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Red Internacional
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Nube. 5 claves sobre la invasión de mosquitos en el AMBA

Una nube de mosquitos la Ciudad de Buenos Aires, el AMBA y algunas zonas centrales del país. Un recorrido rápido sobre causas, peligros, cuidados y la responsabilidad estatal.

Martes 20 de febrero de 2024 16:37

¿De qué tipo de mosquitos se trata?

Se trata de la especie aedes albifasciatus, de gran tamaño, color marrón y muy agresivo que tiene una distribución muy amplia en Argentina, desde Tierra del Fuego hasta el norte del país, adaptado a diferentes condiciones climáticas.

Esta especie puede encontrarse a lo largo y ancho de todo el país y se los llama “mosquitos de inundación” porque las hembras ponen sus huevos en lugares húmedos para que eclosionen cuando la zona se inunda.

Las investigadores del Conicet Sylvia Fischer y María Victoria Micieli, Instituto de Ecología, Genética y Evolución de Buenos Aires (IEGEBA, CONICET-UBA) y en el Departamento de Ecología, Genética y Evolución de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, explican que, a partir de las intensas lluvias como la de los días pasados (en la CABA, por ejemplo, llovió en media hora el 65% de lo que llovió en 9 días en los últimos 10 febreros), eclosionan, se desarrollan al mismo tiempo todos los huevos que se habían acumulado en gran número por la sequía previa, y por eso vemos esta enorme cantidad de mosquitos. Luego de unos 10 a 15 días, la población irá bajando.

Este mosquito suele encontrarse en zonas rurales y suburbanas y está biológicamente adaptado para picar a distintos animales en busca de sangre, atravesando pieles más gruesas que las nuestras, por eso es tan agresivo.

¿Transmite dengue?

No. A diferencia de los mosquitos domésticos que suelen encontrarse en las casas, como el aedes aegiptis, este no transmite dengue, zika o chikungunya. Pero puede transmitir otras enfermedades como encefalitis equina del oeste, que actualmente registra un brote en caballos. Hace pocos días se encontró el primer caso en humanos luego de 20 años, en un peón rural de la provincia de Santa Fe.

¿Qué cosas hacer y qué cosas no hacer para cuidarnos?

La fumigación no es recomendable porque elimina otros insectos y aparece resistencia posteriormente (de paso, esto mismo vale para otros tipos de fumigación, como las asociadas al agronegocio, cada vez más extendidas sin ningún tipo de cuidado por la salud humana ni sus consecuencias ecológicas).

Sí se recomienda usar repelente, vestir ropa clara y gruesa que cubra lo mayor posible el cuerpo, tapar las ventanas con mosquiteros, e incluso evitar estar al aire libre.

El Estado y los gobiernos deben proveer repelentes para la protección a picaduras. La inflación y los bajos salarios hace que muchas familias no puedan acceder y los sectores más pobres en condiciones de hacinamiento y sin servicios de agua corriente son los más vulnerables y propensos a contraer enfermedades.

¿Puede prevenirse?

También es necesario un plan de prevención con estrategias de control en zonas rurales, espacios públicos y en las casas particulares junto con vecinos y vecinas en contra de los mosquitos domésticos (eliminar acumulaciones de agua, destapar desagües con agua hirviendo, desmalezar patios y jardines, limpiar recipientes de agua), y medidas estructurales como la planificación urbana adecuada y plan de obras públicas para que el agua de red llegue a todas las casas.

Pero además, para evitar nuevas plagas y epidemias es fundamental atacar las causas de la dispersión de todo tipo de mosquitos. Como la expansión del agronegocio y el uso de agrotóxicos que tienen efectos devastadores sobre la población de peces y anfibios, predadores naturales de los insectos.

¿Tiene que ver con la crisis climática?

La crisis climática también es un factor de fondo para este tipo de fenómenos, con aumento de temperaturas y eventos extremos como sequías, inundaciones y olas de calor que se vuelven más frecuentes, y que producen un aumento de la incidencia de enfermedades tropicales en nuevas zonas.

De hecho, distintos estudios muestran que la proliferación del dengue en el país, por ejemplo, está asociado al aumento de las temperaturas producto del calentamiento global. El último informe del IPCC, que recopila la evidencia científica ligada al cambio climático, señala que: "El aumento de las temperaturas ha estado implicado en la aparición de dengue en latitudes templadas, el aumento de las poblaciones de Aedes aegypti y los estudios de campo han demostrado el papel del clima local en la actividad de los vectores [...] Los aumentos futuros en el número de meses adecuados para la transmisión del dengue serán mayores en el sudeste de sudamérica." (Resaltado nuestro, NdR).

De fondo, necesitamos terminar con las emisiones de gases de efecto invernadero, la deforestación y cambios en los usos del suelo, directamente impulsados por las ganancias del capital fósil (petroleras, gasíferas o carboníferas).

Mientras tanto, así como promueven estas ganancias, también es responsabilidad de los Estados y gobiernos garantizar las medidas para que las consecuencias del calentamiento global no caigan sobre la salud de las mayorías, volcando los recursos urbanos, sanitarios y epidemiológicos necesarios.

Todo lo contrario a lo que hace el gobierno negacionista de Milei, que profundiza la matriz fósil, el agronegocio y distintos tipos de negocios que profundizan esas causas, para ganancia de las empresas y del FMI, mientras desfinancia la salud pública.