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Red Internacional
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Jujuy. A 44 años de la desaparición de la dirigente docente Marina Vilte

Durante la noche de fin de año de 1976 la dirigente del gremio docente ADEP y fundadora de CTERA fue detenida por segunda vez por la dictadura y continúa desaparecida.

Juan Rovere @juanroverepts

Viernes 1ro de enero de 2021 12:37

¿Quién fue Marina Vilte?

Fue docente de la provincia de Jujuy desde 1956, momento en el que comenzaron importantes peleas gremiales de maestros en distintos puntos del país. Activista gremial y como parte del proceso de auge a partir de los “azos”, es elegida como Secretaria General de Educadores Provinciales (ADEP) en 1971, siendo reelegida en tres oportunidades hasta su desaparición. Además, en 1973, fue fundadora de CTERA y Secretaria Adjunta de su primer comisión directiva. Militó en el Frente Revolucionario 17 de Octubre (FR-17), junto a Armando Jaime de la CGT Salta.

Entre las luchas sindicales y la recuperación de ADEP

El auge de las luchas obreras y populares que se abrió a partir del Cordobazo, tuvo eco en Jujuy en 1971, en una acción convocada por la Comisión de Coordinación de Resistencia a la Carestía de Vida, conformada por diversos gremios y centros vecinales.

Como parte de ese proceso de luchas, Marina Vilte encabezará ese año la recuperación de ADEP. Era la expresión de un proceso más general de recuperación de sindicatos con un fuerte contenido antiburocrático. En ese marco peleo por la unidad sindical de los docentes, planteando la necesidad de crear un Sindicato Único de Educadores Jujeños, frente a la dispersión gremial, principalmente dirigido hacia UDA. En 1973 será parte del núcleo fundador de CTERA y compartirá la Secretaria Adjunta con otro dirigente del NOA y víctima de la dictadura, Isauro Arancibia.

Como parte del giro represivo del gobierno peronista en 1974 -que incluyó la creación de la Triple A, las purgas en el Partido Justicialista y el disciplinamiento sindical- el gremio UDA volverá a tener personería gremial y, contra CTERA, será reconocido como el único representante para la negociación salarial apostando al cumplimiento del Pacto Social que implicaba centralmente el congelamiento salarial. ADEP, conducido por Vilte, será parte de las 9 huelgas durante 1974 y 1975 convocadas por CTERA, mayoritariamente por reclamos salariales aunque también contra las medidas del reaccionario ministro de Educación de la Nación Oscar Ivanissevich.

Esas luchas, en Jujuy, se darán en un contexto de recuperación de gremios y de conflictos importantes, como el Aguilarazo en 1973, la recuperación del sindicato del Ingenio Ledesma y las peleas por vivienda en Libertador General San Martín, entre las más destacadas. A pesar de compartir aspectos de democracia sindical y mayor combatividad, ninguno de estos gremios confluirá en un organismo de coordinación desde las bases que permita unificar fuerzas contra los ataques reaccionarios durante el gobierno peronista y luego durante la dictadura.

La pelea por las libertades democráticas

Otro de los puntos reivindicado por distintos sectores de la figura de Marina Vilte, es el de la pelea por las libertades democráticas, tanto sindicales como civiles.

En noviembre de 1974, días después de finalizada la última gran huelga azucarera y como antesala del Operativo Independencia, el gobierno de Isabel Perón, decreta el Estado de Sitio en todo el país y en Jujuy se inició una verdadera cacería de dirigentes, entre ellos Jorge Weis y Carlos Patrignani (ambos militantes de Vanguardia Comunista) ligados al sindicato del Ingenio Ledesma, y Sofía D´Andrea, secretaria de Marina Vilte en ADEP, compañera de militancia en el FR-17 y esposa del dirigente de ATE Juan Carlos Arroyo (asesinado en la clandestinidad en 1977 y cuyos restos fueron restituidos en 2009). Marina Vilte fue casi una de las únicas dirigentes sindicales que integro la comisión por los presos políticos, junto a partidos como el PST, y visitaba una vez por semana la cárcel dónde estaban los detenidos.

En una entrevista reciente al programa radial de Jujuy Pateando el Tablero, Ricardo Aredez, hijo de Luis Aredez quien fuera intendente de Libertador General San Martín y también desaparecido por la dictadura, manifestó que Marina Vilte también había acompañado las acciones de repudio a la intervención del sindicato del Ingenio Ledesma y la destrucción de la sede del sindicato de oficios múltiples de Calilegua en marzo de 1975. Además, en otra página que recuerda a Marina Vilte señala que “También la recuerdo llevando cajas y cajas de artículos de primera necesidad a sus compañeras presas en el Penal de Villa Gorriti en San Salvador de Jujuy, sin importarle de que orientación política eran las maestras presas, eran sus compañeras presas de eso se trataba. La recuerdo con una gran fuerza para organizar los primeros movimientos para organizarnos como Familiares de Desaparecidos”.

Un reconocimiento con olvidos políticos

Marina Vilte fue secuestrada el 24 de marzo de 1976, el mismo día del inicio de la dictadura. Ese mismo día son asesinados en Tucumán los hermanos Arancibia en la sede del gremio docente ATEP. Marina será liberada un mes más tarde y vuelta a secuestrar en la noche de fin de año de 1976 y continúa desparecida.

El gobierno elaboró este año, mediante el Instituto Nacional de Formación docente, un podcast con la biografía de Marina Vilte, en la cual relatan algunas de las peleas sindicales llevadas adelante por la dirigente de ADEP. Sin embargo, ocultan su militancia política en el FR-17. Más allá de los debates y diferencias de estrategias políticas con esa fuerza política (principalmente el de independencia política respecto al peronismo), que logró su mayor trascendencia en la provincia de Salta con el proceso que se conoce como la CGT clasista de Salta encabezada por Armando Jaime, es importante destacar su militancia antiburocrática, combativa y el enfrentamiento a las políticas de Pacto Social implementadas por Perón.

Gran parte de las peleas dadas por Marina Vilte siguen vigentes, como la necesidad de unificar democráticamente los distintos sindicatos docentes, como ADEP y CEDEMS, cuyos dirigentes reivindican la figura de Vilte pero niegan a tomar un punto elemental, como la realización de asambleas conjuntas de delegados con mandatos de base que permitan enfrentar los permanentes ataques del gobierno de Gerardo Morales. En el mismo sentido la pelea por las libertades democráticas es un punto elemental en una provincia con presos políticos y donde la mayor parte de los sindicatos tienen o tuvieron dirigentes procesados, y dónde permanentemente se persigue a los opositores.

La coordinación democrática de los diversos sectores sociales, políticos y gremiales en lucha es una necesidad urgente en la provincia, entre otros puntos por esas libertades. Un pequeño ejemplo que debería extenderse es la solidaridad que mostraron distintos organismos de DDHH, sindicatos y sectores en lucha, ante el intento de proscripción a la izquierda en la Legislatura de Jujuy.

Partiendo de estas experiencias, entre otras, es que desde la agrupación docente 9 de abril peleamos por recuperar los sindicatos con el fin de unificar las luchas de los trabajadores en base a la más amplia democracia para lo que se necesita la construcción de una dirección clasista, es decir, independiente de todos los partidos patronales. Una pelea en la que hemos compartido posiciones comunes y mantenido debates en Jujuy con lxs compañerxs de la Corriente Sindical Marina Vilte que apostamos seguir desarrollando.

Frente al ajuste en curso por parte del gobierno nacional y provincial de la mano del FMI, vemos más urgente que nunca poder traer al presente ejemplos de lucha como el de Marina Vilte, abriendo también un fraternal debate sobre la necesidad de que la lucha sindical y democrática vaya de la mano de la construcción de una alternativa política propia de las y los trabajadores.