Nuevamente, recordamos al docente Carlos Fuentealba, cuando se cumplen trece años de su fusilamiento en la provincia de Neuquén, a manos del Estado y sus Fuerzas de Seguridad
Domingo 5 de abril de 2020 13:49
Carlos era parte de reclamos extendidos a lo largo del país, por un aumento salarial que cubriera la canasta básica familiar y en defensa de la escuela pública. A nivel nacional, el gobierno de Néstor Kirchner había establecido “un piso” de $ 1.040, cuando la canasta básica familiar rondaba los $2400. Sin embargo, las luchas provinciales habían quedado aisladas por la ausencia de un plan de lucha nacional de CTERA.
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Hoy, nos encuentra en la misma lucha por una educación pública de calidad y un salario que cubra las necesidades básicas de los trabajadores de la educación, en un contexto inédito por la pandemia producida por el virus Covid-19. No obstante, la situación ya era difícil durante el gobierno de Cambiemos, que agravó el deterioro de años anteriores, con la ayuda de la oposición burguesa y la burocracia sindical.
Con la pandemia y la cuarentena, quedaron en evidencia las condiciones de precariedad en las que nos encontramos los docentes, por planes como FinEs, no poder tomar cargos, etc. Y, en cuanto a los alumnos y sus familias, la imposibilidad de cumplir con el aislamiento por no contar con un lugar adecuado y la necesidad de seguir trabajando para comer.
En cuanto a la continuidad del aprendizaje, la mayoría no cuenta con la tecnología y el espacio físico para hacerlo.
La asistencia alimentaria es totalmente insuficiente en cantidad y calidad. Plata hay, pero va al pago de la deuda, los bonistas y a salvar a los empresarios.
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Como si fuera poco ese conjunto de penurias, el Estado manda al Ejército para repartir la comida. Esa tarea ya es realizada por los docentes organizados con auxiliares y vecinos. Sabemos que el Ejército es el mismo de ayer y su llegada es para reforzar el control social. El poder que el gobierno de Fernández les ha dado a las Fuerzas de Seguridad, con la excusa de hacer cumplir la cuarentena, se expresó en el maltrato y represión, sobre todo a los pibes de los barrios, a nuestros alumnos.
Por eso, recordando a Carlos y su lucha decimos:
Carlos Fuentealba ¡Presente!
No damos vuelta la página
Seguimos exigiendo castigo a los responsables políticos y materiales de su asesinato.
La plata tiene que ir a educación y salud, no para el FMI