En medio de discursos que apuestan a la polarización, con un discurso de derecha sobre la “seguridad”, el exkirchnerista apuesta al “tercer tercio”.
Miércoles 9 de agosto de 2017 12:54
Cuando desde el macrismo y el kirchnerismo juegan a la discusión entre dos proyectos supuestamente antagónicos, Sergio Massa hace lo posible por sostenerse en ese espacio que ocupa hace ya años.
Las encuestas, por el momento, dan demasiadas posibilidades. Desde aquellas que lo ubican por encima del 25 %, hasta otras que lo acercan al 17 %. Este domingo se despejará la incógnita y se verá que tanto logró captar Massa de ese espacio intermedio.
Antes de que comenzara la campaña fuerte, tanto desde el Gobierno como desde el kirchnerismo apostaban a construir una polarización interesada que aniquilara el centro para hacerse de él. En este escenario, desde el Frente 1País se preocupaban por cuanto podía tender a desaparecer de desarrollarse esta perspectiva.
A medida que se largó la campaña, sus principales contrincantes no terminaron de apostar por la polarización. En un intento de dialogar con ese tercio político de los votantes, todos moderaron su discurso.
Esto obligó a Massa a seguir peleando por lo que considera “su” espacio, lo que se suele llamar la “ancha avenida del Medio”.
La conversión del candidato silencioso
Sergio Massa saltó decididamente a la arena nacional en 2013, cuando rompió con el kirchnerismo para disputar en la provincia de Buenos Aires. En aquel entonces supo atraer gran parte del voto opositor bonaerense ganándole al candidato oficialista con el 44%.
A partir de allí se propuso ser la alternativa al kirchnerismo, por dentro del espacio del peronismo. Pero apostó todo allí donde era fuerte, la provincia de Buenos Aires, optando por una campaña conservadora que limitó, hasta cierto punto, su proyección nacional.
Cuando en el 2015 el macrismo, en alianza con el esqueleto del partido radical formó una coalición nacional, achicó el espacio de Massa. Ya en ese momento, Massa se ubicó en ese espacio de la “ancha avenida del medio”.
Durante todo el año pasado, el Frente Renovador, fiel a su tradición política, acompañó las iniciativas del nuevo Gobierno macrista, casi sin despertar roces. El mismo Macri lo eligió para su viaje al foro empresarial en Davos e incluso se habló de la posibilidad de conforma una alianza más permanente.
Este año, ya en medio de las elecciones de medio término, Massa entendió que si quería seguir en carrera hacia el 2019 debía apropiarse del espacio que dejaban los “desencantados”, tanto kirchneristas como macristas.
Los primeros spots de 1País se lo pudo ver a Massa apuntando contra el silencio macrista en torno a la economía y copiando el discurso oficialista para pegarle al kirchnerismo por su prontuario de corrupción. Desde esta lógica se entiende la fórmula con Margarita Stolbizer, llamada a dialogar con el voto menos duro del macrismo.
Último tramo de campaña, mejor jugar a lo seguro
De larga tradición derechista (recordemos que se inició en política con la Ucedé fundada por Álvaro Alsogaray) Sergio Massa desde el 2015 hasta hoy focalizó mucho en el tema de la llamada “seguridad”. Una agenda derechista que termina en más aprestos represivos.
Hoy este punto le juega a dos puntas, primero por ser un problema que se toma desde la “gestión”, es un punto donde puede pegarle al macrismo y a la vez apuntalar allí donde es más fuerte, los municipios del norte del conurbano boanerense.
Desde aquí se entiende la invitación a Rudolph Giulani a la ciudad de Tigre. El ex alcalde de New York, que popularizó el lema de “tolerancia cero” fue parte de la pata para este discurso derechista.
Si la campaña a días del domingo ya se está jugando municipio por municipio en la provincia de Buenos Aires, atrincherarse en su patio trasero parece ser una apuesta segura.
La ancha avenida, perspectivas y límites
Desde el círculo cercano a casa, un asesor le confirmó a este cronista que están seguros en el lugar que ocupan y que esperan una buena elección. Afirma que no le prestan mucha atención a las encuestas que a esta altura “pasan a ser especulaciones más especulaciones”.
Confiados en su lugar ganado en el “centro”, creen que pueden llegar a restarle votos a todos los espacios políticos mientras se “arrancan los ojos entre ellos”.
Con idas y vueltas, cierto es que Sergio Massa parece tener ese espacio ganado. De hecho centró toda su estrategia electoral alrededor de este concepto.
Pero lo que hoy se presenta como una fortaleza coyuntural, en el largo camino a las presidenciales del 2019 puede terminar por desgastarlo. Quemar todos los cartuchos en una opción nunca suele ser la mejor opción, en la vida cotidiana, en el fútbol y en política.