desplegó hace apenas un año con motivo, también, del primer aniversario del 1-O.

Sin embargo, en la retina de miles de catalanes y catalanas sigue presente la Operación Copérnico. Un operativo policial sin precedentes que se preveía para 15 días y se prolongó durante más de tres meses en Catalunya. El Ministerio del Interior, con Juan Ignacio Zoido a la cabeza, destinó tres buques abarrotados de miles de policías nacionales y guardias civiles de distintos puntos del Estado que atracaron en los puertos de Barcelona y Tarragona el 21 de septiembre de 2017. A la vez, otros destacamentos policiales salían de distintos puntos del Estado hacia Catalunya, espoleados por el “A por ellos”.

Cabe destacar que, ese día, la Guardia Civil detenía también a 14 altos cargos de la Generalitat por su supuesta relación con los preparativos del referéndum que habría de producirse el 1 de octubre. Empezaban así los meses más agudos de la ofensiva reaccionaria contra el pueblo de Catalunya y el crucero de Piolín, como recordarán todos, y los otros dos buques llegaban para alojar a más de 8.000 agentes que tenían como principal objetivo impedir a golpe de represión la jornada histórica del 1-O.

El actual operativo policial, aunque lejos de los números de efectivos policiales de 2017, se enmarca en la reactivación de la ofensiva represiva en Catalunya por parte del Régimen. A la sentencia hacia los dirigentes soberanistas presos se le suma la Operación Judas de hace dos semanas en la que la Guardia Civil detuvo a 9 miembros de los Comités de Defensa de la República, de los cuales, excepto dos de ellos, todos los demás fueron enviados a prisión provisional, acusados de delitos de terrorismo y tenencia ilícita de explosivos; además de una persecución hacia la izquierda independentista que no cesa desde hace dos años.

Y es que, sin duda, la puesta en marcha desde hace días de la maquinaria represiva en Catalunya tiene como objetivo poner fin al movimiento independentista y acabar con las aspiraciones democráticas de millones de catalanes.