Reproducimos la declaración política del Partido de Trabajadores Revolucionarios, grupo que impulsa La Izquierda Diario en Chile, frente a la segunda vuelta presidencial del próximo sábado 19 de diciembre.
Miércoles 8 de diciembre de 2021 22:42
Estamos codo a codo con todas las trabajadoras y trabajadores, mujeres, pobladores, inmigrantes, mapuche y jóvenes que odian a Kast y quieren enfrentarlo. Nuestro llamado es a derrotar a Kast y la derecha con la fuerza y movilización de la clase trabajadora y los sectores populares, pero sin confiar en Boric y su proyecto. Hoy estamos impulsando una amplia campaña contra Kast, el conjunto de la derecha y los grandes empresarios, poniendo a disposición La Izquierda Diario y poniéndonos a la cabeza de organizarla en lugares de trabajo, estudio y en todos los espacios en donde estamos sin formar parte de la campaña de Boric ni de Apruebo Dignidad.
Kast representa todo contra lo cual luchamos en la rebelión de octubre. Constituye un intento de restablecer el “orden” a costa de mayor represión contra todas y todos quienes salgamos a movilizarnos para exigir lo que los dueños de Chile nos quitan. Representa la reacción autoritaria del “viejo régimen” contra las banderas del estallido y la defensa de la constitución pinochetista.
Sus primeros blancos son las mujeres, la diversidad sexual, el pueblo mapuche, los inmigrantes y la juventud combativa. Y uno de sus ejes centrales es el discurso de orden y represión. Pero su proyecto apunta a atacar las condiciones de vida del conjunto del pueblo trabajador. Tiene un programa a la medida de los grandes empresarios y las multinacionales: aumento de la edad de jubilación y defensa de las AFP (fondos privados de pensión); precarización laboral y pérdida de derechos sindicales, menos impuestos para los millonarios y un ajuste fiscal que significa un ataque directo a las y los trabajadores del sector público, la salud y la educación pública. Aunque modifique los aspectos más chocantes y absurdos de su programa, estos pilares son el núcleo central. Un verdadero Piñera recargado.
Este es el motivo por el cual luego del triunfo de Kast, muchas y muchos compañeros han decidido votar a Boric en segunda vuelta para evitar que la ultraderecha llegue a La Moneda. Muchos lo harán con la “nariz tapada”, porque no olvidan que fue el mismo Boric quien se sentó con los partidos de los “30 años” en el Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución para salvar a Piñera.
Desde el Partido de Trabajadores Revolucionarios nos ubicamos codo a codo con todas las trabajadoras y trabajadores, mujeres, jóvenes y de la diversidad sexual que odian a Kast y quieren enfrentarlo. Nuestro llamado es a derrotar a Kast y la derecha con la fuerza y movilización de la clase trabajadora y los sectores populares, pero sin ninguna confianza en Boric y su proyecto.
Hoy estamos impulsando una amplia campaña contra Kast, el conjunto de la derecha y los grandes empresarios, poniendo a disposición La Izquierda Diario y poniéndonos a la cabeza de organizarla en lugares de trabajo, estudio y en todos los espacios en donde estamos. Pero no somos parte de la campaña de Boric ni de Apruebo Dignidad. Compartimos esta batalla con compañeros y compañeras que, siendo conscientes de lo que representa Boric, van a votar críticamente por él, como también con quienes quieren enfrentar a la derecha y no votarán porque consideran que Boric no representa las demandas de octubre.
A todas y todos ellos, los llamamos a impulsar esta campaña en todos los espacios, incluyendo el impulso de comandos contra Kast independientes y no subordinados a Apruebo Dignidad. Necesitamos unidad y la organización independiente de la clase trabajadora, movimiento de mujeres, estudiantil, territorial, pueblo mapuche para derrotar a la derecha y a los capitalistas que se benefician de la dictadura de Pinochet y del régimen de los 30 años.
¿Por qué ninguna confianza en Boric?
La política del Frente Amplio y Partido Comunista de llevar toda la energía de las calles a un supuesto cambio institucional que no le ha dado ninguna conquista al pueblo, es lo que ha permitido que se fortalezca a la derecha. La decepción con la Convención Constitucional, atada a los dos tercios y alejada de las urgencias populares, explica en gran parte por qué hoy muchos no irán a votar y por qué se fortaleció la derecha en el parlamento o variantes populistas neoliberales como (Franco) Parisi. Esto, sin mencionar el nefasto rol jugado por la CUT y las dirigencias sindicales que no movilizaron, ni enfrentaron los ataques del gobierno de Piñera en plena pandemia, con el PC votando la ley que legalizó las suspensiones (despidos encubiertos) o la aprobación del Frente Amplio a la ley anti barricadas.
Hoy Gabriel Boric se propone reforzar ese camino. Durante las últimas semanas hemos visto cómo ha impulsado un rápido giro hacia el centro y la moderación. Lejos de ser una mera táctica electoral, lo que está en juego es cuál será el carácter de su eventual gobierno. El apoyo de Ricardo Lagos y todos los partidos de la ex Concertación y el desembarco de los viejos economistas concertacionistas de los noventa busca asegurar que haya un “ajuste en las expectativas” y un compromiso con la llamada “responsabilidad fiscal”. Ahora Boric plantea que no se puede indultar a todos los presos de la revuelta, que se necesitan “más policías” y una recargada agenda de seguridad.
Boric está reeditando una alianza con los viejos partidos de la Concertación, una Nueva Mayoría con partidos de los 30 años. Esto no puede significar otra cosa que liquidar la agenda de octubre y sus demandas, preservando las odiadas instituciones del régimen como Carabineros.
A retomar la agenda de octubre y preparar el camino de la movilización
Los grandes empresarios se han fortalecido y vienen por ataques a nuestras condiciones de vida, en un contexto de estancamiento económico, más inflación, aumento del empleo informal y precarización. La crisis política sigue sin resolverse y las demandas sociales de las grandes mayorías siguen pendientes. Un congreso con una especie de “empate de fuerzas” no permitirá imponer ningún cambio profundo confiando en alianzas con los partidos de la ex Concertación.
Los grandes empresarios apuestan por una restauración del orden y la gobernabilidad, y anuncian un plan de ajuste y ataques al bolsillo popular, que es lo que está detrás del rechazo al cuarto retiro y el fin de los IFE. Hoy apuestan por Kast, pero impulsarán esta agenda aún si éste pierde. Boric hoy representa otro tipo de restauración, que es la de la reconstrucción de una centroizquierda y un camino socialdemócrata para asegurar la gobernabilidad.
Es por esto que desde hoy debemos preparar la unidad y la movilización de trabajadores, sindicatos, coordinadoras y movimientos sociales, de mujeres y disidencia, organizaciones sociales y territoriales, familiares y organizaciones de los presos y de Derechos Humanos. Desde ya hay que impulsar ampliamente asambleas y comités de lucha, desarrollando la auto-organización democrática de base para defender todos nuestros derechos elementales y conquistar las demandas por las que millones salimos a la calle y siguen más vigentes que nunca.
Hoy las dirigencias sindicales y de los movimientos sociales mantienen la pasividad. Llaman a votar a Boric para “enfrentar al fascismo” pero no convocan asambleas, no permiten la discusión política, y no defienden un programa que parta de las demandas de octubre irresueltas. El camino de vaciar la calle, ya hemos visto, sólo fortalece a la derecha y los grandes empresarios. Ese camino, de confianza en una “vía institucional” sometida a las reglas de los partidos de los 30 años y de vaciar la organización y las calles, ha llevado al ascenso de Kast. Hoy es más necesario que nunca fortalecer la organización y retomar el camino de la movilización amplia y unitaria por nuestras demandas.
El programa de Boric no responde a las urgencias sociales de las grandes mayorías obreras y populares ni menos a las demandas expresadas en la rebelión. Por esto, es necesario fortalecer una alternativa de las y los trabajadores, con un programa que enfrente a Kast, la derecha y todos los partidos de los 30 años y fortalezca la autoorganización y movilización para conquistar las demandas por las que hemos luchado para enterrar definitivamente la herencia de la dictadura, en la perspectiva de un gobierno de las y los trabajadores.
Un programa que parta por el aumento general de salarios, por trabajo genuino sin precariedad, por educación y salud pública de calidad al servicio del pueblo, por el fin de las AFP, un salario y una pensión mínima de 600 mil pesos que se ajuste automáticamente a la inflación, por vivienda digna para todxs poniendo fin al negocio de bancos e inmobiliarias. Por la libertad de los presos políticos, el juicio y castigo a los represores, la disolución de la policía. Para enfrentar la agenda y ofensiva criminalizadora con amplias campañas por la desmilitarización del Wallmapu y en definitiva por la devolución de las tierras ancestrales al pueblo mapuche. Por los derechos de las mujeres como el aborto legal, libre seguro y gratuito. Para luchar por poner fin al saqueo de los recursos, nacionalizando el agua, el cobre, el litio bajo gestión de trabajadores y comunidades, y recuperando las empresas privatizadas del gas y la luz, a precio costo para los usuarios, y poner esos recursos al servicio de las necesidades sociales y no del lucro.