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Red Internacional
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Historia. A 55 años del Cordobazo: el rol del movimiento estudiantil

En la historia argentina la unidad obrero estudiantil se hizo clara en las calles cordobesas en el día y medio que estremeció la provincia allá por el mayo del 69. ¿Cómo se tejió esa unidad? ¿Qué rol jugaron los estudiantes?.

Miércoles 29 de mayo de 2024 08:23

El 28 de junio de 1966 se da el golpe de Estado al gobierno de Arturo Illia, encabezado por Juan Carlos Ongania y que dio en llamarse “Revolución Argentina”.

Una vez consumado el golpe, el gobierno militar, liberal en el plano económico, se propone cambiar la reestructuración del país en torno al capital financiero internacional (sobre todo EEUU). Era, además, oscurantista en lo social, intentará imponer nuevas formas de socialización basadas en los valores “occidentales y cristianos” con un fuerte sesgo moralista, siendo las universidades uno de sus primeros ejes de ataques ya que se trataban de “cunas de infiltración comunista”.

La revolución Argentina pretendía quedarse en el poder varias décadas, pero las crecientes respuestas del movimiento estudiantil y el movimiento obrero y su unión en la gesta histórica conocida como el Cordobazo le dieron un tiempo limitado. Es el interés de este artículo ver cómo se forjó esa unidad que hirió de muerte dicha dictadura.

Los estudiantes, primer frente de resistencia: las vísperas

A tan sólo un mes de gobierno, Ongania lanzó el Decreto-Ley 16.912 que dispuso la intervención de las universidades nacionales, a través de la subsecretaría de educación que dependía del Ministerio de Interior, todos con funcionarios ligados a la iglesia católica.

En Buenos Aires este decreto fue recibido con fuerte resistencia por parte de la comunidad académica, teniendo como epicentro de la misma a la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires. Profesores y estudiantes consideraban el decreto un ataque a la libertad académica. El gobierno respondió con una fuerte represión: efectivos policiales ingresaron a las facultades armados, golpearon y arrestaron a estudiantes, profesores y decanos que se encontraban en las instalaciones universitarias en lo que se conoció como “La noche de los bastones largos”. En respuesta a la represión muchos docentes renunciaron a sus cargos y se fueron del país provocando una “fuga de cerebros”.

¿Qué sucedía en Córdoba? La provincia mediterránea rápidamente mostró resistencia a la política represiva del gobierno. “El estudiantado cordobés sufrió, además, otra afrenta: la intervención universitaria implicó el retorno de las viejas familias tradicionales al gobierno de las casas de altos estudios”. (CASTILLA Eduardo, la Córdoba revolucionaria 1969-1976. Buenos Aires. Ediciones IPS. PÁG 32).

En agosto de 1966 se organizó un paro estudiantil desde la Mesa Coordinadora de Agrupaciones Estudiantiles que implicó un ausentismo de los estudiantes del 100% en facultades tales como Filosofía y Arquitectura y Ciencias, esta medida fue acompañada por los docentes. El conflicto universitario continuó con paros, asambleas y movilizaciones como la del 7 de septiembre donde es brutalmente herido por la represión policial, el estudiante y obrero Santiago Pampillon, quien muere tras días de agonía. Tras la noticia el Barrio Clínicas (barrio de residencias estudiantiles) es tomado, se dan movilizaciones de obreros y estudiantes por las calles de Córdoba capital, el gremio Luz y Fuerza y la CGT regional se pronuncian por el cese de la represión a los estudiantes y Tosco acompaña el cuerpo de Santiago a Mendoza, donde reside su familia.

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Hay que tener en cuenta que la universidad en Córdoba tenía un gran peso social, que para esos años el acceso a la universidad es más masivo y en las mismas se encontrarán jóvenes trabajadores como Pampillon y que la organización estudiantil fue heredada de la reforma del 18, siendo una organización que no se daba en otros lados del país y que nunca se limitó meramente a cuestiones estudiantiles.
Además, se condice con un movimiento estudiantil que estaba radicalizado mundialmente. Una de las influencias cordobesas será el mayo francés del 68 o, yendo más lejos, la revolución cubana del 59 vista por muchos estudiantes como un “horizonte”.


Obreros y estudiantes unidos y adelante: el Córdobazo

Frente a este conflicto específico, se divisaba un conflicto generalizado: El plan de Ongania y su ministro Krieger Vasena significaba el encarecimiento de los costos de vida a raíz de una devaluación del 40%, la pérdida de varios puestos de trabajo (como en los ingenios azucareros) producto de la racionalización del poder público y con la Ley nacional 18.204 el gobierno promulgaba la quita del sábado inglés, lo que significaba un ataque más a los trabajadores.

Frente a esta situación la CGT de Vandor y la CGT A de Ongaro llaman a una huelga general para el 30 de mayo. En Córdoba los sindicatos de ambos bandos le agregan 24hs.

El 29 de mayo en Córdoba se da un paro activo. En las primeras horas de movilización la policía no deja avanzar a la columna del SMATA y se desata una brutal represión en la cual resulta muerto el jóven obrero Maximo Mena. Cuando se conoce la noticia de la muerte de Mena las calles son tomadas, se levantan barricadas y, con un claro componente de clase, se incendian locales de empresas extranjeras tales como Xerox y Citroen, se suma gente de las barriadas que ofrecen escobas y otros elementos de las casas para el combate.

El protagonismo obrero durante la gesta es indiscutible, pero ¿Qué rol jugaron los estudiantes?

Desde el primer momento los estudiantes acompañaron la movilización y fueron parte de la preparación de la misma, como recuerda Maria Cristina Salvarezza, quien en aquellos años era estudiante de Arquitectura: “Nosotros, como estudiantes, cuando se prepara la movilización del Cordobazo teníamos asignado un rol. A la Facultad de Arquitectura, creo que también Ingeniería y Derecho, nos tocó el norte de la ciudad (...) Estábamos organizados, y esto lo remarco, porque aquellos que dicen que el Cordobazo fue espontáneo, se equivocan, no lo fue, y este no es un dato pequeño”.

La intensidad de la resistencia y la magnitud de la movilización forzaron a la policía a retirarse. “Hacía el anochecer la protesta comenzó a asumir un carácter diferente, a medida que la iniciativa pasaba de los trabajadores a los estudiantes. Los dos barrios estudiantiles, Clínicas y Alberdi, se convirtieron en los centros de la resistencia, si bien otros grupos y clases participaban allí, en especial obreros.” Señala el historiador James Brennan. ( Brennan, James. El cordobazo. Las guerras obreras en Córdoba 1955-1976. Buenos Aires: Sudamericana, 1996.) Por su parte en “los cuatro peronismos” Alejandro Horowitz destaca que: “Antes de ingresar al barrio Clínicas, el corazón politizado de la Córdoba estudiantil, el Ejército emite un comunicado avisando la medida. Es decir, actúa como si esperara fuerte resistencia y fuera preciso ablandar primero y entrar después. El fantasma estudiantil se ha instalado en los cerebros militares (...)”. (Horowitz, A. Los cuatro peronismos. Editorial Edhasa.)

En esa madrugada se da un hecho que ejemplifica la potencialidad de la unión de obreros y estudiantes: los trabajadores de la energía cortaron la luz en todo el barrio Clínicas, logrando dejar en jaque por unas horas al ejército y permitiendo a los estudiantes y trabajadores recomponerse para continuar el combate. Sin embargo la resistencia fue insuficiente, las barricadas no pudieron resistir el avance militar. Para el mediodía del 30 de mayo, el Ejército había retomado el control de la ciudad.

La potencialidad de la unión obrero estudiantil hoy

El Cordobazo hirió de muerte a la dictadura de Onganía y significó un parteaguas: abrió camino a una situación pre revolucionaria que solo pudo ser aplastada con una dictadura cívico militar aún más sangrienta, la de marzo de 1976.

No solo para los que nos apasiona la historia o las ganas de cambiarlo todo los 60 y 70 son inolvidables, para el imperialismo también: no quieren otra vez una generación que les cuestione todos sus planes, una generación que tenga como horizonte otro tipo de sociedad donde los oprimidos tomen el cielo por asalto.
Así como los jóvenes setentistas argentinos se formaron al calor de procesos como la revolución cubana, del mayo francés o la guerra de Vietnam. Hoy hay una juventud que se está levantado en todo el mundo, principalmente en EEUU y Europa, contra el genocidio Palestino con campamentos en universidades de elites que tienen el apoyo de docentes que son que son reprimidos, desalojados, pero que vuelven a montarse. Se vuelve necesario que los estudiantes argentinos abracen la causa Palestina, aún más cuando el gobierno que nos ataca se alía con el gobierno sionista de Israel.

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Como vimos, la unión obrero estudiantil no nació de la nada: se fue tejiendo en los años previos para golpear en ese mayo cordobés del 69. Las tendencias a nuevas formas de organización que iban más allá de las burocracias sindicales y estudiantiles son elementos claves para pensar cómo esta unión hoy puede poner en pie un plan de lucha para derrotar el plan de Milei de conjunto ya que detrás de él están los mismos actores que estaban detrás de Onganía: las grandes patronales y el capital financiero. Pero también para construir un partido revolucionario que agrupe a la vanguardia para esta vez triunfar y tomar en nuestras manos el gobierno de nuestro propio destino.