#8M. 9M: qué debate el movimiento de mujeres en Rosario

El pasado lunes, en la última asamblea de cara a la movilización del 9 de marzo, en el marco del Día Internacional de las Mujeres, se acordó el contenido de la proclama que se leerá de forma colectiva al finalizar la marcha. La misma denuncia la situación que viven las mujeres y disidencias en nuestro país y exige la aprobación de la ley de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, rechaza la intromisión de objetores de conciencia, y exige la urgente separación de la Iglesia del Estado.

Asimismo, denuncia el ajuste que hay en curso en nuestro país y rechaza el acuerdo con el FMI llevado adelante por el gobierno del ex presidente Mauricio Macri y exige al actual gobierno el no pago de la deuda externa. Por otro lado, el movimiento de mujeres se pronuncia contra la situación de precariedad laboral que viven mujeres y varones en nuestra provincia, en particular las y los docentes que vienen de recibir una lamentable oferta salarial del 3% por parte del gobierno provincial. Estas fueron las propuestas llevadas adelante por la agrupación de mujeres Pan y Rosas, junto al resto de las agrupaciones que integran el Frente de Izquierda Unidad, que dio al documento este carácter de denuncia a los gobiernos.

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En el marco de un acatamiento masivo de las docentes al paro contra la oferta salarial del ejecutivo, donde las calles rosarinas se tiñeron de guardapolvos blancos y carteles que denunciaban a Omar Perotti por la vergonzosa oferta, las organizaciones que son parte del Frente de Todos y del gobierno provincial se empeñaron en vetar que se nombre con todas las letras al gobernador en el documento del movimiento de mujeres.

Estos mismos sectores que se negaron a denunciar al ejecutivo provincial, acompañados de agrupaciones de centro izquierda como Ciudad Futura y el Frente Social y Popular, buscaron imponer modificar la forma acordada de marcha para que no participen varones cis.

Dividir las luchas, dividir las fuerzas

El movimiento de mujeres viene de años de demostración en las calles de su fuerza, desde el 2015 por NiUnaMenos, y en los últimos años por el derecho al aborto y la separación de la Iglesia y el Estado. Esa fuerza supo conmover y conquistar aliadas y aliados, como el empuje enorme de las pibas y los pibes de los colegios, el apoyo de los militantes en los espacios de organización o el acompañamiento de los trabajadores en los lugares de trabajo contra el machismo y contra el ajuste. La importante lucha docente en Santa Fe, con su mayoría de maestras a la cabeza, pero también de maestros es el ejemplo que debemos seguir. El 9M pararán de conjunto por los derechos de las mujeres, por aumento salarial y contra el ajuste del gobierno provincial. Buscar dividir la pelea, es dividir las fuerzas para conquistar los derechos que aún le faltan al movimiento de mujeres y para enfrentar el ajuste en curso.

La agrupación de mujeres Pan y Rosas planteó que quienes proponen dividir la marcha, tienen una posición que lleva a individualizar una lucha que para el movimiento de mujeres no debe ser contra los individuos –en este caso los varones cis- sino contra un sistema patriarcal, capitalista y racista que produce y reproduce la violencia hacia las mujeres todos los días y donde el Estado es el principal femicida. Así, aquellas agrupaciones que deciden individualizar en varones puntuales hoy defienden no nombrar a los responsables políticos del ajuste, como Omar Perotti, cuando el movimiento de mujeres tiene sobrados motivos para hacerlo: por anti derecho, por ajustador, o por haber puesto en pie el gabinete más celeste de los últimos años. Tampoco quieren denunciar al Papa Francisco como el principal exponente de odio a la lucha de las mujeres, ya que todas estas agrupaciones hacen públicas sus visitas y apoyos a la máxima autoridad del Vaticano. Proponen un feminismo a la medida de los gobiernos y que no moleste mucho a la Iglesia y el Vaticano. Sientan un precedente de división para las peleas que tiene por delante el movimiento de mujeres para conquistar sus derechos y enfrentar los planes del FMI.

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Por eso desde Pan y Rosas en el Frente de Izquierda Unidad se dijo que, para conquistar las demandas históricas, como el derecho al aborto y enfrentar el ajuste, la fuerza de las mujeres y disidencias tiene que estar más al frente que nunca, pero marchando codo a codo junto a cada secundario, trabajador, estudiante, docente que se quiera sumar a nuestra pelea. Por eso se exigió una vez más que las centrales sindicales convoquen a un paro el 9M de todos los sectores con las demandas del movimiento de mujeres y disidencias al frente. Es la mejor forma de mostrar a los gobiernos y a las jerarquías eclesiásticas que la enorme fuerza de esta marea sigue en las calles y puede estar al frente de la pelea contra el ajuste que preparan los gobiernos a pedido del FMI para pagar la deuda. Para llenar de fuerza a las maestras y que ganen las y los docentes en lucha, por el derecho al aborto sin condiciones ni objetores de conciencia. Pan y Rosas también se movilizará contra el clero y como dicen en las marchas: que los curas se vayan a laburar y dejen de tener jubilaciones de privilegios. Esta es una pelea por un feminismo socialista: contra todo tipo de opresión y explotación, contra el sistema patriarcal, capitalista y racista. Esa pelea hoy es anticlerical e independiente de todos los gobiernos, para poner en las calles una fuerza de mujeres, trabajadores y estudiantes para enfrentar el ajuste.