En medio de la segunda ola de covid, el gobierno y la oposición de derecha instalan en los medios el debate sobre la vuelta a clases presenciales. Conocemos los límites de la educación virtual, las dificultades para la organización familiar y la brecha educativa que implicó el aumento de la pobreza. Sin recursos ni vacunas suficientes, y sin consultar a docentes ni familias; ¿cuál es el plan del gobierno? ¿Quiénes están verdaderamente interesados en sostener la educación de los chicos?
Miércoles 20 de enero de 2021 00:19
La educación en disputa
La educación pareciera ser un terreno de disputa atravesada por las pujas electorales entre oficialismo y oposición de derecha, donde poco importan los chicos. Familias y docentes son convidados de piedra.
Macri gritó “abran las escuelas” desde la reposera del lujoso country en Villa La Angostura, secundado por Patricia Bullrich que salió a atacar a los docentes y decir que tenemos que volver "aunque el Estado no garantice vacunas, y sino que sean reemplazados".
Por su parte, Alberto Fernández señaló que “perder un año de educación y conocimiento es muy grave para cualquier sociedad y eso es algo que no nos podemos permitir”. Así invisibiliza la labor que realizaron miles y miles de docentes en todo el territorio nacional en un año donde se continuó trabajando en la virtualidad sin que el estado garantice los recursos necesarios.
El Ministro de educación Trotta plantea intensificar la presencialidad y que cada provincia decida, pero los recursos son insuficientes y el plan y protocolos no fueron consensuados con docentes y comunidad.
Mientras en el presupuesto 2021 se recortó 9% en salud, y se destinó 8 veces menos a educación que a intereses de deuda. En esto, no hay grieta entre macrismo y el Frente de Todos, ya que el único bloque que lo rechazó fue el Frente de Izquierda.
La primer pregunta que surge es cómo van a garantizar la vacunación para los trabajadores de la educación antes del 1° de marzo, para un sistema educativo de casi 12 millones de alumnos y un millón de docentes cuando aún no hay claridad sobre la llegada de más dosis de vacunas.
¿Cuáles son las condiciones de la “vuelta a las aulas” de Trotta?
Bajo la fórmula de que cada provincia defina como volver a la presencialidad, los gobiernos y ministros buscan ir a un régimen de “bimodalidad” que combina la presencialidad con la virtualidad.
En la Provincia de Buenos Aires, que concentra un 40% de la matrícula nacional, el Plan Jurisdiccional de Vila y Kicillof, señala un régimen de trabajo en grupos reducidos para mantener la distancia de 2 metros, con una duración de la jornada de 3 horas.
Según el plan del gobierno, estos grupos irán rotando y se combinarán con la virtualidad, y la incorporación de nuevos grupos sería progresiva. Esto supone dos cuestiones importantes que no están resueltas y que dan cuenta de la improvisación en materia educativa durante la pandemia.
Por un lado, las condiciones de los edificios escolares que previo a la pandemia estaban en condiciones nefastas y durante todo el 2020 no han tenido mantenimiento. Cerca del 40% de las escuelas no estarían en condiciones de comenzar el ciclo lectivo por no garantizar las condiciones de higiene y seguridad necesarias como la provisión de agua y correcta ventilación de los edificios entre las más elementales.
Pero en la provincia de Buenos Aires encontramos escuelas con paredes electrificadas y riesgos de derrumbes, entre otros. Las escuelas no son un lugar seguro. La muerte de Sandra y Rubén son una trágica muestra del desfinanciamiento de años en educación.
No existe una partida presupuestaria especial que atienda esta situación, y mucho menos la adecuación que requieren los edificios escolares ante esta nueva modalidad. Se va a destinar a infraestructura $51.388 millones a nivel nacional, 611 millones de dólares. Si comparamos este último número, con lo que se destinó a los pagos de deuda pública en 2020 – que fueron más 5000 millones de dólares - podemos ver que se destinó 8 veces más al pago de la deuda, que lo que se va a poner en infraestructura escolar en el 2021.
Es por esto que resulta indispensable poner en pie comisiones de seguridad e higiene en las escuelas junto a docentes, auxiliares y familias, para discutir las condiciones de las escuelas y cómo garantizar un protocolo debatido a nivel provincial de manera coordinada por los sindicatos docentes; y un plan nacional de construcción y acondicionamiento edilicio.
Profundizar la brecha digital en la bimodalidad
Otro elemento importante contemplando la experiencia del 2020 es el problema de la conectividad, partiendo de que el 73% de las familias no acceden al servicio de internet. A su vez, el 47,9% de los niños, niñas y adolescentes de entre 3 y 17 años no tiene acceso a una computadora, y un 53, 6% no tiene acceso a internet o lo tiene con déficit.
Durante el 2020 las docentes y familias hicimos malabares para intentar sostener la continuidad pedagógica mientras el gobierno lo único que garantizó a nivel nacional fue la reparación y distribución de 117.588 notebooks y tablets que representa a menos del 10 % de los estudiantes del país. No hay un plan para resolver esto.
En la Provincia de Buenos Aires, el gobernador Kicillof dijo que los docentes a domicilio fueron muy importantes para vincular a más de 300 mil chicos que no tuvieron acceso a dispositivos o internet. Pero a estos docentes les pagó entre 6 y 8 mil pesos. Al resto de los docentes tampoco se les garantizo computadoras sino créditos para comprar una, a los que pocos pudieron acceder. El gobernador cobra $342.916, una docente $36.000. Terminamos el 2020 con más del 50% de niños y adolescentes pobres.
La educación de nuestros chicos
En este debate poco se discute sobre qué y cómo enseñar, sobre el estado de las escuelas y la situación de los estudiantes. Millones de pibes a los que les hipotecan el futuro, porque tanto oficialistas como opositores vienen de votar un presupuesto que destinó U$S 1339 millones para el pago de intereses de deuda, mientras hay 8 millones de niños pobres, reina el empleo precario y hay un grave déficit habitacional.
Fuimos docentes y auxiliares quienes estuvimos junto a ellos en cada entrega de alimentos, haciendo colectas, atendiendo problemáticas de cada familia, peleando contra los desalojos de Berni, Kicillof y en todo el país en los que miles de chicos tenían el sueño de una casita. Queda en claro quienes defienden verdaderamente el derecho a la educación de les niñes, y quienes buscan una foto de ocasión mientras desfinancian la escuela y la salud pública en plena pandemia para hacer la tarea del FMI.
Somos las docentes las primeras interesadas junto a las familias en la educación de los chicos. Por eso sabemos que tenemos que pelear junto a las familias por condiciones para garantizar las condiciones de higiene y seguridad, vacunas, presupuesto para infraestructura y conectividad. Los sindicatos, CTERA-SUTEBA, que estuvieron en cuarentena durante todo el 2020, avalando paritarias de miseria y planes precarizadores, tienen que salir de sus cómodos sillones y convocar asambleas, reuniones de delegados y congresos para que discutamos y decidamos cómo organizarnos por la educación de nuestros pibes y por nuestros derechos.