Se aproxima el 8 de marzo y se preparan movilizaciones en todo el país. Las mujeres y disidencias volvemos a ganar las calles con la fuerza que nos caracteriza, junto a las mujeres de ArreBeef, las docentes y las trabajadoras de la salud.
Domingo 7 de marzo de 2021 12:12
Este no es un año más, la realidad que vivimos todos los días ya no se soporta. No solo puede verse en las brutales cifras de femicidios sino que la violencia hacia nosotras también se expresa en la desocupación, la precarización laboral, la pérdida del poder adquisitivo, el hambre que afectan mayoritariamente a las mujeres, niñes y disidencias. Con la pandemia, esta situación empeoró y los gobiernos nacional y provinciales con sus políticas de ajuste, no hicieron más que agudizar esta situación.
Crece la desocupación y la precarización, pero también la bronca y la lucha
En medio de esta situación existen mujeres luchadoras que marcan el camino. En Pérez Millán se levantaron mil trabajadoras y trabajadores del frigorífico ArreBeef contra el cierre de sus puertas. Esta pelea, que estalló tras años de prepotencia patronal, precarización laboral y bajos salarios, despertó la solidaridad del pueblo y son las mujeres, muchas de ellas madres, hermanas e hijas de los trabajadores que no dudaron en poner en pie una olla popular para que esta enorme lucha no quiebre por hambre.
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Pero las obreras de la carne son las que se llevan la peor parte. Ellas trabajan a la par de los varones, pero no existe la igualdad al interior de la empresa. Además, tienen que soportar el machismo, la denigración y los insultos por parte de los supervisores.
En todo el país se sienten los ataques al salario con tarifazos, paritarias a la baja, despidos, pero la resistencia ya empezó y una oleada de conflictos empieza a desarrollarse. En Pérez Millán son un ejemplo para los trabajadores y para el movimiento de mujeres que este 8 de marzo vuelve a salir a las calles. También lo son las pibas y pibes de HeyLatam de Rosario que desde hace meses vienen peleando por recuperar sus puestos de trabajo.
La educación es otro claro ejemplo de esta situación. La realidad de las escuelas de la provincia de Buenos Aires es muy grave y la ciudad de San Nicolás no está exenta. Muchas no pudieron reabrir sus puertas por graves problemas edilicios, por falta de insumos para cumplir los protocolos o por falta de cargos. Las docentes tuvieron que volver a la virtualidad donde tienen que hacer malabares para poder garantizar la continuidad pedagógica porque el Estado tampoco garantiza conectividad gratuita. Por un lado, docentes sobrecargados y por otro, docentes sin cargos.
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El Ministro de Educación y el gobernador Kicillof, no invirtieron un peso durante toda la pandemia en mejorar las condiciones de las escuelas y jardines públicos, ni generaron el acceso a cargos con plenos derechos, pero obligaron a las docentes a retornar a las aulas en pésimas condiciones, exponiéndolas a ellas, a los estudiantes y a sus familias.
Ni Una Menos, el Estado y los gobiernos son responsables
Pero eso no es todo si pensamos en la situación en la que nos encontramos las mujeres y las disidencias. Solo este año hubo 60 femicidios, a lo que se suman travesticidios y crímenes de odio. El femicidio de Úrsula nos llenó de bronca, porque la justicia desoyó las denuncias, porque la policía encubrió al femicida que era parte de esa fuerza y luego reprimió a sus amigas y familiares.
Mientras tanto, Sergio Berni salió a defender a la bonaerense diciendo que esa fuerza no tenía nada que ver, cuando los datos de la Correpi demuestran que 1 de cada 5 policías es un femicida. Y, como si fuera poco, Axel Kicillof aumentó el presupuesto para un mejor equipamiento de la misma bonaerense.
El gobierno es responsable porque mientras otorgan cada vez más recursos a las fuerzas represivas, no hay políticas ni presupuestos destinados a prevenir y atender a víctimas de violencia de género. En la provincia de Buenos Aires hay un refugio cada 150 mil mujeres. En nuestra ciudad, el refugio que logramos conquistar después de año de lucha, fue a parar a manos privadas y a la iglesia.
Junto a todos estos ejemplos de lucha vamos a estar las compañeras de Pan y Rosas en el Frente de Izquierda Unidad, marchando en todo el país para para que no haya #NiUnaMenos denunciando la responsabilidad del Estado y los gobiernos y para que no haya más familias en la calle. Queremos plata para planes integrales en violencia de género y no para la represión y la deuda externa. Hoy son las mujeres de ArreBeef, HeyLatam, las que pelean por tierra para vivir, las docentes, las esenciales, las que nos marcan el camino: si ganan ellas ¡ganamos todas!