A un año del fallido intento de coronar a Guaidó como "presidente encargado", con el respaldo y la injerencia absoluta de EE. UU., este lunes el secretario de Estado de Trump, Mike Pompeo, se vuelve a juntar con Guaidó para mostrar que su apoyo sigue vigente.
Lunes 20 de enero de 2020 14:04
A pesar de que las salidas de Juan Guaidó del país no son sorpresa para el Gobierno de Maduro, este domingo fue noticia la presencia de Guaidó en Bogotá apareciendo en una reunión con el presidente colombiano, Iván Duque, y para participar este lunes en la llamada III Conferencia Ministerial Hemisférica de Lucha contra el Terrorismo, inspirada por Estados Unidos y que contará con la presencia del secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo. Guaidó fue recibido por Duque con honores de jefe de Estado, buscando dar relevancia y reconocimiento al autoproclamado “presidente encargado” de Venezuela.
Se trata de la segunda vez que Guaidó sale de Venezuela para trasladarse a Colombia. Fue el 22 de febrero del año pasado, cuando llegó a la ciudad colombiana de Cúcuta fronteriza con Venezuela, desde donde a la luz del día lideró la fallida operación “Ayuda humanitaria” como parte de las iniciativas golpistas que había iniciado exactamente un mes antes, alentadas por Estados Unidos luego del reconocimiento automático de Donald Trump como “presidente interino” del país. Su retorno a Venezuela luego de una gira por diversos países la hizo normalmente por la entrada del Aeropuerto Internacional sin que el Gobierno de Maduro tomara alguna acción pese al impedimento formal que tenía y tiene de salir del país.
El motivo central de la salida actual de Guaidó apunta más que nada a una reunión con Mike Pompeo quien se encuentra en Colombia para la “Conferencia contra el terrorismo”. Incluso se presume que viaje a Europa especulándose un encuentro con Donald Trump ya que éste asistirá del 21 al 22 de enero al Foro Económico Mundial en Davos, Suiza.
Guaidó emprende esta nueva salida en uno de los momentos de mayor división y debilidad de la oposición lejos de la capacidad de movilización de enero y febrero del año pasado, así como de los movimientos palaciegos del Gobierno de Maduro en el marco de su autoritarismo de hacerse de una Asamblea Nacional afín. Se trata entonces de una bocanada de aire fresco a la oposición, y en particular a la figura de Guaidó, para buscar revitalizar su alicaída situación –con escándalos de corrupción de por medio- en el plano interno.
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Sobre lo tratado en la reunión de Guaidó con Duque poco se sabe hasta el momento más allá de fotografías oficiales y declaraciones vía twitter. En mensajes que parecen estar más cargados de deseos que realidades, Guadió declaró que tras su visita a Colombia se generarán "las condiciones que nos conducirán a la libertad" de Venezuela y aseguró "que la vuelta a nuestro país estará llena de buenas noticias".
Aún está por verse a qué se refiere, pero dadas las condiciones internas de la oposición y la actual ofensiva de Maduro difícilmente, al menos en el corto plazo, se puedan operar cambios en la actual correlación de fuerzas, claro está, sino se están operando reuniones secretas, vía Estados Unidos de por medio, con el chavismo a lo que ya se está habituado en el país.
Hasta no hace poco, fue Mike Pompeo, incluso luego de lo acontecido el 5 de enero en la Asamblea Nacional con el manotazo del Gobierno de Maduro, quién declaró aún así, que "una rápida transición negociada a la democracia es la vía más eficaz y sostenible hacia la paz y la prosperidad", recalcando que "Las negociaciones podrían abrir una salida a la crisis mediante un gobierno de transición que organice elecciones libres y justas". Lejos están los tonos militaristas del año pasado donde se hacía énfasis en que “la opción militar” estaba sobre la mesa.
En la complicada situación interna de catástrofe económica que no cesa y de la poca viabilidad de salir más aún por las sanciones de Estados Unidos, el Gobierno de Maduro está ávido de algún tipo de acuerdo, siempre y cuando claro, les sea beneficioso y les siga permitiendo una sobrevida a la burocracia gobernante. En una reciente y extensa entrevista con The Washington Post Maduro fue explícito al afirmar que "ahora es el momento de negociaciones directas con los Estados Unidos", incluso sugiriendo que una "bonanza podría estar esperando a compañías petroleras estadounidenses".
La reciente renovación de la licencia por parte del Departamento del Tesoro a Chevron y otras empresas petroleras ligadas a Estados Unidos para seguir operando en el país, pese a las sanciones, son indicativos de que Washington está dispuesta a seguir con los “negocios” en Venezuela aún con Maduro. No olvidemos que fue desde Estados Unidos donde surgieron que un eventual “gobierno de transición” incluiría al chavismo, incluso sin la presencia de Guaidó.
Si Guaidó es reconocido como jefe de Estado tanto por Colombia como por Estados Unidos, es más que seguro que participará en la reunión de este lunes en la “Conferencia contra el Terrorismo”, que como afirmamos más arriba sería el motivo central de su viaje. Duque fue el que afirmó vía twitter que "Asimismo, el presidente Juan Guaidó participará, este lunes, en Cumbre Hemisférica de Lucha contra el Terrorismo".
Dicha Conferencia, en la que estarán representados 20 países americanos, se llevará a cabo en la Escuela de Cadetes de la Policía General Francisco de Paula Santander, que se hizo muy conocido por el hecho de que hace un año el Ejército de Liberación Nacional (ELN) puso un carro bomba con el saldo de 20 oficiales cadetes muertos de acuerdo a los medios.
Al momento de escribir esta nota Maduro no ha emitido ningún tipo de declaración oficial. Aunque la incógnita es si esta vez Maduro tomará algún tipo de acción contra Guaidó por su salida del país o si se repite el ingreso normal tal como aconteció el año pasado. Se trata de una cuestión política y no de correlación de fuerzas al menos en el plano interno, aunque una acción de este tipo, en el plano de correlación de fuerzas externas, le podría acarrear más problemas. Hay tiempo aún para los entramados de negociaciones secretas que suelen ocurrir mientras Juan Guaidó se encuentre fuera de Venezuela. Será esperar y ver.