#SETENIAQUEDECIR. A 73 años del voto femenino en Argentina

Vamos a hablar de nuestros derechos políticos. ¿Sabían que nosotras somos recién la tercera generación de argentinas que puede votar?

Un día como ayer pero de 1947 se sancionó la ley de sufragio femenino y por eso se constituyó el 23 de septiembre como el Día Nacional de los Derechos políticos de las mujeres. Con esta ley las mujeres podían votar y ser votadas. Eso pasó por primera vez el 11 de noviembre de 1951. Lo que acabamos de escuchar es el discurso que que dio Eva Perón anunciado la promulgación de la ley.

¿Ustedes cuando se enteraron que este no había sido un derecho de siempre para nosotras? A mi, mi abuela siempre me contaba que ella había podido votar gracias a Evita y sí, por supuesto que el peronismo se adjudicó el éxito político de la sanción de esta ley y lo hizo valer en las elecciones de 1951 que le permitieron renovar el mandato a Juan D. Perón. Pero eso de que Evita era feminista es muy polémico y debatible. A mi criterio sostenía en muchos de sus discursos una retórica protofeminista, pero marcadamente conservadora y siempre terminaba diciendo que todo era gracias a Perón. Y quedaba borrado de la historia la tradición de lucha que existía de las mujeres y las trabajadoras en nuestro país, que venían peleando por el derecho al voto desde principio de siglo XX.

Hoy vamos a hablar de eso, de la previa a 1947.

Puede que en la escuela les hayan enseñado que la Ley Sáenz Peña de 1912 fue la que permitió el voto universal, secreto y obligatorio. Pero eso de universal era una re mentira: esa ley habilitaba a los varones a votar desde los 18 años, pero no contemplaba a las mujeres. Pero siempre la astucia y la imaginación de las mujeres al servicio de su lucha. Julieta Lanteri, abogada y una de las pioneras del feminismo en nuestro país, encontró pequeños vacíos en la legislación y sobre eso montó una campaña política por los derechos de las mujeres. Había sido una de las primeras mujeres en votar en 1911 y después armó el partido Feminista y fue candidata en 1919. Pero ese intento no prosperó.

Pero ¡ojo!, que no votaran no significaba que no participaran en política. Muchas que se reconocían feministas peleaban por sus derechos y lo hacían junto a trabajadoras que desde principio de siglo protagonizaban conflictos, exigían igualdad de salario con los varones y derechos laborales y denunciaban el trabajo infantil. De esas experiencias surgieron las primeras organizaciones feministas y de mujeres, gracias a la tradición que forjaron sobre todo las socialistas y las anarquistas.

Hubo varios intentos antes del 47 para que saliera una ley de sufragio femenino. En 1910 hubo un Congreso Femenino Internacional acá en Bs As, presidido por Julieta Lanteri y ahí mismo las que participaron armaron un proyecto de ley que le entregaron al diputado socialista Alfredo Palacios y que se terminó presentando por primera vez en 1911 (un año antes que la Ley Sáenz Peña), pero ni siquiera fue tratado sobre tablas ni tenido en cuenta para esa ley del voto masculino.

Recién en 1926 se sancionó una ley que reconoció a las mujeres la igualdad legal con los varones aunque, obvio, era relativa: no incluía el derecho al voto ni la patria potestad compartida de los hijos, ni el divorcio (ni hablar de derechos sexuales y reproductivos).

En 1932 se consiguió la formación de una comisión interparlamentaria para estudiar la cuestión del voto femenino, pero tampoco prosperó. Quince proyectos se presentaron en este período, hasta que en 1947 finalmente se sancionó la Ley N° 13.010.

Aclaro una cosa, lo del sufragio femenino ya era un hecho para 1947, sobre todo porque Argentina estaba comprometida internacionalmente con esta legislación y en muchos países de Latinoamérica las mujeres ya podían votar hacía años: en Uruguay desde 1929, en Ecuador y Puerto Rico desde 1932, en Brasil desde 1934, en Cuba desde 1939.

Finalmente, después de 1945, cuando Perón asumió la presidencia, el tratamiento de la ley de sufragio femenino se anunció el 26 de junio de 1946.

Una cosa que no sé si sabían es que las feministas liberales representadas en la figura de la escritora Victoria Ocampo, directora de la revista Sur y fundadora de la Unión de Mujeres de Argentina, se oponían a que la ley surgiera de un gobierno peronista, digamos que acá pudo más su postura de clase que los derechos de las mujeres.

Sin dudas el día que las mujeres votaron significó un gran avance, después de décadas de luchas. Este avance en los derechos políticos de las mujeres mostró a lo largo de todos estos años que no hay una única política “femenina” y que las mujeres supimos y sabemos ganar las calles y es nuestra forma de hacer politica para pelear por nuestros derechos, y obvio que se me viene a la cabeza la lucha de 2018 que sigue por el derecho al aborto.

Creo que en momentos de tanta crisis a nivel mundial, con una derecha que pretende incluso que se retroceda en nuestros derechos y gobiernos que quieren que la crisis la paguen los de abajo, de lo que se trata es de construir una política que con esa fuerza que se demostró se organice para ir por todo, que sea una alternativa política a los partidos del régimen, que sea independiente y que busque conquistar no solo la igualdad ante la ley, sino también ante la vida.

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