La muerte del líder indígena Santiago Manuin, no solo pone en evidencia la grave crisis sanitaria que afecta fundamentalmente a los más pobres, sino que también nos permite reflexionar sobre el significado del denominado “baguazo” y la forma como el capitalismo agrede a los pueblos originarios.
Miércoles 15 de julio de 2020
Foto: SERVINDI
El día 2 de Julio falleció por coronavirus el líder indígena Santiago Manuin, quien tuvo que ser trasladado a Chiclayo, a falta de un centro médico en Santa María de Nieva, capital de la Provincia de Condorcanqui, Región de Amazonas, lugar en el que vivía y desempeñaba sus funciones de líder y portavoz de la comunidad aguaruna huambisa. La falta de personal médico y atención estatal en la selva peruana es crónica e insólita, y ha dejado a las comunidades indígenas en el total abandono en esta emergencia sanitaria, especialmente a las comunidades indígenas awajún, aguaruna, huambisa y wampis, pueblos jíbaros que viven, cazan y pescan en los alrededores de los ríos afluentes del Rio Amazonas.
Santiago Manuin fue el líder que sobreviviera a 8 disparos de fusil AKM a cargo de la policía en el enfrentamiento en la Carretera de Belaúnde Terry, en Bagua en la denominada Curva del Diablo el 5 de junio del 2009 (también denominado “baguazo”) [1] el cual se dio en el marco del paro amazónico iniciado por las comunidades indígenas ante la publicación de una serie de Decretos Legislativos que el gobierno de Alan García publicara por delegación expresa del congreso fujimorista, para privatizar la selva. De esta forma, se permitiría el inicio de nuevas concesiones privadas gasíferas y petroleras, así como la privatización de la gestión de los suelos y el agua, afectando los ríos afluentes del Amazonas como el Bajo Marañón donde ellos viven. La intervención del gobierno aprista de aquel entonces baso su accionar en el total menosprecio al derecho a la propiedad colectiva de los pueblos originarios.
A raíz de estos hechos, Santiago Manuin, que dedicara su vida a la promoción del conocimiento y respeto de la cultura aguaruna en el Consejo Aguaruna Huambisa en la región de Amazonas, fue perseguido penalmente, condenado a comparecencia restringida por muchos años, sin embargo, mantuvo un cargo representativo importante al mantenerse como dirigente de las comunidades indígenas del Cenepa y de la provincia de Condorcanqui.
Cronología del Paro Amazónico
El 9 de abril del 2009 se inició el Paro Amazónico liderado por las asociaciones de pueblos indígenas, en toda la Región de Amazonas [2], región que comprende a los distritos de Chachapoyas, Bagua, Bongará, Condorcanqui, Luya, Rodríguez de Mendoza y Utcubamba. El paro fue acatado por las ciudades de Bagua Chica y Bagua Grande, Santa María de Nieva, Chachapoyas, Rodríguez de Mendoza, Pedro Ruiz Gallo, Lemos, y la frontera con Jaén, Cajamarca.
Cabe mencionar que el 09 de Febrero del 2009 se envió un oficio al Presidente de la República, Alan García, firmado por los dirigentes de AIDESEP, Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana, ORPIAN, Organización Regional de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Norte del Perú, COICA, Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica, FENAMAD o Federación Nativa del Rio Madre de Dios, ORPIO u Organización Regional de Pueblos Indígenas del Oriente, ORAU u Organización Regional de AIDESEP Ucayali, CORPI Coordinadora Regional de Pueblos Indígenas Región San Lorenzo, Iquitos, y Las Comunidades Nativas del Urubamba, Cusco[3]. Las comunidades indígenas informan al gobierno que los Decretos Legislativos emitidos vulneran su normal desarrollo comunitario, vulneran su salud, y vulneran también su derecho a la vida, motivo por el cual exigen su completa derogatoria. Este oficio es recibido por el despacho presidencial el 13 de febrero del 2009, y se toma conocimiento oficialmente sobre el pedido de derogatoria de las siguientes normas; Decreto Legislativo 994, Decreto Legislativo 1020, Decreto Legislativo 1064, Decreto Legislativo 1081, Decreto Legislativo 1089, Decreto Legislativo 1090, y finalmente el Decreto Legislativo 1083.
Todos estos decretos atentan contra la propiedad comunal de las comunidades indígenas, desconocen su derecho a la servidumbre sobre las explotaciones de hidrocarburos, desconocen su derecho a la titulación de predios como comunidad y los fuerzan a la individualización de los predios, determinan tierras eriazas a favor de COFOPRI, además de establecer un sistema hídrico consistente en la privatización del agua y la nueva ley Forestal que permite la enajenación y venta de los recursos de flora.
El gobierno de Alan García y su primer ministro Yehude Simons, actual dirigente del Partido Humanista y del frente Juntos por el Perú acusado y encarcelado por corrupción, defendieron estos decretos legislativos, considerándolos necesarios para la implementación legislativa interna del Tratado de Libre Comercio sostenido con el gobierno de Estados Unidos. En el colmo del racismo y desprecio a las comunidades originarias, Alan García llego a decir públicamente que quienes reclamaban contra estos decretos no eran sino “ciudadanos de tercera categoría” y que bajo ningún motivo cederían a su presión social, ordenando posteriormente su desalojo con las fuerzas represivas.
El Paro Amazónico iniciado por las comunidades originarias tuvo el apoyo social de los pobladores de las ciudades de la región Amazonas, especialmente en Bagua Grande y Bagua Chica. La toma de la carretera duró un mes y medio, periodo en el cual se dieron las negociaciones entre AIDESEP con el gobierno aprista. Por esa razón y ante la efervescencia social en Amazonas, el gobierno central ordenó el toque de queda regional e inmovilización obligatoria. La población, enardecida por esta actitud y por la negativa del gobierno a ceder al pedido de las comunidades indígenas y ante la noticia del enfrentamiento por el desalojo ordenado por García, terminó incendiando una comisaría en Bagua, y llamaron traidor al gobierno aprista y al congreso fujimorista. Nunca antes, en provincias, se había visto una movilización de esta envergadura contra el neoliberalismo.
El desenlace del 5 de junio del 2009, conocido como “el baguazo”
Días previos a la orden de desalojo, el Presidente aprista del Congreso de la Republica, Velázquez Quesquén, suspende las sesiones del congreso de forma ilegal para evitar que la derogatoria de los Decretos Legislativos en mención sea debatida por el pleno [4]. El Congreso, de abrumadora mayoría fujimorista acepta esta actitud ilegal y se ausenta del pleno.
El día 5 de junio, Alan García da la orden de desalojo a las fuerzas del orden que iban completamente armadas, generándose el enfrentamiento y la muerte de 10 indígenas y 23 policías. A pesar del número de muertos, las comunidades seguían enfurecidas y no pensaban retroceder en su decisión, por lo que tomaron de rehenes a los policías que cuidaban las plantas de hidrocarburos, desapareciendo a uno de ellos.
Alan García fue el responsable de las muertes acaecidas, pues él ordenó el inicio del fuego en la curva del diablo y en todo momento se mostró renuente a la derogatoria de los decretos que privatizan el agua en la selva a favor de las concesiones de hidrocarburos y gas, desconociendo el derecho a la propiedad comunal reconocida en la propia constitución fujimorista de 1993, en los artículos 88 y 89.
Santiago Manuin y la tradición de los pueblos jíbaros amazónicos
La participación de Santiago Manuin fue importante en su condición de dirigente de las provincias de Condorcanqui en Amazonas y por su valerosa participación en el paro amazónico. En Santiago se expresa también la cosmogonía indígena de su comunidad, la cual demanda el necesario respeto a las creencias autóctonas de los pueblos awajun wampis, pueblos jíbaros, cuyas fronteras naturales son los ríos, y trascienden a las fronteras oficiales de los estados. Estos territorios habitados por los pueblos originarios fueron brutalmente avasallados , en esa oportunidad, por la voracidad capitalista que encontró en el gobierno de Alan García y su premier Yehude Simons, a su expresión política más importante.
Denunciamos la ocupación precaria de personas pagadas en sus territorios que permiten un proceso de usurpación más rápido a favor de COFOPRI, institución que permite la designación de tierras erróneamente consideradas como eriazas a favor del mercado. Esta ocupación precaria puede darse por colonos religiosos, trabajadores de minería ilegal, contrabandistas y las propias empresas petroleras.
La lucha de los pueblos indígenas contra la mercantilización del Amazonas es una lucha digna de reconocimiento, y va acorde a las exigencias de los trabajadores explotados y oprimidos por el respeto al derecho a la vida y la dignidad. La explotación del hombre por el hombre también depreda la naturaleza, y ante esta ofensiva sistémica debemos organizarnos hacia una sociedad solidaria y socialista. Recordemos que León Trotsky en su libro “Historia de la Revolución Rusa”, respecto a “la cuestión nacional”, menciona que es revolucionario denunciar todo tipo de opresión hacia las naciones colonizadas, en nuestro caso, las naciones jíbaras, awajún, wambisa, pues debemos negar el derecho del Estado burgués de “imponer a una minoría nacional una residencia forzosa o incluso una lengua oficial”, mucho menos quitarles su sustento de vida a favor de las corporaciones de hidrocarburos y gas.
Referencias:
1. Javier Arellanos Yanguas. “Pamuk Santiago Manuin, el camino de un servidor extraordinario” Publicación 7 de julio del 2020. Disponible en https://www.otramirada.pe/pamuk-santiago-manuin-el-camino-de-un-servidor-extraordinario
2. Servindi. Noticia del 8 de abril del 2009. Disponible en: https://www.servindi.org/actualidad/10257 Visto el 4 de julio del 2020.
3. Navas del Águila, Carlos Emilio. 2019. “Baguazo, herida abierta: tragedia que no debe repetirse” Aleph S.R.L: Lima.
4. “Congreso no será caja de resonancia de actos violentos, afirma Velasquez Quesquén. Noticia Agencia Andina. 5 de junio 2020. https://andina.pe/agencia/noticia-congreso-no-sera-caja-resonancia-actos-violentos-amazonia-afirma-velasquez-quesquen-236665.aspx