En el bicentenario del nacimiento de Fiódor Mijáilovich Dostoievski hacemos un breve repaso por su vida y por dos de las más importantes obras del autor: Crimen y Castigo y El jugador.
Dostoievski es considerado uno de los grandes escritores de la literatura mundial. Vida y obra del autor se entrelazan continuamente en una Rusia atrasada del siglo XIX bajo el yugo de los zares, abordando tanto el pensamiento social, ético y político de su época.
Vivir bajo el zarismo del siglo XIX
Fiodor Mijáilovich Dostoievski nació en Moscú el 30 de octubre (11 de noviembre según calendario actual) de 1821 y falleció en San Petersburgo el 28 de enero (9 de febrero) de 1881. Su padre, Mijaíl Andréievich Dostoievski, hijo de un sacerdote, optó por la carrera de medicina. Ejerció su profesión en el hospital público de Moscú, el Mariinski. Su madre, María Fiódorovna Necháieva, nacida en una familia de clase media, estuvo interesada en la cultura y el arte. Tuvieron ocho hijos, de los que vivieron seis, siendo el segundo Fiodor. Algunos biógrafos han presentado al padre como a un despótico y a su madre como una mujer inteligente.
En 1834, Dostoievski ingresa junto con su hermano Mijaíl en el pensionado de L. I. Chermak, donde cursaron los estudios secundarios en Moscú. En 1838, un año después de la muerte de la madre producto de la tuberculosis en 1837, fueron enviados por su padre a la Academia de Ingenieros Militares de San Petersburgo, ciudad que será el escenario predilecto para sus próximas obras.
Luego, en 1839 murió su padre, según algunas versiones asesinado por sus propios ciervos en Cheremoshnia, una de sus propiedades, producto de la crueldad que éste les infligía a los campesinos. En una carta que le escribió Fiodor a su hermano, tras la muerte del padre puede observarse la búsqueda que iniciaría el escritor desde ese momento, que influyó en gran parte de su literatura: “El hombre es un misterio. Un enigma que hay que desvelar. Y si a desentrañarlo le entregas toda tu vida no digas que has perdido el tiempo. Yo me dedico a este misterio, pues quiero ser un hombre” [1].
El joven Dostoievski leerá a Alexandr Pushkin, Nikolái Gógol, Shakespeare, Víctor Hugo y Honoré de Balzac, de quien en 1842 tradujera al ruso la novela Eugénie Grandet para pagar deudas de juego y que le permitiría poder avanzar en sus propios escritos de literatura. En 1845, termina su primera obra Pobres gentes, conoce al poeta Nikolai Nekrásov quien piensa que “Ha nacido un nuevo Gógol” y a Vissarión Belinski, el crítico literario más importante de esos años del reinado zarista, que concluye que Dostoievski ha creado la novela social. El autor intenta llevar su escritura al lenguaje de la gente de su época, para que puedan sentirse identificados con sus propias experiencias y lo que se relata en la novela.
Sus primeras obras se ven influencias por la escritura de Gógol, por la crítica moral y elementos poéticos en su narración, entre las cuales se enumeran: El doble de 1846 y Noches blancas de 1848. El prestigio que logra el escritor con sus primeras obras lo acercan a la vida cultural y social de San Petersburgo, alejándose paulatinamente del carácter social de su primera obra para comenzar a elaborar dentro de sus producciones elementos propios de la novela realista psicológica, siendo uno de los representantes más destacados de este tipo de narraciones donde prima la caracterización interior de los personajes y la trama nace de las exaltaciones, angustias y reacciones de los personajes a los conflictos con que se enfrentan durante el desarrollo de la novela.
Según Bajtín, la característica principal de las novelas de Dostoievski es la autentica polifonía de voces autónomas, es decir la pluralidad de voces y conciencias independientes e inconfundibles que se dan dentro de un mismo texto.
Debido a la intensa actividad pública que llevaba por entonces Fiódor Dostoievski, ingresó al círculo clandestino de intelectuales progresistas en torno al pensador Mijaíl Petrashevski, inspirándose en la revolución de 1848 en Francia, que defendía el derrocamiento del zar.
En 1849, Dostoievski y los miembros del circulo fueron detenidos y encarcelados en la fortaleza de Pedro y Pablo de San Petersburgo. Fueron acusados de mantener discusiones políticas de forma clandestina y de haber leído la carta de Belinski criticando a Gógol en la cual proclamaba la tiranía del Zar y la religión: “Ella no necesita sermones (¡bastantes ha oído!), no oraciones (¡bastantes las ha machacado!), sino el despertar en el pueblo el sentimiento de la dignidad humana” [2].
La condena, en principio, fue la pena capital mediante el fusilamiento, para luego, formado ya el pelotón de ejecución frente a los condenados, por decisión del zar, pasar a ocho años de trabajos forzados en Omsk (Siberia), luego reducidos a cuatro, y la obligación de cumplir servicio militar en la guarnición de Semipalátinsk.
Las condiciones de vida durante el encarcelamiento fueron registradas en su novela Apuntes de la casa muerta de 1861. En esos momentos, escribió en carta a su hermano: “Cuántos tipos y caracteres populares he sacado del presidio… ¡Cuántas historias de vagabundos y bandidos, y en general de la vida oscura y desgraciada! Me basta para volúmenes enteros” [3].
Le bastó esos años carcelarios para escribir sobre el pueblo que sufría la deportación a Siberia, tanto de presos comunes como de presos políticos.
En 1855 muere Nicolás I y se corona como zar a su hijo Alejandro II y se decreta la amnistía para los individuos condenados por el zar anterior. Fiódor mientras realizaba el servicio militar conoció al maestro Alexandr Isáiev y su esposa María Isáieva, quien después de la muerte del maestro contrae matrimonio con Dostoievski en 1857.
Dos años después, debido a su deterioro físico y mental derivado de sus ataques epilépticos, Fiódor fue licenciado y pudo volver a su vida normal. Junto a su hermano Mijaíl en 1860 fundaron su propia revista literaria Vremia (El tiempo), donde aparecerá Apuntes de la casa muerta y Humillados y ofendidos de 1861.
En 1862, realizará un viaje al extranjero donde conocerá a Apolinaria Súslova (Polina), estudiante de ideas nihilistas, con la cual al año siguiente se volverá a reunir en Europa, pasando unos días en la ciudad alemana de Wiesbaden, donde contraerá grandes deudas con la ruleta en el casino. Luego en 1864 antes de emprender un próximo viaje en compañía de Polina, muere su mujer María Isáieva de tuberculosis y su hermano Mijaíl, de quien recibe deudas que decide afrontar. Bajo esta situación, el escritor publicó El jugador en 1866, donde expuso sus sentimientos hacia el juego y la tormentosa relación que mantuvo con Súslova.
En aquellos años comenzó a tener problemas de dinero y por eso decidió volver a viajar a Wiesbaden y apostar todo su dinero en la ruleta, perdiendo todo lo que llevaba en las apuestas. Por lo cual se le ocurrió vender la idea de una nueva novela a diversos editores, y encontró respuestas en F.T. Stellovski, que le ofreció por una novela la cantidad de 3.000 rublos, con la condición de que si no cumplía con la entrega, durante nueve años los derechos de todas sus obras sería solamente del editor. Dostoievski aceptó y contrató a la taquigráfica Anna Grórievna Snítkina de veinte años, quien comenzó con la novela El jugador para continuar con Crimen y castigo en 1866. Posteriormente, en 1867, contrajeron matrimonio y pasó a ser redactora y agente literaria del novelista. Tuvieron una hija llamada Sofía que murió a los pocos días de nacer.
En enero de 1870 escribió El idiota, donde el príncipe Mishkin peca de bondad y desarrolla uno de los personajes de mayor complejidad para los críticos que roza lo quijotesco donde la virtud cristiana de bondad, en un mundo decadente donde nada se hace si no es en beneficio propio, es considerada idiotez. Uno de los elementos autobiográficos agregados por el autor son los episodios de epilepsia que sufre el príncipe en la novela.
Dostoievski a través del ejercicio literario que realiza en sus novelas, exponiendo a los más desprotegidos de su época, pobres, criminales, prostitutas, alcohólicos y personajes cargados de excesos de bondad, pone a prueba los límites de la existencia, para comprender la desgracia humana y así fortalecer su propio cristianismo. El autor pone en tela de juicio sus creencias, revisa su fe en los subterráneos del alma humana, en los enigmas del ser humano y mientras estos personajes pasan por varios trastornos durante el desarrollo de sus producciones, el pensamiento del autor logra regresar con éxito a su fe cristiana. La divinidad en Dostoievski toma forma en la figura de Jesucristo.
Luego, debido a los intensos atentados que se venían dando en la Rusia zarista y con un intento de demonizar al movimiento revolucionario, Dostoievski presenta al personaje Piotr Verjovenski que fue basado en la figura del nihilista Seguéi Necháiev, en la novela Los demonios de 1872. Al año siguiente comienza a publicar sus diarios (Diario de un escritor) en los cuales extiende sus opiniones políticas y sociales cargadas de tinte conservador y religiosa, donde se mezclan el género periodístico con la crítica literaria.
Los hermanos Karamázov sería su obra cumbre, que tiene como eje argumental un parricidio, abordando debates éticos y de religiosidad sobre la existencia de Dios y la moralidad en un mundo en el cual avanza una modernización que Fiódor solía ver como amenazante, donde las banalidades y la verdadera razón de fe están en disputa. Se comenzó a publicar por entregas en el periódico El mensajero ruso en 1879 y como libro en 1880. Inicialmente, iba a escribir una segunda parte, pero lamentablemente, el autor murió unos meses después de que se publicara la primera parte de la novela. Jean Paul Sartre supo reconocer que en los inicios de su pensamiento se vería interpelado por la declaración de Iván Karamázov: “Si Dios no existe, todo está permitido” [4].
El 28 de febrero de 1881, fallece después de sufrir una hemorragia pulmonar y que los médicos le diagnosticaran una aneurisma de aorta.
El escritor ruso Fiódor Dostoievski, durante su vida, intentó examinar en su literatura la esencia del ser humano y trató de clarificar su enigma, que al intentar ser libre, a pesar de estar acorralado por las leyes que le impone el sistema, y que bajo esa responsabilidad de vivir en un régimen de imposición ocurre su tragedia, se produce la eterna disputa de resolver lo trágico de la humanidad entre lo racional y la espiritualidad, donde la única salida para el ser humano es la redención cristiana.
A continuación haremos un análisis de dos de las más importante novelas del autor:
De las memorias de un joven jugador
El jugador fue publicado en 1866, donde se refleja apropiadamente la adicción de Dostoievski al juego de la ruleta durante sus vacaciones en Wiesbaden, que en la novela será presentada como la ciudad de Ruletenburgo, su relación tormentosa con Apolinaria Súslova (Polina) y las tentaciones de occidente.
Además de tener elementos autobiográficos, la novela presenta como característica de los personajes la incapacidad de dominar sus pasiones, donde se presentan las miserias del ser humano como la ruina, el odio y el engaño.
Fue escrita en 26 días debido al contrato que había firmado el autor en el cual se dictaba que en el plazo correspondiente Fiódor debía entregar una novela lista a F.T. Stellovski, en caso contrario, por nueve meses perdía sus derechos a todas las obras que escribiera durante ese periodo. El autor dictó El jugador a la taquígrafa Anna Grórievna Snítkina, que meses después sería su segunda esposa.
El protagonista, Alexei Ivánovich, narra en primera persona, a través de su diario, lo que ocurre en Ruletenburgo (Alemania), siendo tutor de una familia rusa que vive en una suite de hotel: ¡Con qué ligereza, relativamente hablando, escribí yo entonces estos últimos reglones! [5]
Es una persona que no puede controlar sus impulsos que lo llevan a tomar malas decisiones, por eso mismo Alexei Ivánovich afirma: “Se experimenta una sensación singular cuando, solo, en tierra extraña, lejos de parientes, y de amigos y sin saber qué has de llevarte hoy a la boca, apuestas el último gulden, el último, el último” [6], siendo que el personaje constantemente se deja conducir por sus pasiones sin razonar sus consecuencias, que en sus delirios encuentra el camino que debe seguir para su vida.
Otro de los personajes, El General, está en deuda con el francés De Grieux y ha hipotecado gran parte de sus propiedades. Espera enterarse de la muerte de su rica tía Antonina Vasílievna Tarasévicheva, a quien llaman “la Abuela”, y constantemente envían telegramas a Moscú, esperando la noticia de su fallecimiento y poder cobrar la herencia y contraer matrimonio con Mademoiselle Blanche. En esta situación se puede observa que el autor intenta describir la caída estrepitosa de la aristocracia durante el siglo XIX, que dilapidaba sus riquezas y sus privilegios como El General esperando recibir una herencia para afrontar su falta de dinero y la Abuela que gasta gran parte de su riqueza en la ruleta del casino de Ruletenburgo. Alexei está enamorado de Polina Alexándrovna, quien es la hijastra del General, y hace un juramento de servidumbre a ella.
Después de un tiempo aparece en la ciudad Antonina Vasílievna Tarasévicheva (La abuela) para sorpresa de todos en una escena cargada de comicidad y excentricidades, donde les comenta que ninguno recibirá su herencia. A continuación, ésta le pide a Alexei que ejerza como su guía por la ciudad alemana, famosa por sus aguas curativas y por su casino.
Al ocurrir todos estos acontecimientos trágicos para la familia del General, Alexei decide salir corriendo de la habitación y dirigirse al casino donde comienza a jugar en un estado febril y gana más de doscientos mil rublos. Se deja llevar por sus impulsos y con la idea de poder ganar dinero para ayudar a Polina: “Sí, a veces el pensamiento más disparatado, la idea más imposible se apodera de nosotros con tal fuerza que acabamos por creerla realizable…” [7].
Tanto en El jugador como en la mayoría de sus novelas Fiódor Dostoievski presenta personajes que no pueden cambiar su forma de ser frente a la vida, que se dejan guiar por el azar o por la idea misma que se les presenta y no les queda más remedio que ante el fracaso, asumir su destino como si fuera una liberación, tal como dice Walter Benjamin https://www.eternacadencia.com.ar/blog/ficcion/item/leer-a-dostoievski.html]: “Hasta el más nimio de sus personajes está abandonado a su suerte, fue entregado a ella con las manos atadas.” La novela muestra las miserias humanas en escasas 200 páginas, de fácil lectura, entretenida e incluso con algunas escenas de humor.
Acerca del crimen, la culpa y el castigo
Crimen y castigo es una novela que consta de seis partes y un epílogo escritos por el autor ruso. Fue publicada por primera vez en 1866. Junto con Guerra y paz de León Tolstoi, se considera una de las novelas más importantes de la literatura rusa y mundial.
La novela narra la vida de Rodión Románovich Raskólnikov, un estudiante en San Petersburgo que suspende sus estudios por la miseria en la cual se encuentra viviendo, a pesar del poco dinero que le envían su madre Pulkeria Raskólnikova y su hermana Avdokia Románovna (Dunia). Además, necesitando dinero para pagar sus gastos, recurre a Aliona Ivánovna, una anciana prestamista con la que empeña sus objetos de valor.
Su hermana Dunia, con la intención de ayudarlo, acepta la propuesta de matrimonio del empresario y capitalista Piotr Petróvich Luzhin que asegura según su pensamiento que: “acumulando única y exclusivamente para mí, en cierto modo acumulo al mismo tiempo para todos” [8], siendo que en el capitalismo solamente muy pocos se enriquecen a costa de muchos, haciendo enfadar a Rodión que no quiera aceptar ningún tipo de ayuda de su madre ni de su hermana.
Raskólnikov asesina a la anciana y a su hermana Lizaveta, ya que lo sorprende en el lugar del crimen, con el objetivo de robarle parte de dinero y objetos empeñados, pero también por considerarla un ser humano que es innecesario para la sociedad, una persona que lastima a los demás: “No vale más que la vida de un piojo o de una cucaracha; y ni siquiera eso vale, pues la vieja es perniciosa. Carcome la vida de otra persona: hace solo unos días, rabiosa, le mordió un dedo a Lizaveta” [9], sumado a sus delirios de considerarse ser una persona extraordinaria, un superhombre comparándose con Napoleón.
El personaje de Dostoievski, Raskólnikov, ha asumido que el mundo se halla dividido en dos tipos de seres humanos a través de la publicación de su escrito Acerca del crimen en La Palabra Periódica; donde presenta aquellas personas extraordinarias que tienen la capacidad y el derecho a cometer crímenes por el bienestar de toda la sociedad y aquellas personas ordinarias que no tienen otra alternativa que estar sometidas a las leyes que se les imponen. Según el personaje principal, las personas extraordinarias recaban la destrucción del presente en nombre de algo mejor, manifestando la idea de un superhombre capaz de dictarse su propia ley.
Durante días después del asesinato, en uno de sus tantos vagabundeos por San Petersburgo, Raskólnikov conoce al antiguo funcionario Marmeládov, un alcohólico que muere atropellado por un carro a caballo; éste ayuda económicamente tras la muerte del funcionario a su familia con los escasos rublos que recibe de su madre. La hija mayor de esta familia, Sonia, una benefactora joven que se prostituye para ayudar a su madrastra y a sus hermanos, será la única persona a la que Raskólnikov confiese su crimen antes de relizarlo frente a la justicia.
Al mismo tiempo, se encuentra con el juez de instrucción Porfirio Petróvich, el cual comienza a perseguir a Rodión con la intuición de que Raskólnikov cometió el asesinato de Aliona Ivánovna y con la intención de que confiese su crimen. Entre ellos se producen escenas donde ambos discuten sobre los fundamentos que llevan al asesinato de una persona, sin dejar de lado el diálogo habitual que se da entre un detective y un presunto criminal y donde se ilumina la polifonía con mayor claridad.
También se da la repentina aparición de Svidrigáilov, que acosa a su hermana y el cual sería el antagonista de Rodión Raskólnikov, siendo que él es un criminal pero sus transgresiones no son por cambiar el mundo sino por propia necesidad personal.
Raskólnikov, inmerso en la ansiedad y los remordimientos, reconoce que no puede convertirse en una persona extraordinaria y que por lo tanto pertenece al tipo de personas ordinarias, por eso mismo decide entregarse a las autoridades, por lo cual es enviado a Siberia para cumplir su condena y Sonia se va con él.
Dostoievski expone en forma magistral a su protagonista a los delirios mentales que son el efecto de su crimen, durante toda la dinámica de la novela, exhibiendo las voces de su mente que se enfrentan angustiosamente entre lo que considera moralmente adecuado para las personas extraordinarias, considerándose en un primer momento parte de ese tipo de seres humanos, y aquello que se relega para las personas que encajan dentro de lo ordinario, como finalmente se siente Rodión Raskólnikov. Siendo que Crimen y castigo es una de las primeras novelas que darán elementos propios de la novela realista psicológica, a pesar que Dostoievski no ha sido el iniciador de este género fue uno de los más eficaces en su aplicación a la narrativa.
La vigencia de Dostoievski
A 200 años de su nacimiento, Fiódor Mijáilovich Dostoievski es uno de los mayores exponentes de la literatura rusa y mundial, quien supo retratar adecuadamente su época, principalmente a partir de la ciudad de San Petersburgo, tantas veces puesta como escenario de sus novelas, y su gente, donde los pensamientos humanos se nutren de forma similar con la ciudad.
En gran parte del mundo se celebra su bicentenario, con la proyección de las adaptaciones al cine de varias de sus novelas, con ilustraciones de las escenas más célebres y retratos del autor. Mundialmente sigue siendo unos de los escritores más celebres que ha dado Rusia en sintonía con León Tolstoi.
Finalmente, podemos afirmar que Fiódor Dostoievski supo llevar a la novela psicológica a sus picos máximos, mostrando la capacidad de hacer escuchar diferentes voces en sus distintos relatos, abordando tanto el pensamiento social, ético y político que recorría Europa y Rusia como la angustia del ser humano frente al mundo que lo rodea y que no puede llegar a comprender. Por eso mismo, podemos decir que el autor sigue conmoviendo a quien lo lea.
COMENTARIOS