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Red Internacional
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Editorial. 8M: a ganar las calles para que sea ley y por nuestras vidas

A las mujeres y disidencias nunca nos regalaron nada, cada derecho que conquistamos fue por nuestra organización y movilización. Porque nuestros reclamos y anhelos siguen vigentes, el próximo Día Internacional de las Mujeres hagamos que la tierra tiemble e inundemos las calles de todo el país.

Jueves 5 de marzo de 2020 17:47

La conmemoración del próximo 8M tiene que encontrarnos en las calles. En solidaridad con nuestras hermanas chilenas que dan el ejemplo y enfrentan la represión de Piñera, brasileñas que padecen los ataques del derechista Bolsonaro, bolivianas que sufren el golpe de Estado, ecuatorianas que se levantaron contra el FMI, colombianas que están defendiendo su derecho al aborto, francesas que vienen de protagonizar huelgas y movilizaciones enormes, en el Estado Español se movilizarán en apoyo a las inmigrantes y sus familias y contra la ayuda que pretende dar su gobierno a Grecia para reprimir a lxs refugiados.

A las mujeres y disidencias nunca nos regalaron nada, tenemos una historia de lucha contra el capitalismo patriarcal y sus instituciones, y cada derecho que conquistamos fue por nuestra organización y movilización. Porque nuestros reclamos y anhelos siguen vigentes, el próximo Día Internacional de las Mujeres hagamos que la tierra tiemble e inundemos las calles de todo el país.

En Argentina tenemos que conquistar la legalización del aborto , para que no haya ni una muerta más y se garantice la gratuidad y el libre acceso sin restricciones ni maltratos contra ninguna mujer. Porque las que más sufren la clandestinidad son las jóvenes, las mujeres trabajadoras y pobres, a quienes se las condena a la muerte o a situaciones de riesgo para su vida cuando deciden interrumpir su embarazo.

El Poder Ejecutivo nacional anunció que enviará al Congreso un proyecto de legalización del aborto en los próximos días. La letra “chica” del mismo aún no se conoce, ni sabemos cómo quedará después de pasar por la Cámara de Diputados y el Senado, de prosperar la iniciativa. Es de público conocimiento, sin embargo, que se trata de una propuesta alternativa a la que propone desde el 2005 la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, cuyo proyecto fue presentado ocho veces en el Congreso, y esa misma cantidad de veces fue rechazado o directamente cajoneado.

Podés leer: #AbortoLegal2020: la letra chica y los interrogantes que dejó el anuncio

Que en 2020 se conquiste la legalización del aborto sería un gran triunfo del movimiento de mujeres, feminista y de las disidencias sexuales, que lleva décadas de lucha por este derecho, y cuya conquista le arrancó de las manos un puñado de dinosaurios en el Senado en 2018. Un derecho elemental que fue negado una y otra vez por los distintos gobiernos de turno, tanto peronistas como radicales y de Cambiemos. Por eso tenemos que garantizar que sea legal, seguro y gratuito, accesible para todas las mujeres sin condicionamientos. Que “sea efectivamente ley” y qué tipo de proyecto finalmente se ponga a votación, dependerá de varios factores. De la fuerza que tenga la posición a favor del mismo, que viene creciendo gracias a la marea verde, de la capacidad de lobby que tengan las iglesias y los antiderechos que fueron claves para que caiga la ley en 2018, y de la disposición efectiva del gobierno a que haya legalización y la voten sus miembros en forma mayoritaria, o al menos no la obstaculicen, pese al descontento que genera entre algunos parlamentarios y gobernadores del Frente de Todos que se manifestaron -o incluso ya votaron- en contra de este derecho.

Ante este escenario, lo que es seguro es que, como sucedió hasta ahora, para conquistar éste y todos nuestros derechos tenemos que redoblar la fuerza y la masividad de nuestro movimiento.

A los antiderechos hay que ganarles en las calles

La cúpula de la Iglesia Católica convoca a movilizar a la Basílica de Luján el mismo 8M bajo el lema de “Sí a la Vida”, una clara provocación contra nuestro reclamo de “ni una muerta más” por la clandestinidad de la práctica. En el Congreso ya hubo pronunciamientos polémicos, como el del Jefe del Bloque del PJ en el Senado José Mayans quien comparó al aborto con la pena de muerte. El del diputado Eduardo Váldes, impulsor del grupo “Peronistas por la Vida”, quien ya anticipó que promoverá el voto en contra, o la diputada antiderechos de Santa Fe, Amalia Granata, que volvió a salir a la carga contra el movimiento de mujeres diciendo “las violaciones, el narcotráfico, la pedofilia, los femicidios, etcétera, que también ’suceden’... ¿los legalizamos?”.

El derechista Alfredo Cornejo de la UCR acaba de presentar un proyecto de ley para que se convoque a una “consulta popular vinculante” sobre legalización del aborto y ESI, negando que millones de mujeres ya nos pronunciamos y que nuestros derechos y la decisión sobre nuestras vidas no se plebiscitan. No es casual, él mismo se negó a que en su provincia se cumpla con la Guía Técnica para la Atención de Abortos No Punibles y sostuvo “que los abusos sexuales son un problema familiar”. Además de dar una vez más muestras de ignorancia y desprecio por las mujeres y sus vidas, expresan lo que están dispuestos a hacer para que las mujeres y disidencias no avancemos en la pelea por todas nuestras demandas. Saben que si conquistamos este derecho producto de nuestra lucha histórica, tendremos más fuerza para ir por más.

Esto demuestra que hay una disputa por el derecho al aborto y los términos en los que conquistemos la ley, y que hay que ganarla. En ello también se juega la fuerza para conquistar todas nuestras demandas. Esta vez, la consigna: “educación sexual para decidir, anticonceptivos gratuitos para no abortar, aborto legal seguro y gratuito para no morir” se tiene que hacer realidad. Para eso, tenemos que ser miles en las calles en todo el país, para mostrar que la fuerza de la marea verde es imparable y que en 2020 ni las iglesias, ni los dinosaurios, ni los senadores, ni ningún gobierno, van a arrancarnos de las manos el derecho elemental de poder decidir. ¡Aborto legal, seguro y gratuito ya! Separación de la Iglesia y el Estado!

Pagar la deuda al FMI también es violencia hacia las mujeres

El gobierno legitimó en el Congreso la deuda odiosa que contrajo el macrismo. Esto no es casualidad, sin los votos de sectores del peronismo el gobierno anterior no podría haber hipotecado el país. Las prioridades están claras, primero renegociar la deuda con el FMI y pagar a los bonistas como hizo Kicillof en PBA. Hay Ministerios de Mujer, Género y Disidencias, tanto a nivel nacional como provincial, pero no hay la mínima “sororidad” con las docentes, las trabajadoras y las jubiladas. La “solidaridad” de la que habla el gobierno y sus funcionarias naturaliza que sean las mujeres las que “se la sigan bancando”, total son las que más padecen las consecuencias de la crisis, los bajos salarios (un 27,5% de brecha salarial respecto de los varones según la EPH-Indec en 2018 y un 22,7% tomando sólo asalariados privados en junio 2019, según el Ministerio de Trabajo), la inflación, la precarización laboral extrema (que según cálculos propios de La Izquierda Diario afecta al 55,2 % de las mujeres y al 45,7 % de los varones), la desocupación, y las jubilaciones de miseria (solamente el 10,5% de las mujeres entre 55 y 59 años presenta condiciones relativamente cercanas a la posibilidad de jubilarse y la mayoría de las titulares de jubilaciones o pensiones se encuentra en la jubilación mínima y accedieron por una moratoria) o a la más abyecta pobreza. Hubo, además, un millón de trabajadoras domésticas que ni siquiera recibieron la suma fija que se le dio a otros sectores de trabajadores. Es a ellas, a la mujeres de la clase trabajadora y de los sectores populares, a quienes más afecta la crisis.

Decimos y exigimos:

Desconocimiento soberano de la deuda, ni un peso al FMI y los especuladores. La deuda es con nosotras. Trabajo para todas y salario mínimo igual a la canasta básica familiar con cláusula gatillo; libertad de acceso a categorías en los lugares de trabajo; jubilación mínima igual a la canasta básica para todas; jardines materno parentales gratuitos en los barrios, lugares de trabajo y estudio; comedores populares garantizados por el Estado sin injerencia de las iglesias ni los partidos empresariales para que nadie pase hambre. Por Comisiones de Mujeres, Género y
Disidencias en todos los lugares de trabajo y estudio. El próximo 9M paremos por los derechos de las mujeres. Que las centrales sindicales convoquen a paro y se declare asueto en todas las escuelas, terciarios y universidades.

Luchemos por acabar con la violencia de raíz

En 2020 hubo ya 63 femicidios, es decir una mujer fue asesinada cada 23
horas, y son 88 los niños y niñas que se quedaron sin sus madres producto de la violencia patriarcal. Sólo en los primeros tres días de marzo hubo seis asesinatos de mujeres, uno cada 12 horas: Brenda Micaela Gordillo (24 años), Agustina Atencio (17 años), Jordana Riveros (28 años), Octavia Colque (39 años), Mónica Ramos (61 años) y una niña de 10 años.
Exigimos la inmediata aprobación del Plan Nacional de emergencia contra la Violencia hacia las Mujeres, que incluye medidas básicas elementales que debería garantizar el Estado, como propusieron en el Congreso nuestros compañeros Nicolás del Caño y Myriam Bregman, para asistir a las mujeres víctimas de violencia y a sus familias.

Pero sabemos que bajo el capitalismo patriarcal, que se refuerza diariamente mediante sus instituciones, no se puede acabar de raíz con la violencia machista. Tenemos que poner en pie un gran movimiento de mujeres, feminista y de las disidencias sexuales que se proponga dar vuelta todo, que una sus fuerzas con las del conjunto de la clase trabajadora, para acabar con las raíces profundas de dominación y opresión que este sistema social -aunque pueda otorgarnos algunos derechos- sólo puede perpetuar. Sólo en este camino podemos hacer real que haya “Ni Una Menos”.

Podés leer: ¿Se va a caer? El origen del patriarcado y las estrategias en el feminismo para enfrentarlo-

La política que se proponen desde el peronismo como señaló Elizabeth Gómez Alcorta, a cargo del Ministerio de las Mujeres Género y Diversidad, se basa en construir un feminismo “desde el Estado”, es decir en crear expectativas por “arriba” en detrimento de construir un movimiento en las calles, autoorganizado, que impulse asambleas en sus lugares de trabajo, estudio, en los barrios, y que no subordine sus demandas al apoyo a ningún gobierno, institución estatal y alianza clerical. Para las compañeras de Pan y Rosas, por el contrario, como decimos desde nuestros “orígenes”, los derechos no se mendigan, se conquistan.

Como viene mostrando el movimiento y la enorme marea verde cuando sale a las calles, si millones de mujeres trabajadoras junto a las jóvenes adquieren mayor confianza, somos una fuerza imparable. Unidas al conjunto de la clase obrera podemos no sólo conquistar nuestros derechos, sino minar el poder de quienes nos explotan y oprimen.

A eso también le temen las iglesias, el Estado, la justicia, los gobiernos de turno, las burocracias sindicales y las conducciones de centros de estudiantes “de gestión” que desmovilizan a la juventud. Este 8M demos un paso adelante, salgamos a conquistar
nuestros derechos y a construir un movimiento que se proponga barrer con el capitalismo patriarcal.

En CABA nos movilizamos el lunes 9M a las 17 horas desde Plaza de Mayo a Congreso. El domingo 8M habrá movilizaciones y pañuelazos en distintas partes del país.