La manifestación iniciada por los docentes el 15 de junio incrementa la presión sobre el gobierno que no accede a los reclamos de la clase trabajadora y que ponen en evidencia el privilegio de la clase política y su fuerza de choque, la policía.
Kevin Wright @kevouv
Jueves 27 de julio de 2017
Foto: El Correo
La situación de una de las ciudades más turísticas del Perú se encuentra atravesada por una álgida expresión de la lucha de clases. Miles de docentes afiliados al Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación (SUTE-Cusco) mantienen la huelga junto con las y los trabajadores miembros de la base del SUTEP -quienes se están manifestando tras haber desconocido a la dirigencia nacional que lidera Hamer Villena-. La histórica Plaza de Armas es el escenario que enseña la importancia de la lucha, allí no se aceptan las ofertas de un gobierno que siempre se inclina hacia la precarización laboral.
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Las facultades que posee el Ministerio de Educación (Minedu) para decidir salarios y jornadas laborales, como también el diseño de la Carrera Pública Magisterial, lo transforma en el único responsable de no otorgar los reclamos de los docentes. Principalmente se exige el aumento del piso salarial a S/2.000, estableciendo un progresivo aumento hacia el 2021 alcanzando los S/4.050; no sólo que se ha rechazado este punto, sino que la titular del sector, Marilú Martens, ha ordenado al Gobierno Regional de Cusco a descontar a los días de sueldo de los profesores que adhieran al paro (incluso cursó a la Contraloría General de la República una solicitud para implementar la deducción del salario a los demás manifestantes de otras 12 regiones del país). Descargando así nuevamente la crisis sobre las espaldas de las y los trabajadores.
Abiertas las mesas de diálogo, la viceministra de Gestión Pedagógica del Minedu, Liliana Mirando, sostuvo: "Los S/2.000 (que se pagarán mensualmente desde marzo) es lo que fiscalmente se puede hacer”, clarificando la postura que mantiene el gobierno de PPK. Declaraciones que aumentaron la bronca de los y las docentes quienes vienen sabiendo transformar esa ira en organización y paro en forma de reclamo para que se oigan sus demandas. Desbordada la dirigencia sindical, las bases intensifican la lucha contra el gobierno.
Foto: El Correo
Movilizaciones
El pasado martes, los profesores nucleados en el SUTEP de la región de Jajua, en Junín, han intentado frustrar un vuelo que despegaba del aeropuerto Francisco Carlé hacia Lima. Por otro lado, en Cusco, se ha intentado tomar el aeropuerto Velasco Astete y se han bloqueado las vías del ferrocarril que conduce a Ollantaytambo y desde este lugar hacia Machu Picchu.
En este contexto de lucha, el gobierno de PPK decretó, el pasado 21 de julio, “estado de emergencia” en cinco distritos de Cusco: Wanchaq, San Sebastián y Cusco (de la provincia de Cusco); y Machu Picchu y Ollantaytambo (de la provincia de Urubamba). Sin embargo, no se decreta la emergencia salarial, ni se pretende aumentar el presupuesto en educación y en salud.