Santiago Nattino, artista visual, publicista y diseñador gráfico, fue asesinado hace 30 años por agentes de la DICOMCAR junto a Manuel Guerrero y José Manuel Parada en el llamado caso degollados.
Lunes 30 de marzo de 2015
Santiago Nattino dedicó su vida a la creación de afiches publicitarios tanto para el gobierno de Allende como para distintas instituciones como el Banco del Estado. Se dedicó también a la pintura y ya para 1973, ante el golpe y las violaciones a los DDHH entró a militar al Partido Comunista y enfocó su trabajo a las acciones de la Vicaría de la Solidaridad.
Su trabajo fue militante y comprometido, quizás por eso los militares posaron sus ojos sobre él. Un 28 de marzo lo tomaron detenido a 200 kilómetros de su casa, dos días después fue hallado en las cercanías del Aeropuerto de Pudahuel junto con Manuel Guerrero y José Manuel Parada, degollados y con indicios de tortura.
Su esposa tomó la responsabilidad de buscar justicia y junto a las viudas de Parada y Guerrero encabezaron marchas semanales hacia el Ministerio de Justicia, exigiendo el fin a la impunidad de la que gozaban los asesinos de estos tres militantes de izquierda. Cuatro meses después, 6 carabineros fueron declarados culpables y condenados a cadena perpetua. Sin embargo, dicha sentencia hoy se encuentra invalidada en los hechos por gendarmería, institución que le otorgó, además de la salida dominical, el mayor beneficio de todos: la salida controlada de punta Peuco. No basta con haberlos recluido en un espacio privilegiado como lo es Punta Peuco, además les continúan otorgando beneficios. La impunidad en Chile se mantiene aún en los casos donde los asesinos fueron declarados culpables.
La obra de Nattino y la política
En medio del proceso revolucionario chileno donde pobladores, campesinos y trabajadores luchaban por una sociedad sin explotación ni propiedad privada, Santiago Nattino puso su arte en función de la política, de las campañas de Allende y de la UP, de su programa y sus políticas. Si bien el gobierno de Allende no llevó hasta el final el proceso revolucionario funcionando como muro de contención de la lucha que emprendieron, por ejemplo, los trabajadores desde los cordones industriales, negando las armas a la hora de defenderse del golpe militar con la utopía del avance pacífico hacia el socialismo; la acción de Nattino muestra no sólo la posibilidad, sino la necesidad de un arte militante que fortalezca la lucha de los trabajadores.
Con trazos gruesos y potentes colores Nattino dibujó múltiples afiches para la Sociedad Nacional de Agricultura, Naciones Unidas, Museo de Bellas Artes, Cruz Roja Chilena y también portadas de libros a distintos escritores y revistas. Su imaginario cruzaba objetos relativos a la clase obrera y campesina y al patriotismo de un país donde la Unidad Popular declaraba avanzar hacia el socialismo con una estrategia errada de conciliación de clases y pacifismo.