Una de las lecciones más importantes de la revolución rusa para los trabajadores y oprimidos del mundo es la necesidad de construir un partido de trabajadores con plena independencia de los empresarios y en ruptura con el capitalismo.
Lunes 27 de febrero de 2017 08:46
La prensa internacional de orientación conservadora ha iniciado una serie de artículos de opinión acerca del acontecimiento político más importante del siglo XX: la Revolución Rusa. El lector puede acceder a ellos en el diario El País, El Mundo, e incluso en la prensa patronal chilena como El Mercurio y La Tercera. El objetivo de los artículos es demonizar y deslegitimar lo que fue la primera gran revolución proletaria triunfante.
En el diario El País de Estado Español se entrevistó a uno de los sovietólogos burgueses más reaccionarios y conservadores acerca de la revolución rusa. Asesor del imperialismo norteamericano, miembro del Consejo de Seguridad Nacional del gobierno de Ronald Reagan, Richard Pipes afirmó que: “La Revolución Rusa fue uno de los sucesos más trágicos del siglo XX. No hubo absolutamente nada positivo ni grandioso en aquel acontecimiento. Entre otras cosas, arrastró a la humanidad a la II Guerra Mundial. Los sóviets establecieron un régimen de terror sin precedentes”. (Ver: http://cultura.elpais.com/cultura/2017/01/27/babelia/1485532487_550316.html).
Al señor Pipes le van a seguir dando una tribuna en la prensa burguesa internacional. Estas afirmaciones son la muestra del terror y el miedo que en la actualidad todavía tienen las grandes clases propietarias a la abolición del derecho de propiedad privada de las empresas. Precisamente, la revolución rusa fue eso: el mayor acto de transgresión al derecho de propiedad privada de los medios de producción llevado a cabo por los obreros y campesinos.
Lecciones para vencer en el siglo XXI
No solo los empresarios y sectores conservadores de la sociedad tienen derecho a extraer lecciones de la revolución rusa. Los trabajadores del mundo también tienen ese derecho. Más aun en una época donde los capitalistas se hacen cada vez más ricos y sociedades enteras se hacen cada vez más pobres. Los explotados y oprimidos del mundo tienen mucho que aprender de las revoluciones para vencer en sus demandas. Desde un punto de vista crítico, la revolución rusa tiene mucho que enseñar a los trabajadores.
La acción de los obreros, soldados y campesinos organizados en soviets fueron el motor del proceso revolucionario de 1917. Pero sin la existencia del partido bolchevique los soviets no habrían asegurado el poder para los explotados y oprimidos en contra de los grandes propietarios y capitalistas.
El bolchevismo nos dejó la lección de que es necesaria la construcción de una herramienta política para los trabajadores en el siglo XXI, con plena autonomía de las variantes empresariales. En el Petrogrado revolucionario de 1917 hubo una serie de partidos que participaron de los soviets. Sin embargo, el bolchevismo terminó predominando por sobre el resto al interior de estos. ¿A qué se debió esto?
El partido bolchevique fue sustancialmente un partido de trabajadores urbanos y organizador de los mismos. Se introdujo en profundidad en cada lugar de trabajo y en cada organismo que agrupó asalariados, tales como: comités de fábrica, sindicatos, secciones obreras locales de los soviets y guardias rojas.
La organización política de la vanguardia de la clase trabajadora constituye el pilar de la estrategia bolchevique y de lo que se conoció como leninismo. Si el bolchevismo tuvo éxito frente a los demás partidos revolucionarios es porque tuvo un programa político con objetivos estratégicos claros y sin ambigüedades. Supieron comunicar con simples palabras un programa político de ruptura con el capitalismo de y para los trabajadores con plena independencia de los empresarios y grandes propietarios.
La claridad del programa bolchevique y su obstinada convicción de que había que conquistar la mayoría de la clase trabajadora, es lo que les permitió erigirse como el principal partido revolucionario de los soviets del Norte de Rusia. A diferencia de los demás partidos socialistas o de la izquierda rusa, los bolcheviques plantearon con absoluta claridad que las demandas del pueblo trabajador se obtendrían sin el apoyo de los empresarios y su gobierno. La emancipación de los trabajadores vendría de la transformación del capitalismo en una nueva forma justa de producción y distribución de bienes y servicios: el socialismo.
Los bolcheviques agitaron y comunicaron una y otra vez a los trabajadores y soldados en los soviets que había que terminar la guerra, entregar la tierra a los campesinos y reconocer todos los derechos laborales de los obreros, en particular la jornada laboral de ocho horas. Estas demandas, por más simples que parezcan al lector, obligaban a los demás partidos de trabajadores y socialistas a entrar en directo conflicto con el gobierno provisional nacido en febrero de 1917.
Los bolcheviques mostraron una firme disposición política a enfrentar al gobierno si este no respondía a las demandas de los trabajadores. Como es sabido, el gobierno provisional no fue capaz de responder ante estas demandas debido a su alianza con las clases empresariales y las potencias imperialistas que querían que Rusia continuara en la guerra. Como no lo hizo, perdió legitimidad en las masas explotadas y se llevó consigo a la ruina a los demás partidos soviéticos: mencheviques y socialistas revolucionarios. Este último se partió por la mitad y un sector se unió a los bolcheviques.
Eso es lo que hace falta en el siglo XXI. Construir partidos de trabajadores con una estrategia anti capitalista clara que permita a los trabajadores y descontentos con el neoliberalismo imponer su voluntad sobre los capitalistas y sus Estados, y de ese modo construir una nueva sociedad.
Vicente Mellado
Licenciado en Historia. Universidad de Chile. Magíster © en Ciencias Sociales, mención Sociología de la Modernización. Universidad de Chile