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Red Internacional
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FÚTBOL. A 30 años de la final donde Codesal hizo llorar a un país

El 8 de julio de 1990, el árbitro mexicano Edgardo Codesal cobró un penal que pasó a la historia. Fue el que el garantizó el triunfo a Alemania sobre Argentina en la final del mundial.

Miércoles 8 de julio de 2020 10:25

Edgardo Codesal ocupa un lugar en la historia argentina. A pesar de ser mexicano. Hace 30 años, el 8 de julio de 1990, cobró un penal que hizo llorar a un país. Era la final del Mundial de Italia 90.

Para quienes tienen el recuerdo vívido, aquel mundial significó un largo y constante sufrimiento para la selección argentina. El campeón del mundo, tras México 86, llegó al primer partido con Camerún y perdió. Ocurrió exactamente un mes antes de la final.

La agónica clasificación a la segunda ronda puso al equipo argentino frente a un Brasil potente. Quienes vieron el partido en ese entonces deben recordar aquellos primeros 30 minutos, que se parecieron demasiado al infierno. Si cada pelota que pegó en el palo o pasó cerca del arco hubiera sido gol, Argentina debía estar perdiendo 5 a 0 solo en el primer tiempo.

Como no recordar entonces ese enorme desahogo que fue el gol de Caniggia después de un agónico y mágico pase de Maradona. Como no gritarlo con toda las bronca y la impotencia contenida.

Después vino Yugoslavia, ese país que se despedía de los mundiales, los mapas y la historia. Y los penales. Y la magia de las manos del Goyco.

Y vino Italia. Un candidato. El dueño de casa. El dueño de las multitudes que alentaban e insultaban desde las tribunas. Y otra vez el Cani después de un centro perfecto del Vasco Olarticoechea. Y la furia de Zenga, ese pedante desagradable que tenían por arquero los italianos. Y otra vez las manos mágicas de otro vasco, éste llamado Goycochea.

Y entonces llegó Alemania. Un equipo que era una topadora, que no había tenido dos alargues. Y aquel partido fue resistir. Correr, resistir y aguantar. Tal vez esperando, una vez más, la fatídica ronda de los penales y las manos del Goyco.

Pero la historia terminó antes. De la mano de Codesal. Con un penal polémico que treinta y pico de millones de almas discutieron ese día y siguen discutiendo tres décadas más tarde. Con un vuelo de Goyco que no alcanzó a tocar la pelota.

Y un país en lágrimas. Por el enorme esfuerzo y por la derrota. Y por perder por tan poco.

Y así Edgardo Codesal entró la historia argentina.


Eduardo Castilla

Nació en Alta Gracia, Córdoba, en 1976. Veinte años después se sumó a las filas del Partido de Trabajadores Socialistas, donde sigue acumulando millas desde ese entonces. Es periodista y desde 2015 reside en la Ciudad de Buenos Aires, donde hace las veces de editor general de La Izquierda Diario.

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