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Red Internacional
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Mundo Obrero. A Fate nuestra vida no le importa

En la noche del lunes, un molino atrapó la mano de un trabajador. El año pasado Saúl había perdido un brazo en otra máquina. La empresa se sigue negando a implementar las condiciones de seguridad necesarias para que las vidas de los obreros del neumático no corran peligro.

Miércoles 11 de marzo de 2015

El lunes 9 de marzo, eran alrededor de las 21.15 cuando ya los trabajadores de Fate estábamos finalizando nuestra producción y comenzábamos a acomodar los últimos detalles para que nuestros compañeros del turno noche recibieran los sectores en orden. En ese momento en que algunos sacábamos nuestras cabezas de la concentración alienante, fría y monótona de la producción para invitar a algún compañero a tomar un refrigerio juntos para alivianar la pesadumbre del calor encerrado de la fábrica; otros aprovechaban para respirar profundo, sentarse y estirar las piernas; en ese momento en que buscábamos relajarnos para salir lo más despejados al encuentro de nuestras familias, en ese mismo momento fue que un frío corrió por nuestras espaldas al escuchar la sirena de "atrapado en molino".

A medida que pasaban los minutos lo que parecía ser una horrible preocupación se transformaba en una espantosa realidad, cuando vimos cómo se llevaban alzado a un compañero hasta la camilla para entregárselo al médico de turno. A este compañero un molino le había atrapado la mano. Todos los trabajadores sabemos lo peligroso que es un molino y cuando le pasa algo a un compañero lo sentimos con profunda cercanía. Así fue que terminamos el turno consternados porque sabemos que terribles cosas no pueden pasar en el trabajo, y pasan por la desidia de la empresa que no invierte en medidas de seguridad a no ser que un compañero se accidente con gravedad. Estas cosas son las que nos llaman a la realidad en la fábrica, nos vuelven conscientes de que para la patronal nuestra vida es solo un costo previsto en sus libros de cuentas. Estas cosas son las que también nos ponen alertas y nos hacen pensar en que tenemos que terminar con tantos abusos de las empresas.

El año pasado los trabajadores de Fate tuvimos la terrible noticia de que nuestro compañero Saúl había perdido el brazo en una máquina que no poseía barras censoras de movimientos. En aquel entonces nos reunimos en asamblea y decidimos parar la fábrica en repudio a este hecho, y también votamos que ante cualquier otro accidente de igual gravedad la planta se paraba automáticamente. Esta vez sabemos que el compañero no llegó a perder la mano, pero también sabemos, y muy bien, que el accidente podría haber sido mucho peor, ya que el molino en el que se accidentó no posee barra de parada de emergencia. Esto es un cabal ejemplo de que la empresa se sigue rehusando a implementar las condiciones de seguridad necesarias para que nuestras vidas no corran peligro.

La burocracia del sindicato, que dirige el aliado al gobierno Pedro Wasiejko, mira para otro lado y es cómplice de la desidia patronal. La seccional dirigida por la lista Negra debe ponerse a la cabeza de este reclamo.

Para terminar con esta situación los trabajadores de Fate debemos reunirnos en asamblea general y votar un plan de lucha, y debemos avanzar en la conquista de una comisión de seguridad e higiene independiente de la empresa. Somos nosotros los únicos a quienes nos importa nuestra vida y la de nuestros compañeros.