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Red Internacional
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Aniversario. A dos décadas del Golpe de Estado en Venezuela y la respuesta obrera y popular

En tres clips de videos en Twitter, La Izquierda Diario presenta una síntesis del balance sobre el golpe de Estado y las jornadas del 13 de abril de 2002 que hace la Liga de Trabajadores por el Socialismo (LTS). Una perspectiva que cuestiona aspectos de la narrativa oficial del chavismo y plantea lecciones históricas a sacar.

Viernes 15 de abril de 2022 01:47

Este año se cumplen dos décadas de uno de los momentos más agudos de la lucha de clases y política en la historia reciente del país, marcado por la ofensiva golpista de la reacción burguesa y proimperialista contra el gobierno de Hugo Chávez y el movimiento de masas que lo respaldaba, y la respuesta obrera y popular que derrotó las pretensiones reaccionarias.

Una conspiración en marcha, un golpe de Estado que triunfa y una respuesta de masas que a las 48 horas hace volver a su puesto al Presidente depuesto. Salvo figuras y sectores reaccionarios en extremo, en el país y a nivel internacional se reconoce que se trató de un golpe de Estado y que el amplio y contundente rechazo popular estuvo en la base de su derrota. En el espectro de quienes se ubicaron claramente en la acera contraria al golpe, enfrentándolo, hay sin embargo poca discusión y balances críticos sobre esas jornadas, la significación oficial dada por el gobierno de Chávez opaca casi cualquier otro balance hecho desde la izquierda, y a decir verdad, tampoco ha habido muchos intentos en buena parte de la izquierda nacional por poner al frente una interpretación propia, de clase, distinta a la narrativa oficial.

En ese sentido van estos tres clips de video que hemos publicado desde La Izquierda Diario, sintetizando en una exposición de Ángel Arias, la perspectiva que plantea la LTS sobre este momento clave para lo que fue el devenir del chavismo. Ubicados en el bando de la movilización para enfrentar la ofensiva reaccionaria y proimperialista, se proponen preguntas e ideas para pensar otras posibilidades inscritas en los acontecimientos, y sobre todo, para pensar el resultado de estos hechos a la luz de lo que fue la suerte en lo sucesivo del movimiento obrero y popular, que a medida que se fue consolidando el régimen político de Chávez, fue perdiendo terreno como protagonista de los grandes acontecimientos.

La síntesis expuesta tiene como punto de partida el balance asentado en la tesis fundacionales de la Liga de Trabajadores por el Socialismo, cuyo capítulo dedicado a estos hechos ha sido publicado en forma de folleto en abril de 2011.

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En el primero de los videos se plantea la cuestión central de cómo fue posible que, sabiéndose de una conspiración golpista en marcha, con llamados abiertos de la derecha a sacar al gobierno, y con un movimiento de masas alerta y en disposición al combate, el golpe triunfara. Se cuestiona el balance oficial en el chavismo que reivindica la actuación política de Chávez, aun cuando, de acuerdo con la exposición, se podía y se debió haber tenido una política diferente a la de la impotencia y la rendición, que fue por entonces a lo que condujo la política de Chávez.

Apelar a la movilización combativa y no solo demostrativa, contraponer la fuerza y la acción de la clase trabajadora y de los soldados, a las camarillas empresariales y de los altos mandos de las FFAA, son aspectos claves que se señalan. ¿Por qué no se tuvo desde el gobierno una política como esa, a pesar de autodenominarse “revolucionario”? Una de las claves de esto, señala la exposición, es que el objetivo de Chávez y su gobierno era buscar controlar la energía obrera y popular en los marcos de la disciplina del Estado (burgués), en lugar de potenciarla y darle rienda.

Mantenerse en los marcos de la institucionalidad burguesa, prefiriendo confiar en el aparato del Estado, incluyendo las FFAA, manteniendo a las masas a raya, asignándole solo un papel de demostrar en la calle el respaldo al gobierno, llevó al triunfo del golpe. Desaparecido de escena el líder de las masas, secuestrado por los golpistas luego de aceptar entregarse a los mismos la noche del 11, fue la respuesta popular espontánea desde la tarde/noche del 12 de abril, y que va cobrando fuerza hasta expresarse masivamente el 13, la que cambia la correlación de fuerzas.

La contundente movilización popular, que sin tener al frente alguna dirección clara fue el factor clave para inclinar la balanza en contra de los golpistas, demostró el potencial de las energías y las fuerzas que, de habérselo propuesto quienes eran su dirección real –Chávez y sus partidos de gobierno–, hubiesen podido pararle la mano a la derecha golpista y evitar el triunfo del golpe.

Sin embargo, una vez derrotado el golpe, no se abrió paso al desarrollo del potencial revolucionario, no vino un período de despojar a la burguesía golpista de sus posiciones económicas, de aupar la lucha obrera y popular contra las bases de la desigualdad social y del atraso nacional. Chávez envió a las masas a su casa, teniendo una política similar luego de la derrota del paro patronal y sabotaje petrolero de finales de ese mismo año y principio de 2003. El papel del movimiento obrero y popular quedaba limitado a ayudar a derrotar las ofensivas golpistas y a consolidar al gobierno, de ahí en más, este se encargaba de administrar políticamente esos triunfos.

Proceso facilitado además, porque las direcciones sindicales ubicadas a izquierda, ubicadas en el enfrentamiento a la reacción, tampoco tuvieron política para que el movimiento obrero entrara en escena como fuerza propia, con sus propios métodos de lucha y programa.

Como se indica en el tercer y último video, puede ser común un razonamiento que plantee que, a pesar de esta crítica, el resultado es que se derrotaron los intentos golpistas de la derecha y el imperialismo y Chávez se mantuvo en el poder, sin embargo, ¿para dar paso a qué? El que los trabajadores y sectores populares no adquirieran más protagonismo que el de ayudar a mantener y consolidar a Chávez en el gobierno, estuvo en el centro de un proceso de cada vez mayor pasivización del movimiento de masas, de su cooptación por parte del Estado, mediante la combinación entre algunas mejoras en las condiciones de vida –gracias al importante ciclo de aumentos de los ingresos públicos por petróleo– y la mano dura del gobierno contra aquellos procesos, luchas o corrientes que iban más allá de los estrechos límites impuestos por las políticas de Chávez.

Como la pasivización del movimiento de masas y la consolidación del proyecto de Chávez implicaron que no se pusieron en riesgos las relaciones de explotación ni la expoliación nacional por los capitales extranjeros, es decir, como el país capitalista dependiente siguió siéndolo, se fueron incubando una serie de condiciones que prepararon el terreno para la severa crisis económica que estalló ya con Maduro en el gobierno, y que fue profundizada y lanzada sin piedad sobre la clase obrera y el pueblo pobre.

Finaliza la exposición planteando como lección histórica, la importancia de la independencia de clase, de una política propia revolucionaria de la clase trabajadora, en la perspectiva de conquistar un gobierno propio, un gobierno de los trabajadores.