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Red Internacional
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La Plata. A los pibes del Lobo sólo les faltaba suerte y les llegó toda junta contra el Granate

Gimnasia ganó 1 a 0 en el final y por un fatal descuido del arquero de Lanús. Estuvo a centímetros de perder 2 a 0. Apretando los dientes, los dirigidos por Chirola Romero pusieron todo hasta el final y se tomaron revancha de la suerte que les venía siendo esquiva. Matías Melluso jugó un partido aparte en homenaje a su mamá.

Martes 16 de mayo de 2023 03:55

Matías Melluso en acción | Foto Eva Cabrera - Télam

Matías Melluso en acción | Foto Eva Cabrera - Télam

Una vez más los pibes de Gimnasia y Esgrima La Plata jugaron un partido difícil, contra un rival experimentado. Y ganaron. El equipo conducido por Sebastián “Chirola” Romero sigue sin dejar dudas. Por momentos se puede no jugar bien, se puede perder justa o injustamente, pueden dar bronca las arbitrariedades del VAR; pero lo que no nunca sucederá es que este grupo de pibes dejen de dar todo en la cancha para que el club del que son hinchas sume puntos y alegrías.

Este lunes por la tarde, el Lobo recibió al Granate en el bosque platense en uno de los partidos que cerraron la 16° fecha de la Liga profesional de Fútbol Argentino. Y una vez más La 22 llenó las tribunas. Lanús llegaba con ganas de quedarse con tres puntos que lo pondrían quinto en la tabla y Gimnasia no quería perder la chance de sumar puntos importantes para dejar de mirar hacia abajo. El partido asomaba más que interesante, con muchos buenos jugadores de ambos lados.

Antes de empezar el partido, un hecho alteró el habitual paisaje del estadio Juan Carmelo Zerillo. En una de las plateas se sentó una treintena de guatemaltecos. Eran los pibes de la Selección Sub-20 del país centroamericano que llegaron a Argentina a disputar el Mundial que arranca el sábado. El partido que vieron fue tan intenso que esos pibes se contagiaron y terminaron sumándose a los cantitos de la hinchada. Más de uno hasta gritó eufórico el gol del Lobo. Y no faltó el hincha tripero que les explicó el significado de la bandera colgada del alambrado, detrás del arco que da al bosque, con la leyenda “Justicia por Lolo”.

Partido intenso

Apenas el árbitro Andrés Gariano pitó el comienzo del partido, ambos equipos quisieron tomar la iniciativa. Pero en los primeros minutos el ritmo de juego no fue acompañado por la concreción de jugadas colectivas. Todo fue trabado. Sobre los diez minutos fue Gimnasia el que empezó a presionar más, tenerla e intentar generar avances sobre el arco de Lucas Acosta. Y le fueron saliendo las cosas.

Chirola debió reforzar el mediocampo ante la ausencia de Ignacio Miramon (sumado a la Selección Sub 20). Por eso puso a Franco Soldano y a Nicolás Colazo a los laterales de los pibes Agustín Sánchez y Agustín Bolívar, quienes junto a Alan Lescano y Cristian Tarragona no dejaron de merodear el área visitante, tirar centros y ganar tiros de esquina.

Por el lado de Lanús, sus delanteros Leandro Díaz (un ex Estudiantes), Franco Orozco y Franco Troyansky pasaron gran parte de la primera etapa sin prácticamente tocar la pelota. Lo mismo se puede decir del arquero tripero Tomás Durso.

Adentro los pibes cumplían su palabra y afuera la hinchada alentaba cada vez más. Pero pasados los treinta el ritmo fue bajando y Gimnasia le fue cediendo a Lanús, que tendría su primer acercamiento real al aro de Durso recién a los 36 con un tiro libre, finalmente rechazado por el arquero. Y a los 38 Troyansky desperdició un “regalo” del defensor Felipe Sánchez que lo dejó solo frente al arco. Se le fue alto.

A los 44 minutos Lanús armó un contraataque que terminó en tiro libre en tres cuartos de cancha. De ese centro ejecutado por Luciano Boggio casi llega el 1 a 0 para el Granate. Hubo varias carambolas de las que participaron Durso (con una gran atajada) y Agustín Sánchez (sacándola en la línea del arco) repeliendo la avanzada de Tomás Belmonte, Lautaro Acosta y Troyansky. Con esa última jugada el Lobo casi se va al vestuario con las manos vacías habiendo manejado la pelota gran parte de la primera etapa.

En el complemento los pibes de La Plata arrancaron con la misma actitud ofensiva. De hecho Colazo tuvo una buena chance al entrar al área y pegarle un zurdazo que agarró bien parado al arquero Acosta. Pero el técnico granate Frank Kudelka metió a Matías Esquivel por Lautaro Acosta y le dio más presencia en el mediocampo a Lanús, que tuvo más llegadas al arco de Gimnasia que en los primeros 45. Chirola esta vez no esperó tanto (como en otros partidos) para hacer los cambios que le dieran más aire y juego al joven plantel. Antes de los 20 entró Eric Ramírez por Colazo y fueron los piques de la “Perla” por la izquierda con los el local inclinó por momentos la cancha.

Kudelka hizo cuatro cambios más, dos por lesión y dos tácticos. Diego Braghieri y Braian Aguirre fueron reemplazados por Brian Aguilar y Juan Sánchez Miño, mientras que el movedizo Pedro De la Vega sustituyó a Troyansky y Raúl Loaiza a Luciano Boggio. Pero Lanús no mejoró al nivel de lo esperado por su técnico. A su vez en el Lobo la entrada de Ivo Mammini por Alan Lescano (que no tuvo su mejor partido tras regresar de una lesión) traccionó más al equipo local hacia adelante.

A los 26 Lanús tuvo una segunda chance que le fue negada en la línea del arco. Nada menos que en los pies del ex pincha Díaz, que pecheó la pelota adentro del área con Felipe Sánchez, le ganó y acomodó el derechazo al segundo palo de Durso. La pelota pasó al arquero, pero antes de entrar al arco se cruzó en su camino el taco de Leonardo Morales (el capitán que también volvió de una lesión), hizo una parábola en el aire y terminó cayendo sobre el techo de red de la valla local. Otro susto para el triperío, que no dejaba de alentar.

A los 37 Romero jugó fuerte y reforzó el ataque con Leandro Mamut en reemplazo de Soldano (que había jugado como volante en este partido) y Maximiliano Comba por Agustín Sánchez. Enseguida Comba metió un centro bajo que agarró Tarragona y remató con potencia pero apenas desviado.

Sobre el final del partido, desde la medialuna del área rival, el defensor granate Juan Cáceres lanzó un misil de primera (una casi tijera), fuerte y dirigido al palo derecho del arquero. El disparo fue tan bueno que en el sur del Gran Buenos Aires varios gritaron por anticipado. Pero allí estaba Durso para lucirse frente a su gente. Con una enorme estirada, la arañó con el guante derecho y la mandó al córner.

El árbitro Gariano dio cinco minutos suplementarios. A los 47, cuando pese a la intensidad del partido todo parecía irse a un empate en cero, llegó el gol de Gimnasia. Y fue de pedo (con perdón de la expresión). La jugada fue muy buena. Tras un lateral, Mammini y Mamut la hicieron pasear por la esquina derecha. Mamut se liberó de un par de marcadores, limpió el espacio y se la entregó a Bolívar que se acomodó con tiempo para lanzar un muy buen centro desde afuera del área. En el punto del penal esperaba Comba, que saltó exigido y antes de caerse logró cabecear. La pelota transitó lenta hasta el arco, donde la esperaba el arquero Acosta.

Parecía que le tenía dominada, pero el rebotar en el césped el balón le pegó en la canilla izquierda y se metió lentamente en el arco. En los papeles el gol quedará como hecho por el volante albiazul. Pero en honor a la verdad debería compartirlo con Acosta (que todavía se está puteando en todos los idiomas) y, ¿por qué no?, con la propia gramilla verde.

Con el pitazo final del árbitro se desató la locura en los cuatro costados del estadio. La mala fortuna, tantas veces indeseada visitante del bosque, esta vez se equivocó de camiseta y le dio al Lobo tres de los varios puntos que le había quitado en otros partidos. El equipo de Chirola alcanzó los 21 puntos y está justo en la mitad de la tabla. Una tranquilidad mayúscula para un equipo que arrancó el año plagado de incertidumbres respecto a si su tropa de pibes iba a poder aguantar el desgaste de la primera y la doble competencia. Esta vez no sólo pusieron todo hasta el final y crearon buenas jugadas y situaciones, sino que consiguieron esa pisca de suerte que a veces suele escasear demasiado.

Comentario final. La semana pasada el defensor tripero Matías Melluso, de 24 años, vivió uno de los momentos más tristes de su vida. Falleció su madre. Tras el partido, por haber sido uno de los mejores de la cancha, fue entrevistado por el canal transmisor del partido. Entre lágrimas, “Mellu” dio un mensaje que no tardó en viralizarse. “No fue una semana fácil, se fue lo más grande que tengo”, dijo emocionado. Agradeció a sus “compañeros de fierro que estuvieron desde el primer momento” y a “esta gente hermosa” que los apoya y banca. Sobre su decisión de jugar el partido igual a pocos días de tamaño pérdida, el jugador no dudó: “Gimnasia es todo para mí. Muchas veces dicen que el fútbol salva y, la verdad, antes de estar en mi casa acostado, llorando y pensando en por qué se fue, creo que hice lo que ella siempre quería, que era estar jugando a la pelota en este club. Lo hago por ella”.

Ah, y no te olvides. ¡Lolo Regueiro Presente! ¡Juicio y castigo a los asesinos y sus cómplices!