La lentitud y desidia con que se maneja el caso y las pruebas del brutal asesinato de la concejala de izquierda Marielle Franco, hace cuatro años en las calles de Río de Janeiro, solo muestran la profundidad del entrelazamiento de las mafias y los paramilitares con el Estado y en particular con el entorno de la familia Bolsonaro.
Lunes 14 de marzo de 2022 11:12
Hace cuatro años era brutalmente asesinada a balazos en las calles de Rio de Janeiro la concejala de izquierda Marielle Franco. Murió junto al conductor de su vehiculo Anderson Gomes, tras participar en una reunión en el centro de la ciudad el 14 de marzo de 2019.
Marielle, defensora de los derechos de las y los negros, las minorías, los pobres de las favelas y las disidencias, había denunciado las aberraciones que se llevaban adelante y que se habían profundizado con la reciente militarización de la ciudad ordenada por el intendente local, bajo el gobierno golpista de Michel Temer.
En estos años se multiplicaron los indicios de la relación con las mafias y las organizaciones parapoliciales y paramilitares entrelazadas con la políitca y el estado, y que en particular salpican al entorno del actual presidente Jair Bolsonaro y su familia. La falta de avances en su causa y las investigaciones no hace más que dejar en claro la responsabilidad del Estado brasileño como garante de la impunidad de sus asesinaos materiales e intelectuales.
Su asesinato tuvo amplia repercusión internacional y el caso se ha convertido en un emblema de la impunidad para este tipo de crímenes en Brasil.
Pese a que los responsables de la investigación detuvieron hace dos años a dos expolicías acusados de haber sido los autores materiales del homicidio, que continúan presos, hasta ahora no han esclarecido quién ordenó el crimen y por qué motivo, dos preguntas que familiares, amigos y compañeros de la concejala repiten cada 14 de marzo.
Los dos acusados serán juzgados en un proceso por homicidio agravado, por un jurado que hasta ahora no ha sido convocado.
Carolina Cacau, docente de la escuela pública de Nova Iguaçu de Río de Janeiro y activista del movimiento Quilombo Vermelho de mujeres negras, señaló hace unos días "Han pasado 4 años desde que mataron a Marielle y Anderson y aparece una entrevista con Lessa declarando que su vecino, Bolsonaro, lo ayudó en 2009. Basta de esperar una supuesta investigación, mientras destruyen pruebas, queman expedientes y surgen nuevos despropósitos"
Cacau se refiere al expolicía militar Ronnie Lessa, uno de los detenidos por el asesinato de Marille que hace 10 días reveló en una entrevista a la revista Veja tener lazos con la familia Bolsonaro. Lessa fue vecino de Bolsonaro en el condominio Vivendas da Barra, en la localidad de Barra da Tijuca, al oeste de Río de Janeiro, y en la entrevista señala que tuvo relación con el actual presidente, además de mencionar que, en 2009, habría recibido ayuda de Bolsonaro, entonces diputado, para "saltarse la fila" en la Asociación Brasileña de Beneficencia de Rehabilitación y obtener una prótesis tras un accidente.
Lessa también aprovechó la entrevista para volver a negar su participación en el asesinato de Marielle y señalar la relación con otro grupo parapolicial, del cual dice no ser parte. Ese grupo mafioso es el que comandaba el excapitán del batallón de élite de la policía militar de Río y líder de una banda de sicarios, Adriano Magalhães da Nobrega quién fue "convenientemente" asesinado por la policia durante una redada en la que lo buscaban por encontrarse prófugo. Nobrega, al igual que Lessa tenía relaciones con la familia Bolsonaro.
Han pasado cuatro años desde el brutal ataque que cobró la vida de Marielle y Anderson, las investigaciones continúan sin avances relevantes. Desde su brutal asesinato, se han “perdido”, o destruido, innumerables elementos de prueba, y hay denuncias de injerencia por todos lados y la pregunta de quién ordenó que mataran a Marielle, sigue sin ser respondida.
La total ineficacia con que se llevan a cabo las investigaciones no es casual. De hecho, revela el carácter reaccionario y racista del Estado que, con sus vínculos directos con las milicias, el crimen organizado, e incluso con personas directamente involucradas en la misma policía y posiblemente con otras instituciones que son las que están investigando el asesinato, han evitado que se conozca la verdad en todo este tiempo .
Cacau señala que "al estar la policía en la dirección de la investigación, no ha hecho más que asegurarse de que los hechos de este crimen brutal se escondan debajo de la alfombra. No es posible hacerse ilusiones de que esta institución racista y criminal tenga algún interés en esclarecer el crimen".
El asesinato de Marielle se produjo durante la intervención federal autoritaria en Río de Janeiro, que había desplegado militares y policias en la ciudad y en particular en los favelas y barrios pobres, algo que había sido denunciado por la concejala. El hecho se produjo bajo el gobierno golpista de Michel Temer y la intervención militar estaba comandada por el general reaccionario Braga Netto, ahora ministro de Defensa de Bolsonaro y posible futuro candidato a la vicepresidencia. La forma viciada de la investigación en cada una de sus etapas y sobre cada uno de los responsables muestra la profunda vinculación del Estado y sus instituciones con este crimen.
"No es posible, por lo tanto, creer que la justicia para Marielle y Anderson provendrá voluntariamente de este mismo Estado. Frente a la incompetencia criminal en las investigaciones, que actúa para liberar a los culpables y garantizar la impunidad del asesinato de Marielle, es necesario retomar una fuerte movilización callejera junto a otras iniciativas, que ponga contra la pared al Estado, denunciando y combatiendo enérgicamente todo indicio de intento de desvío en la investigación. Al mismo tiempo, no es posible lograr justicia solo esperando y confiando en el mismo Estado responsable de la muerte para controlar las investigaciones. Es necesario que, en el curso de la lucha, luchemos por la formación de una comisión investigadora independiente, y que luchemos por imponer al Estado que garantice las condiciones para llevarla adelante. Sólo con esta lucha, que no deja el caso en manos del Estado, y al mismo tiempo que lucha por arrancarle los medios para llegar a la justicia con nuestras propias fuerzas, podremos finalmente llegar al fondo de la este crimen brutal, y ganar justicia para Marielle y Anderson", aseguró Cacau.