Su nombre fue Rudolf Alois Klement. Nació el 4 de noviembre de 1908 en Hamburgo, Alemania. Fue estudiante, revolucionario profesional y traductor. Como militante trotskista estuvo activo de 1932 a 1938, año en que fue desaparecido y asesinado por agentes de Stalin.
Leah Muñoz @leahdanmunoz
Jueves 12 de julio de 2018 00:00
Juventud
Como un joven de clase media, hijo de un arquitecto, Rudolf tuvo una formación universitaria en filosofía en varias universidades de Alemania. Aprendió 5 idiomas, entre ellos el ruso.
Fue en su época de universitario cuando se volvió miembro del Partido Comunista Alemán (KPD, por sus siglas en alemán) hasta 1932 que recibió la expulsión por acercarse a las posiciones de Trotsky. Georg Jungclas lo acercó a las filas de la Oposición de Izquierda del KPD, la sección alemana de la Oposición de Izquierda Internacional, en donde comenzó a militar en el movimiento trotskista.
Militancia trotskista
El 27 de abril de 1933 llegó a las islas de Prinkipo, lugar donde Trotsky se encontraba exiliado desde 1929 para militar como su traductor, secretario y asistente. En julio del mismo año se trasladó junto con Trotsky y su esposa a Francia, ya que fueron aceptados en dicho país con la condición de no visitar París y no inmiscuirse en los asuntos políticos de Francia.
En aquellos tiempos el clima hostil hacia la figura de Trotsky tanto por el Partido Comunista Francés estalinizado, como por la derecha y la colonia de emigrantes rusos radicados en Francia hizo que Trotsky y su familia vivieran de incógnito para evitar ser ubicados. Klement durante esos años, además de cumplir las funciones para las que inicialmente se le llamó a colaborar, también fungió como mensajero e intermediario viajando en motocicleta del lugar del exilio a distintos puntos de Francia.
En abril de 1934 un incidente banal tendría como consecuencia la salida de Trotsky de Francia. Mientras Klement regresaba de París fue detenido por un policía por no tener la documentación adecuada para usar motocicleta. Ésto exponía el estilo incógnito que Trotsky quería mantener por lo que tuvo que abandonar el país rumbo a Noruega.
Klement permaneció en Francia donde luego de su participación como delegado en la Pre-Conferencia de los Cuatro se convirtió en una figura central de la escena trotskista internacional y uno de los colaboradores más eminentes de Trotsky así como un confidente en el Secretariado Internacional (SI), el órgano central de la Liga Comunista Internacional (LCI)(1), que había sucedido a la Oposición de Izquierda Internacional.
En el verano de 1935 fue nombrado “secretario administrativo” del Secretariado Internacional en donde hacía traducciones de varios idiomas, archivaba los documentos de la organización, mantenía la correspondencia entre el SI y varias secciones nacionales, también escribía, editaba y coordinaba las contribuciones de boletines internos en varios lenguajes. Además de esto, Klement trabajaba en la traducción de escritos de Trotsky y contribuía con artículos en la prensa trotskista internacional.
Adolphe, Camille, Fréderic y Steen fueron algunos de sus pseudónimos que usaba dado el riesgo y la incertidumbre de ser un refugiado político y dada la situación política de los trotskistas contra los cuales el estalinismo mantenía una violencia constante.
Como secretario administrativo Klement también era miembro del Comité de Extranjeros de los Comunistas Internacionalistas de Alemania (IKD, por sus siglas en alemán), sección alemana de la LCI, que fue creado para asegurar la orientación política de la IKD y mantener la comunicación con otros miembros y tendencias de la emigración como con grupos trotskistas locales que militaban en la clandestinidad por las difíciles condiciones que imponía el fascismo.
Asesinato
Para 1938 en la URSS el estalinismo había asesinado a casi a todos los trotskistas reales y a los sospechosos de ser trotskistas, así como a los familiares de Trotsky. En el extranjero la policía secreta soviética perseguía y asesinaba a los oposicionistas de izquierda, como se evidenció en durante la guerra civil española.
Se sucedieron las muertes de destacados trotskistas: Erwin Wolf y Hans David Freund en 1937, y el sospechoso fallecimiento del hijo de Trotsky, Lev Sedov, en febrero de 1938 en el hospital por causas misteriosas (era cuidado por un guardia médico ruso, posiblemente infiltrado de la NKVD).
Fue así que la responsabilidad de la preparación de una conferencia internacional, después de años de debates y batallas internas, que proclamara la fundación de la Cuarta Internacional recayó en Klement.
En medio de los preparativos de la conferencia acontecieron una serie de situaciones extrañas que permiten pensar que Klement estaba en la mira de los agentes secretos soviéticos. Su portafolio fue robado en el metro de París y durante la primavera y el verano de 1938 figuras sospechosas estuvieron muy cerca de él.
Un inmigrante de Lituania que se hacía llamar Toman y Jaime Ramón Mercader del Río Hernández se presentó con el nombre de Jacques Monard (el hombre que en 1940 mataría a Trotsky por órdenes de Stalin).
También de forma notoriamente cercana estuvo Mark Zborowski, conocido por los trotskistas contemporáneos con el pseudónimo de Étienne, quien pertenecía a la NKVD y se infiltró en el movimiento trotskista por varios años llegando a ser confidente de Lev Sedov.
La desaparición y muerte de Rudolf Klement fue un hecho que resultó confuso y escabroso durante las semanas posteriores a su desaparición. El día 12 de julio de 1938 fue el la última vez que Klement fue visto por sus camaradas. Días después de buscarlo fueron a su casa en donde no había rastro de él, más que comida servida.
El 16 de julio dos trotskistas franceses, Pierre Naville y Jean Rous, de forma simultánea recibieron copias de una carta original que había sido enviada a Trotsky a México y recibida por él hasta el 1 de agosto. La carta fechada del 14 de julio era supuestamente escrita por Klement y firmada con el pseudónimo, en desuso desde hace un par de años, “Fréderic”.
La carta decía que estaba cansado y enfermo por el “trotskismo” a la par que mencionaba los reproches y acusaciones utilizados por el estalinismo para desacreditar el trotskismo.
León Trotsky explica en “¿Qué significa la lucha contra el trotskismo?” que el trotskismo era perseguido por las críticas hechas a la política oficial de la burocracia que estaban degenerando la URSS:
Mientras pretende defender los intereses del socialismo, la burocracia en realidad defiende sus propios intereses, y ahoga y extermina inevitablemente a cualquiera que plantee una crítica contra la opresión y la terrible desigualdad existentes en la Unión Soviética.
Ante el caso de Klement, Trotsky publica una serie de escritos “La desaparición de Rudolf Klement”, “Una ’carta’ de Rudolf Klement”, “Sobre la suerte de Rudolf Klement” y “Sobre el asesinato de Rudolf Klement” en donde explica sus argumentos que lo llevan a pensar que dicha carta es una falsificación de los agentes de Stalin que habían matado a Klement, y que esto formaba parte de la lucha contra el trotskismo comandada desde Rusia.
Desde el empleo en la carta de un pseudónimo que no usaba el propio Klement desde hace años, hasta el modo en que Klement siempre le escribió a Trotsky de la forma “Querido camarada L.D.” y no “Señor Trotsky” como se leía en la carta.
También otro hecho que llamó la atención fue la desaparición del lituano Toman –quien vivió con Klement- de forma inmediata a la desaparición de Rudolf.
El 25 de agosto en las aguas del río Seine se encontró un saco que contenía un torso con brazos perteneciente a un hombre, y dos días más tarde en las afueras del mismo río Seine se encontró otro saco con las piernas que habían sido quitadas al torso del primer saco. Pierre Naville y Jean Rous identificaron el cuerpo como los restos de Klement. Tanto los errores de la carta como los restos de Klement han sido bien documentados e investigados que es aceptado que al secretario de Trotsky lo desapareció y asesinó el estalinismo.
La juventud precarizada, trabajadora y estudiantil tiene un referente de vida militante en la joven vida de Rudolf Klement, que de forma abnegada se dedicó a la causa revolucionaria de luchar para acabar con el capitalismo y construir otro tipo de sociedad, sin explotación ni opresión. Una lucha que hoy sigue vigente.
1. En 1936 la LCI se renombró como Movimiento por la Cuarta Internacional.