León Sedov fue el primer hijo de Trotsky de su segundo matrimonio. Por sus vivencias y convicciones se convirtió en un gran revolucionario antes de ser asesinado por el stalinismo a los 32 años.
Viernes 16 de febrero de 2018
León Sedov, un joven revolucionario con nombre propio
Gabriel Pyro
Desde su nacimiento, cuando aún ardía la llama revolucionaria de 1905, hasta su prematura muerte en manos del stalinismo, la vida de León Sedov estuvo atravesada por la militancia socialista. Acá una breve reseña de este revolucionario que no sólo fue hijo de Trotsky.
León conoció la crudeza de la vida revolucionaria desde el momento de su concepción: mientras él y su madre Natalia Sedova se refugiaban de la represión zarista, su padre buscaba las formas de escapar de la prisión en Siberia, impuesta por haber sido el dirigente del Sóviet de Petrogrado en la Revolución Rusa de 1905.
El pequeño León Sedov junto a su padre
Con solo 12 años vivió de cerca tanto la Revolución de Febrero como la Revolución de Octubre de 1917. Su padre contaba sobre aquellos años que: "Agregó un año a su edad para poder ingresar más pronto al Komsomol [Juventud Comunista], que en aquel momento hervía con toda la pasión de la juventud que despertaba. Los jóvenes panaderos a quienes él llevaba la propaganda lo solían premiar con un crocante pan blanco y él, feliz, lo llevaba a casa bajo el brazo que se asomaba por la manga raída de su chaqueta. Aquellos eran años fogosos y fríos, de grandeza y de hambre. Para no diferenciarse de los demás, León, por su propia voluntad, abandonó el Kremlin y se fue a compartir el dormitorio de los estudiantes proletarios" ("León Sedov: hijo, amigo, luchador"). Con menos de 15 años ya había participado como voluntario en los planes de alfabetización que impulsaba el estado obrero, y en diversas tareas ligadas al desarrollo de la industrial.
Pero el desarrollo de las disputas políticas dentro de la URSS obligó a León a meterse de lleno, con tan solo 17 años, en la pelea que atravesaría el resto de su vida: en 1923 comenzó a ser parte de la Oposición de Izquierda, enfrentándose así al avance de la camarilla encabezada por Stalin, que representaba las vías a la burocratización y el freno a las tendencias revolucionarias dentro del estado obrero. Sobre esta experiencia Trotsky cuenta que "León rompió totalmente con aquellos de sus compañeros de estudios a quienes sus padres burócratas arrancaron violentamente del ’trotskismo’ y se reunió con sus amigos los panaderos. Así, a los 17 años, comenzó su vida totalmente consciente de revolucionario. Pronto comprendió el arte del trabajo conspirativo, las reuniones ilegales y la publicación y distribución secretas de los documentos de la Oposición. Rápidamente el Komsomol desarrolló sus propios cuadros de dirigentes de la Oposición".
Y así como gran parte de los opositores al stalinismo, continuó su camino en el exilio, más precisamente en Alma Ata, luego en Prinkipo (acompañando el destierro de su padre) y posteriormente en Europa, donde cumplió un rol central en mantener comunicado al "centro de operaciones" montado por Trotsky y los oposicionistas del resto del continente y dentro de Rusia, quedando encargado más tarde de ser el editor del Boletín de la Oposición Rusa (Biulleten Oposzitsi) y fue durante años miembro del Secretariado Internacional. En 1930 denunciando el desarrollo del XVI Congreso de la URSS, León Sedov daba cuenta de la situación de los oposicionistas: "En relación con este Congreso, la represión se acrecentó espantosamente. El monolitismo podrido de la cima está garantizado por la coerción, los arrestos, los destierros en el fondo. La reclusión reemplazan la discusión que debería haber precedido al Congreso. Así es como se preparó el Congreso del Partido". (Sedov, La persecución de la oposición bolchevique rusa, agosto de 1930)
En el exilio en Alma Ata
Sobre estas terribles persecuciones a los opositores al stalinismo, León Sedov, escribirá su único libro El libro rojo o Libro rojo sobre el proceso de Moscú sobre los inicios de los juicios de Moscú en 1936, en donde relata los crímenes (ya habían sido asesinados entre otros Kamenev y Zinoviev) y las falsedades en las que incurrió el régimen que se había apropiado de la Revolución de Octubre para llevar adelante los "Juicios de Moscú", y así profundizar su orientación burocrática, evitando el surgimiento de cualquier oposición política a la camarilla de Stalin. En homenaje a su hijo, Trotsky escribirá sobre este libro: "Muchos camaradas que tendían a considerar a Sedov simplemente como el hijo de Trotsky –del mismo modo que a Karl Liebknecht se lo consideraba, hace mucho tiempo, sólo como el hijo de Wilhelm Liebknecht- se pudieron convencer, aunque no sea más que por este librito, de que se trataba de una figura no sólo independiente, sino también destacada" ("León Sedov: hijo, amigo, luchador").
Será esa misma persecución la que acabará con la vida de Lyova, como lo llamaba su madre, con tan solo 32 años. Los agentes stalinistas habían aprovechado su internación por una apendicitis en una clínica de París para, como venían intentando desde hacia años, acabar con su vida.
La oposición de izquierda en el exilio siberiano en 1928
Trotsky y su esposa recibieron la noticia en su exilio en México, y la describieron como "el día mas negro de nuestra vida personal". Sin embargo, su muerte no debía ser en vano, por eso su carta de despedida terminaba de la siguiente manera: "Legamos tu recuerdo irreprochable a las generaciones más jóvenes de los obreros del mundo. Con justicia tú vivirás en los corazones de todos aquellos que trabajan, sufren y luchan por un mundo mejor. ¡Jóvenes revolucionarios de todos los países! ¡Aceptad de nosotros el recuerdo de nuestro León, adoptadlo como vuestro hijo –es digno de ello- y dejad que, a partir de ahora, participe invisible de vuestras batallas, ya que el destino le ha negado la dicha de participar de vuestra victoria final!" ("León Sedov: hijo, amigo, luchador").
Sedov y Trotsky en Barbizon, Francia
Hoy, en el marco de un capitalismo en decadencia, al que la juventud no le debe nada, rescatamos su militancia como un ejemplo de abnegación y de rebeldía, incluso dentro de la propia revolución surgida en octubre de 1917. Contra los intentos de generar una "mística" de la militancia juvenil ligada a proyectos estatales, que cortan de raíz toda la capacidad creativa y rebeldía de los jóvenes, revindicamos a revolucionarios como León Sedov, que partiendo de las mayores experiencias de la lucha de clases que había dado su época, militó incansablemente y frente a todos los obstáculos, por cambiar la sociedad de raíz, teniendo como único freno en su mente la victoria final.
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El Libro rojo
Artículos *
Primera publicación: New International, Vol. 3 Nº 1, febrero de 1936, pp. 9-13)"
* Tomados de marxists.org.ar/espanol cotejados con el inglés.